Sorprendentes curiosidades sobre la fresa blanca

¿Mezcla de fresa y piña? ¿O tal vez una fresa transgénica? Nada de eso, se trata de una variedad tradicional que ha sido recuperada después de casi extinguirse.
Fresas blancas

Uno de los productos mejor valorados de estas fechas, que empieza a estar en temporada, es la fresa. Coloquialmente, es considerada una fruta, en algunas zonas de Sudamérica la llaman ‘frutilla’, en inglés es ‘strawberry’, cuya etimología procede de strewn berry, baya que se esparce —en referencia al porte de la mata, que se extiende alfombrando el suelo–. Sin embargo, en términos botánicos su naturaleza no es tan simple. Ni es una auténtica baya —como el arándano, el tomate o la sandía—, ni tampoco es una fruta carnosa.

La complejidad botánica de la fresa

Aunque la fresa se considera una fruta corriente, en realidad es un ejemplo notable de complejidad botánica. Popularmente conocida como “frutilla” en algunas regiones sudamericanas, y “strawberry” en inglés —palabra que deriva de “strewn berry”—, su estructura biológica resulta poco común. Desde un punto de vista botánico, la fresa no es una verdadera baya (como el arándano o el tomate) ni una fruta carnosa en sentido estricto.

El fruto de la fresa es, en realidad, un aquenio, similar en naturaleza al de plantas como el anís o la quinoa. Estos diminutos frutos secos se encuentran en el receptáculo engrosado, esa parte que se vuelve roja en las fresas convencionales y que consumimos. La “fresa” que comemos es, pues, un tipo de fruto compuesto llamado eterio, en el que el receptáculo abultado alberga los auténticos frutos, que son las pepitas o semillas en la superficie.

Pese a su apariencia frecuente, las fresas presentan un notable rango de colores. Las fresas blancas, que han empezado a verse en mercados selectos, encarnan esa diversidad. Estas variedades, aunque poco comunes, se han conocido desde tiempos antiguos en diversos lugares, y responden a diferencias genéticas dentro de la especie, sin intervención de ingeniería genética moderna.

Pese a su apariencia frecuente, las fresas presentan un notable rango de colores. - Wikimedia Commons

¿Es realmente una baya?

Al contrario de lo que se tiende a pensar, la fresa no es una baya verdadera. Las bayas, como el arándano o la sandía, se caracterizan por poseer semillas incrustadas en la pulpa. La fresa, en cambio, es un eterio donde los auténticos frutos, denominados aquenios, están ubicados en el exterior del receptáculo. Así, la categoría botánica de la fresa es distintiva: no coincide con la idea convencional de “baya” que se aplica a otros frutos de apariencia similar.

En botánica, se definen las bayas como frutos que albergan sus semillas en la pulpa interior. En la fresa, sin embargo, lo que se come es el receptáculo, y las semillas o aquenios se sitúan en la superficie. Esta confusión ha incrementado con el tiempo, puesto que la fresa se ha popularizado sobremanera en la dieta humana, pero su clasificación real guarda varios matices poco conocidos.

Florida Pearl®: La fresa blanca del momento

Florida Pearl® ha supuesto toda una revolución en el mercado de las fresas gracias a su tonalidad blanca y su sabor singular. En primer lugar, no llama la atención solo por su color, sino también por su dulzura y ese aroma que evoca a la piña. Aun cuando en inglés se use el término “pineberry”, no hay un cruce genético entre la fresa y la piña en esta variedad. La Florida Pearl® corresponde a una variación de la Fragaria × ananassa, la misma especie del fresón convencional, pero con una mutación en los genes responsables de la pigmentación.

Esta mutación genética no surgió por transgénesis, sino por métodos de cultivo tradicionales que buscan retener o potenciar características concretas. La historia de la Florida Pearl® es un reflejo de la confluencia de la agricultura y la biología, mostrando cómo pueden surgir productos novedosos que combinen el estilo de la fresa con la apariencia inusual de su coloración blanca.

¿Mezcla de fresa y piña?

Una creencia muy extendida sostiene que la fresa blanca sería producto de un cruce entre fresa y piña, su aroma a piña reforzaría la suposición. No obstante, este rumor carece de validez genética. La fresa pertenece a la familia de las rosáceas, mientras que la piña proviene de las bromeliáceas, dos grupos filogenéticamente distantes.

La explicación del olor a piña de la Florida Pearl® radica en compuestos volátiles presentes de manera natural en su tejido. Dichos compuestos generan ese particular aroma, pero en ningún caso implica una hibridación con la piña. Esta noción errónea se debe al término “pineberry” que ha calado en el mercado anglosajón, pero su trasfondo científico es completamente distinto.

Fresas blancas Florida Pearl® y fresas rojas Calinda. - Á.Bayón para Muy Interesante

El origen de la fresa blanca

Las fresas blancas no constituyen una novedad absoluta. Desde hace siglos, han existido en la naturaleza variedades con colores inusuales. El antepasado de muchas de estas variedades se remonta a las especies americanas de fresa, cuyo acervo genético alberga la opción de manifestar tonos blancos o rosados en lugar de rojos. Esto, de hecho, explica por qué en Sudamérica se conocían hace tiempo. No obstante, su comercialización masiva era limitada, y casi cayeron en el olvido.

A principios del siglo XXI, investigadores de la Universidad de Florida obtuvieron fresas blancas de Japón (alrededor de 2012) y, tras cuidadosos procesos de selección y cruce, desarrollaron la variedad Florida Pearl®. Este suceso devolvió al mercado el color blanco de la fresa, haciéndola popular en Europa, particularmente en España. El éxito de la Florida Pearl® radica en su combinación de sabor, aroma y aspecto distintivo.

Desarrollo y comercialización de Florida Pearl®

La evolución de Florida Pearl® es resultado de un minucioso trabajo agronómico. En 2012, se sembraron en Florida semillas de fresas blancas japonesas. De allí, se escogieron las plantas con atributos deseables (color y sabor) y se practicaron cruces repetidos, obteniendo la variedad FL 16.78-109, después denominada Florida Pearl®. Sus virtudes, a saber: su resistencia a ciertas plagas y su inconfundible perfil de sabor, la convirtieron en una opción muy reclamada.

Hacia 2021, la Florida Pearl® llegó a España de la mano de agricultores de Masiá Ciscar (Huelva), y se comercializó como parte de la gama gourmet Corazon Berry. Su buena acogida no solo responde a la curiosidad por su color, sino también a su dulzura y su distintivo aroma a piña. Esta variedad muestra la suma de metodologías de cultivo tradicionales y avances científicos, ofertando un producto atractivo y de calidad.

Las razones detrás del color blanco

La tonalidad blanca de la fresa Florida Pearl® se debe a una alteración genética que interfiere con la síntesis de pigmentos en la planta. Normalmente, las fresas rojas adquieren ese color gracias a flavonoides llamados antocianinas, responsables de tonalidades rojizas y violáceas. En la Florida Pearl®, una mutación del gen FaMYB10-2 obstaculiza la acumulación de antocianinas, lo que hace que la fruta mantenga su color claro en lugar de virar al rojo habitual.

Fresas blancas Florida Pearl®. - Á.Bayón para Muy Interesante

El papel del gen FaMYB10-2

El gen FaMYB10-2 desempeña un rol decisivo en la producción de antocianinas en las fresas. En las variedades rojas, codifica la proteína que desencadena la síntesis de los pigmentos, generando el característico tono rojo. En la Florida Pearl®, una mutación en este gen impide que la ruta biosintética funcione de manera normal, de modo que la fruta madura sin pigmentación, dando lugar a ese color blanco que la identifica.

Aunque la ausencia de pigmentos altera el color de la fruta, no merma su sabor o sus propiedades nutricionales. De hecho, la Florida Pearl® conserva un sabor suave y dulce que la distingue, indicando que, incluso sin los niveles de antocianinas de otras fresas, se mantiene el aporte de nutrientes esenciales y el placer sensorial.

Antocianinas y su ausencia en la fresa blanca

Las antocianinas, compuestos flavonoides, son decisivas para el color rojo de muchas frutas y verduras, incluidas las fresas. En la Florida Pearl®, la disfunción del gen FaMYB10-2 provoca la carencia de antocianinas durante la maduración. Esta es la razón por la que la fruta conserva el blanco o, como mucho, adquiere un leve rubor rosado en algunos casos.

Aunque la vista reconozca la fresa blanca como inusual, tal condición no afecta su textura ni su dulzura. El gen FaMYB10-2 altera solo la faceta cromática, mientras la composición general de azúcares y aromas se mantiene intacta o incluso enfatizada. Por eso, a la hora de saborearla, muchos encuentran que esta variedad otorga un gusto y un aroma sumamente distintivos en comparación con las fresas rojas tradicionales.

¿Qué hace diferente a la Florida Pearl®?

Florida Pearl® se diferencia en su coloración, pero también en su perfil organoléptico. Su dulzura y su sutil aroma a piña la sitúan en la categoría de “nueva experiencia” para el consumidor. Además de su atractivo estético, su menor contenido de antocianinas no resta calidad, sino que suma un valor especial para quienes buscan sabores exóticos y llamativos.

Este tipo de fresa ofrece al mercado una opción sofisticada y rompe la monotonía visual de las fresas convencionales. Asimismo, su relativamente buena resistencia a enfermedades y sus exigencias de cultivo manejables son razones por las que los agricultores y comerciantes la han acogido con entusiasmo. Con todo, la Florida Pearl® se erige como ejemplo de innovación en la producción agrícola, a la vez que conserva métodos de cría tradicionales sin ingeniería genética.

Preguntas frecuentes sobre la fresa blanca

¿Existen las fresas blancas?

Sí, las fresas blancas forman parte de la diversidad natural. Aunque su presencia en el comercio era escasa, han sido reconocidas y cultivadas desde hace siglos en diferentes regiones. Variedades como la Florida Pearl® son una versión actualizada de este fenómeno, presentada como un producto singular para el consumidor interesado en sabores novedosos y presentaciones diferentes.

Fresa blanca Florida Pearl® en detalle. - Á.Bayón para Muy Interesante

¿Fresa es lo mismo que frutilla?

En términos generales, fresa y frutilla refieren a la misma fruta. El término “fresa” se usa de manera amplia en muchas zonas, mientras que en otros países de Latinoamérica el nombre predominante es “frutilla”. Las divergencias responden a variantes lingüísticas regionales, pero esencialmente describen el mismo fruto.

Fresas blancas: ¿de dónde son?

Las fresas blancas pueden rastrear su origen hasta las variaciones genéticas de las especies americanas. A lo largo del tiempo, regiones como Sudamérica e incluso Japón han cultivado y perfeccionado versiones blancas. La Florida Pearl®, en particular, fue refinada por investigadores de la Universidad de Florida, usando semillas procedentes de Japón.

¿Cuál es el origen de la fresa blanca?

El origen de la fresa blanca se asocia con la mezcla de dos especies nativas de América: F. chiloensis y F. virginiana. Algunas de las plántulas surgidas de este cruce presentaban un color claro, un rasgo que fue conservado y realzado por agricultores y científicos. En la actualidad, la Florida Pearl® es el resultado de un proceso de selección y cruce para potenciar dichas cualidades genéticas.

Frutillas blancas y su historia

Las frutillas blancas han figurado en la historia agrícola por siglos, aunque a menudo su cultivo quedó relegado frente a las variedades rojas de mayor fama. En el siglo XXI, se revalorizan gracias a esfuerzos de instituciones de investigación y agricultores que buscan diversificar la oferta. Ejemplos como la Florida Pearl® confirman cómo la variación genética es fuente inagotable de nuevas opciones, manteniendo vigente la fascinación por la fresa y su capacidad de asombro.

Referencias:

  • Universidad de Florida (2012). Investigaciones sobre la variedad de fresa blanca.
  • Wada, E. (2019). Estudios sobre Fragaria × ananassa en Japón.
  • Williams, R. (2020). Genética y cultivos de fresas en América.

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