En el inmenso mundo marino existen criaturas extrañas y poco conocidas. Entre ellas, destaca el dugongo (Dugong dugon), un mamífero perteneciente al orden Sirenia, que habita en las cálidas aguas del océano Índico y la costa del Pacífico. Este animal, a menudo confundido con el manatí (género Trichechus), comparte muchas similitudes con sus primos de las aguas del Caribe, pero también muestra características únicas que lo diferencian de estos.
Las principales características del dugongo
El dugongo es un mamífero de gran tamaño, que puede alcanzar hasta tres metros de longitud y pesar más de cuatrocientos kilogramos. Su cuerpo es robusto y de forma alargada, diseñado para deslizarse suavemente en el medio acuático. Su piel es gruesa y rugosa, de un tono grisáceo que lo ayuda a camuflarse en su entorno submarino. Una de las características más notables de este animal es su cola, que es plana y con forma de media luna, lo que le permite moverse con gracia y agilidad en el agua.
El rostro del dugongo es inconfundible, con un hocico corto y prensil que utiliza para alimentarse de la vegetación marina, su principal fuente de alimento. Este hocico está rodeado de vibrisas o bigotes altamente sensibles que le permiten detectar las plantas bajo el agua. Sus ojos, pequeños y oscuros, se suelen comparar con los de los humanos por su expresión serena y pacífica, un rasgo que sin duda contribuye a las leyendas que lo rodean.
Hábitat natural: El hogar del dugongo en la naturaleza
El dugongo es un animal marino que habita en aguas cálidas y poco profundas, preferentemente en las costas y arrecifes de coral del océano Índico y el Pacífico occidental. Se le puede encontrar en aguas donde las temperaturas suelen ser estables y cálidas, ideales para su supervivencia. Estos animales son particularmente dependientes de las praderas submarinas, ya que estas áreas les proporcionan su principal fuente de alimento: las fanerógamas marinas.

Las praderas de fanerógamas no solo son cruciales para la alimentación del dugongo, sino también para su reproducción y cría de su descendencia. El parto de las hembras suele ocurrir en estas áreas protegidas, donde los recién nacidos pueden crecer en un entorno seguro y dar su primera bocanada de aire. Los dugongos son animales longevos, con una esperanza de vida de hasta setenta años, aunque alcanzan la madurez sexual alrededor de los diez años. Sin embargo, su lenta tasa de reproducción, con las hembras dando a luz solo una vez entre cada tres y siete años, los hace particularmente vulnerables a las amenazas ambientales.
La alimentación y el comportamiento del dugong
El dugongo es un herbívoro estricto, que pasa la mayor parte de su tiempo alimentándose en los lechos de pastos marinos. Un dugongo adulto puede consumir hasta el diez por ciento de su peso corporal en vegetación diariamente, lo que equivale a alrededor de cuarenta kilos de plantas acuáticas. Este comportamiento alimenticio, similar al de las vacas en tierra firme, ha llevado a que se les denomine “vacas marinas”.
A diferencia de otros mamíferos marinos, el dugongo no realiza grandes migraciones. Prefiere permanecer en áreas donde las praderas submarinas son abundantes y las condiciones del agua son estables. Son animales tranquilos y suelen moverse lentamente, pero son capaces de realizar inmersiones de hasta veinte minutos para buscar su alimento.

Dugongo: un animal en peligro
A pesar de su apariencia robusta y su capacidad para adaptarse a la vida acuática, el dugongo se encuentra en estado vulnerable. No solo es pastos de los tiburones y orcas, sus únicos depredadores. La pérdida de hábitat, debido al desarrollo costero y la contaminación de las aguas, ha reducido drásticamente las praderas de fanerógamas de las que depende, lo que lo convierte en una de las especies amenazadas. Además, las colisiones con embarcaciones y la caza furtiva han contribuido a la disminución de su población. El dugongo, al igual que muchas otras especies marinas, está en peligro de extinción y su futuro depende en gran medida de los esfuerzos de conservación que hagamos para proteger su hábitat natural.
Dugongo vs manatí
Aunque el dugongo y el manatí pertenecen al mismo orden, Sirenia, existen diferencias notables entre estas dos especies. La más evidente es la forma de la cola: mientras que la del dugongo es bifurcada, la del manatí es redondeada y más ancha. Además, el dugongo se encuentra exclusivamente en el océano Índico y el Pacífico occidental, mientras que los manatíes habitan en las aguas dulces y salobres de América y África.
Otra diferencia clave radica en su alimentación: mientras que los manatíes a veces complementan su dieta con peces y pequeños invertebrados, el dugongo es estrictamente herbívoro. El esqueleto del dugongo también es más denso que el del manatí, lo que le permite mantenerse más cerca del fondo marino mientras se alimenta.

Algunas curiosidades interesantes del dugongo
Una de las curiosidades más fascinantes sobre el dugongo es su relación evolutiva con los elefantes. A pesar de ser mamíferos marinos, los sirenios comparten un ancestro común con los elefantes terrestres. Este vínculo es evidente en ciertas características anatómicas, como la estructura de sus huesos.
Además, al igual que los manatíes, los dugongos tienen un metabolismo muy lento, lo que se refleja en su comportamiento tranquilo y su capacidad para permanecer sumergido durante largos periodos de tiempo. Esta adaptación le permite sobrevivir en un entorno donde los recursos pueden ser limitados.
Finalmente, no podemos dejar de mencionar el papel que el dugongo ha jugado en la mitología marina. Los exploradores europeos que llegaban a las costas del océano Índico a menudo confundían a los dugongos con sirenas, especialmente cuando observaban a las hembras amamantando a su descendencia en una posición vertical. Esta imagen, junto con los rasgos humanos de sus ojos, alimentó las leyendas de estos seres mitad mujeres, mitad pez.

Cuál es el futuro del dugongo
El dugongo es una de las especies más emblemáticas de la fauna marina, y su conservación es crucial para mantener el equilibrio de los ecosistemas costeros donde habita. Con un enfoque global en la protección de sus hábitats y en la reducción de las amenazas que enfrentan, aún estamos a tiempo de asegurar un futuro para estos "gigantes gentiles" de nuestros océanos, ¡protejámoslos de la extinción!