Así se enfrentan al calor los elefantes

Los elefantes son capaces de mantener su temperatura corporal incluso cuando el termómetro supera los 40 grados en el desierto. ¿Cómo lo consiguen?

Un planeta con condiciones cada vez más extremas para los animales

La problemática del cambio climático, hace prever condiciones cada vez más duras y extremas para los animales que habitan el planeta. ¿Qué animales podrán adaptarse? 

El elefante es, sin duda, uno de los iconos del mundo animal y, entre otras cosas, su trompa es una de las partes del cuerpo que, por extraña, nos resulta más llamativa. La trompa del elefante está formada por la fusión de su nariz con el labio superior y contiene 150.000 fascículos musculares sin hueso alguno y pelos o bigotes que actúan como dedos y que además varían entre especies. Esta anatomía, en conjunto, otorga a la trompa de una gran precisión en sus movimientos.

La trompa de los elefantes vale para todo

Aparte de respirar, la trompa cumple otras funciones importantes: oler, tocar, comer y beber, emitir sonidos e interactuar socialmente con otros individuos y con el ambiente que les rodea.

El rey de Africa

La mayoría de los elefantes de sabana del sur de África (Loxodonta africana) habitan ambientes donde las temperaturas máximas superan su temperatura corporal. 

Aún en estas condiciones, los elefantes, que son animales homeotermos, son capaces de mantener su temperatura corporal óptima, incluso cuando las temperaturas ambientales  son superiores a los 40 °C

Los elefantes, claramente, tienen la capacidad de lidiar con el calor extremo, pero necesitan un ambiente muy concreto que debemos proteger. 

Recursos que debemos proteger para cuidar al elefante

Forraje, agua y sombra. Las futuras acciones de conservación deben cubrir las necesidades de termorregulación de los elefantes contando con estos recursos y  el espacio adecuado para ellos y otros animales.

Tipos de elefantes

Existen dos tipos de elefante: el africano del género Loxodonta y el asiático Elephas. Lamentablemente ambos son víctimas tanto de la caza furtiva para obtener el marfil de sus colmillos, como por la deforestación y pérdida de su hábitat natural. El gran tamaño  de los elefantes, hace que requieran de espacios vastos y mucho alimento para mantenerse. Espacio y alimento cada día son más escasos, por lo que cada vez son más frecuentes los conflictos relacionados con estos paquidermos.

elefantes - Texto y fotos: Julio de Castro, veterinario y Doctor en Parasitología

Animales adaptados a la vida en el desierto

Por suerte, los elefantes se adaptan a prácticamente todos los hábitats y esto les ayuda a sobrevivir. En África, los más conocidos son los que habitan las planicies ubicadas en la sabana y los bosques abiertos de las zonas oriental y meridional del continente (Loxodonta africana africana). Menos conocidos son aquellos que encontramos en la jungla (Loxodonta africana cyclotis), más pequeños y no tan abundantes.

Existen también poblaciones especiales como la que habita el desierto de Namib, más precisamente en Kunene, en el norte de Namibia, una de las últimas regiones verdaderamente "salvajes" y muy poco accesibles del sur de África. La zona, también conocida como la Costa de los Esqueletos, debido a los restos de barcos hundidos que pueblan su costa, posee una rica diversidad que incluye a este grupo de unos 350 elefantes especialmente adaptados a la vida en el desierto, pertenecientes a la subespecie Loxodonta africana africana.


Hasta cinco días sin beber

Como los camellos, que poseen características fisiológicas especializadas al desierto, estos elefantes también han desarrollado interesantes adaptaciones que incluyen una pisada más amplia, patas más largas y cuerpos más pequeños. Si bien la mayoría de los elefantes necesitan agua a diario, estos verdaderos colosos del desierto pueden pasar hasta cinco días sin beber. Para lograr esto, estos animales han perfeccionado el uso de un órgano poco conocido: la bolsa faríngea.

Sus orejas son como abanicos

En sus "Apuntes de la historia natural de Ceilán" de 1861, J. Emerson Tennent describió que los elefantes eran capaces de regurgitar varios litros de agua y rociarla sobre sus cuerpos, particularmente sobre sus orejas que, con su batir constante, son las que regulan la temperatura de estos animales.

La hipótesis de la existencia de un depósito especial para retener esa agua fue confirmada por estudios anatómicos posteriores que indicaron la existencia de la bolsa faríngea. Este órgano está ubicado detrás de la base de la lengua y existe en todos los elefantes. Además de almacenar agua su uso más frecuente es el de emitir sonidos de tono grave.

Los elefantes de Kunene usan el agua de la bolsa faríngea cuando sube la temperatura. Este comportamiento no es fácil de observar, de hecho fue filmado por primera vez en 2008. Los elefantes, lejos de fuentes de agua y expuestos a una temperatura de 45 ºC, rociaban sus orejas con agua que regurgitaban de sus bolsas faríngeas.

La observación de este fenómeno también en África meridional sugiere que los elefantes de otras partes del continente son también capaces de usar este método para hacer descender su temperatura corporal y así sobreponerse al calor del ambiente. Seguro que muchos de nosotros, mientras sufrimos las altas temperaturas del verano, también desearíamos tener una bolsa faríngea para rociarnos de agua igual que hacen los elefantes.

Referencias

  • Mole, M. A. et al. 2016. Coping with heat: behavioural and physiological responses of savanna elephants in their natural habitat. Conservation physiology, 4(1), cow044.

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