Estas prohibiciones no son meras anécdotas culturales, sino que reflejan una visión más amplia del gobierno chino sobre el entretenimiento, la historia y la moralidad, moldeando así no solo el contenido doméstico sino también ejerciendo una influencia significativa en el mercado global del entretenimiento.
La industria del entretenimiento en China ha experimentado un crecimiento fenomenal en las últimas décadas, convirtiéndose en uno de los mercados más lucrativos y dinámicos del mundo. Este auge ha sido impulsado por una población enormemente diversa y tecnológicamente conectada, ansiosa por consumir contenido tanto local como internacional. Sin embargo, este crecimiento ha venido acompañado de un escrutinio y control gubernamental igualmente intensos, ejemplificados en la forma en que ciertos temas y representaciones son estrictamente regulados.

La censura en China no es un fenómeno nuevo, pero su aplicación en el ámbito del entretenimiento ha ganado notoriedad en la era digital. Los temas considerados sensibles o inapropiados por el gobierno, como los viajes en el tiempo o ciertas representaciones de personajes ficticios y reales, son objeto de prohibiciones o modificaciones significativas.
Análisis de la política de censura en China
La censura en China, especialmente en el ámbito del entretenimiento, tiene una historia que se remonta a varias décadas, evolucionando con los cambios políticos y sociales del país. Tradicionalmente, la censura en China ha sido utilizada como una herramienta para preservar la moral pública, la estabilidad social y, sobre todo, para mantener la autoridad y el punto de vista del Partido Comunista. En las primeras décadas tras la fundación de la República Popular China en 1949, la censura se centraba en promover ideales socialistas y erradicar lo que se consideraba influencias "burguesas" o "decadentes".
Con la apertura de China al mundo exterior y las reformas económicas que comenzaron en la década de 1980, la industria del entretenimiento experimentó una expansión significativa. Sin embargo, esta apertura también trajo consigo un control más estricto sobre los contenidos culturales. La censura se adaptó para equilibrar la necesidad de modernización y apertura económica con la preservación de los valores socialistas y el control político.
En la actualidad, la política de censura en China es multifacética y abarca una amplia gama de contenidos, desde películas y series de televisión hasta videojuegos y medios en línea. La Administración Nacional de Radio y Televisión de China, junto con otros organismos gubernamentales, juega un papel crucial en la supervisión y regulación de los contenidos. Los criterios de censura incluyen la prohibición de temas que se consideran sensibles o tabúes, como los viajes en el tiempo, ciertas representaciones históricas, el sobrenaturalismo, y cualquier contenido que se perciba como desafiante a la autoridad del Partido o que retrate de manera negativa la historia o la cultura chinas.
Esta política de censura tiene un impacto significativo en la industria del entretenimiento. Los creadores y productores nacionales se ven obligados a navegar por un campo minado de restricciones, lo que a menudo lleva a la autocensura o a la modificación de contenidos para cumplir con las normativas. Este ambiente no solo limita la libertad creativa sino que también puede afectar la calidad y diversidad del entretenimiento producido en China.
El caso es que la influencia de la política de censura china no se limita a sus fronteras. Dado el tamaño y la importancia del mercado chino, los creadores de contenido internacional también se encuentran adaptando o modificando sus obras para cumplir con los estándares de censura de China, lo que a su vez afecta las tendencias y prácticas globales en el entretenimiento. Esto se ha observado en numerosas instancias, como en las películas de Hollywood que se editan o se producen con versiones específicas para el público chino.
Viajes en el tiempo en la ficción china
Los viajes en el tiempo, un tema popular y recurrente en la ficción mundial, enfrentan un panorama único en China. La Administración Nacional de Radio y Televisión de China ha impuesto restricciones específicas contra la representación de viajes en el tiempo en los medios audiovisuales. Estas restricciones, que comenzaron a tomar forma alrededor de 2011, se basan en la preocupación de que tales narrativas distorsionen la historia y promuevan una visión idealizada del pasado, contradiciendo la narrativa oficial del Partido Comunista sobre la historia y el progreso de China.
Según estas directrices, los viajes en el tiempo son vistos como un vehículo para el revisionismo histórico y la frivolidad, y por lo tanto, cualquier representación que no se ajuste a una interpretación histórica "correcta" y seria es desalentada o prohibida. Esto incluye tramas que involucran viajar a periodos históricos chinos y alterar eventos o retratarlos de manera inexacta.
La prohibición de los viajes en el tiempo ha tenido un impacto notable en la industria del entretenimiento china. Varias series y películas populares que incluyen elementos de viaje en el tiempo han tenido que ser reestructuradas o han sido retiradas completamente. Por ejemplo, la serie "Palace", que involucraba viajes en el tiempo a la dinastía Qing, tuvo que modificar su enfoque narrativo para cumplir con las regulaciones. Otras series, como "Myth", que presentaba a un personaje viajando a la China feudal y encontrando el amor, enfrentaron censura debido a su interpretación idealizada del pasado.
Estas restricciones también han limitado la importación de contenido extranjero que presenta viajes en el tiempo, afectando la disponibilidad de ciertas películas y series internacionales en el mercado chino.
La prohibición de los viajes en el tiempo en los medios chinos ha tenido un efecto significativo en la narrativa y en la creación de contenido. Los escritores y productores se han visto obligados a buscar alternativas creativas para abordar temas históricos, a menudo optando por enfoques metafóricos o alegóricos para explorar el pasado. Esto ha llevado a un aumento en la popularidad de géneros como la fantasía y la ciencia ficción, que permiten cierta libertad para explorar temas históricos y sociales sin infringir directamente las regulaciones.
Sin embargo, estas restricciones también han sido objeto de críticas por sofocar la creatividad y limitar la diversidad de historias que se pueden contar. Algunos argumentan que la censura en temas como los viajes en el tiempo no solo restringe la libertad de expresión artística, sino que también impide una exploración más profunda y matizada de la historia y la cultura china.
Prohibición de personajes y temas específicos
No fueron solo los viajes en el tiempo. Peppa Pig, una serie animada británica para niños, se convirtió en un caso inusual de censura en China. A pesar de su naturaleza inocente, Peppa Pig fue objeto de restricciones en 2018. El personaje se había popularizado entre los jóvenes adultos chinos, convirtiéndose en un símbolo de la cultura de la subversión y la ironía. La cerdita animada comenzó a asociarse con lo que se conocía como "shehuiren" o "sociedad frívola", un término despectivo para describir a los jóvenes que no siguen las normas tradicionales y pueden estar involucrados en comportamientos contraculturales o incluso delictivos.
Esta asociación llevó a la eliminación de más de 30.000 videos de Peppa Pig de la popular plataforma de videos Douyin, reflejando la preocupación del gobierno chino por el potencial de los iconos culturales para ser cooptados en mensajes políticos o antisistema.
Además de Peppa Pig, el gobierno chino ha restringido la representación de otros temas y personajes en los medios. Los fantasmas y lo sobrenatural, por ejemplo, están frecuentemente prohibidos, ya que se considera que promueven supersticiones o ideas contrarias al materialismo dialéctico, una filosofía central en la ideología del Partido Comunista. Este enfoque ha afectado a películas y series tanto nacionales como extranjeras, incluyendo casos conocidos como "Crimson Peak" o "Piratas del Caribe".
La reencarnación es otro tema vetado, principalmente debido a su asociación con las creencias budistas, en particular las del Tíbet, una región con una historia tensa y conflictiva con el gobierno chino. Esto refleja cómo las decisiones de censura a menudo tienen raíces en consideraciones políticas y sociales más amplias.
Estas restricciones han llevado a la autocensura por parte de creadores y productores, tanto dentro como fuera de China. Los estudios internacionales, deseosos de acceder al lucrativo mercado chino, a menudo editan o cambian sus producciones para cumplir con las normativas de censura chinas. Esto puede significar la eliminación de ciertas escenas, la alteración de líneas de trama, o incluso la exclusión total de ciertos temas.