Supervivencia sin agua: Adaptaciones sorprendentes en el reino animal y humano

Si tuviéramos que señalar a un animal capaz de sobrevivir en las condiciones más duras y secas del planeta, prácticamente habría una única elección: el camello. Sobrevive con muy poca agua, puede encontrar comida donde otros animales no lo hacen, soporta el calor y frío extremos de los desiertos y, además, ha aprendido a vivir entre seres humanos.
¿Quién puede vivir sin agua?

En el reino animal, diversas especies han desarrollado adaptaciones sorprendentes para sobrevivir sin agua. Los camellos, por ejemplo, son maestros en la gestión de recursos hídricos. Son capaces de pasar semanas sin beber gracias a su capacidad para obtener humedad de las plantas y soportar pérdidas de agua corporal significativas. Sin embargo, no son los únicos seres vivos que se han adaptado a la falta de agua. Te presentamos algunas especias que han hecho de la supervivencia sin agua su modo de vida.

Adaptaciones de los animales para la supervivencia sin agua

El camello: el rey del desierto

Lo que un camello aguanta sin beber depende de la cantidad de comida que tiene accesible, de la temperatura durante el día y la noche, el viento y si está descansando o trabajando. En el Sahara, los camellos pueden estar de 6 a 7 meses sin probar una gota de agua, pero eso no significa que no necesiten agua: la consiguen de las plantas que comen. En general, si la temperatura se encuentra entre los 30-35º C pueden estar hasta dos semanas sin beber. Claro que, si la temperatura sube, necesitan su ración de agua con más frecuencia.

En Mauritania, donde las temperaturas alcanzan los 48º por el día y 30º por la noche, los camellos beben cada 5 días, aunque pueden estar hasta 10 sin una gota que echarse a la boca. Eso sí, cuando se ponen a beber no hay quien les pare: son capaces de soplarse 106 litros de una sentada y llegar a 170 litros si se les deja un día entero (más de dos veces el volumen del depósito de gasolina de un coche normal).

De igual modo, aguantan muy bien la deshidratación. Si un ser humano pierde el 12% de su peso, muere, pero un camello puede llegar a perder el 40% en agua antes de estar realmente en peligro. Esto tiene que ver con la forma de balón de rugby de sus células sanguíneas, que les permite pasar unas junto a otras sin entorpecerse aunque el plasma se haya reducido debido a la deshidratación. Si todo esto fuera poco, soportan temperaturas internas de 42º C sin caer enfermos; nosotros duramos más bien poco si la fiebre alcanza los 39º.

Los camellos son ejemplos de supervivencia sin agua
Los camellos han aprendido a maximizar los recursos hídricos. Fuente: Pixabay

La sorprendente resistencia de los tardígrados

En lo que se refiere a la supervivencia sin agua, es en el mundo animal donde encontramos las situaciones más extrañas. Baste con mirar a unos misteriosos animales que no miden más de 1 mm de largo y, a pesar de hallarse en cualquier hábitat húmedo del mundo, desde las selvas tropicales al océano Ártico pasando por los charcos del jardín trasero de las casas, no fueron descubiertos hasta 1773 por el zoólogo alemán Johann August Ephraim Goeze, que los llamó Kleiner Wasser Bärs, ositos de agua. Pertenecen a un más que desconocido phylum de invertebrados, Tardigrada, de los que se han descrito del orde de 800 especies diferentes. Sólo el 10% viven en agua salada y el resto en agua dulce, agarados a musgos, líquenes, vegetación acuática o en los lechos de hojas en descomposición.

De cuerpo corto y gordito, poseen cuatro pares de extremidades pobremente articuladas. Su característica más llamativa, sin embargo, son unas garras que se encuentran al final de ellas formando grupos de 4 a 8.

Viven rodeados de una delgada capa de agua que les permite intercambiar gases con el exterior e impide que se produzca una desecación no controlada. Porque ésta es una de las características más llamativas de estos diminutos animales: pueden suspender de manera reversible su metabolismo, de forma que lo hacen descender hasta un 0,01% de su valor normal -incluso puede llegar a ser indetectable- y reducir su contenido de agua hasta menos del 1%. A esta capacidad de algunos seres vivos de perder prácticamente la totalidad del agua de su organismo se la llama anhidrobiosis. El cuerpo se encoge longitudinalmente y se pliega mientras las extremidades se invaginan. Además, la superficie se recubre de una capa de cera que ayuda a reducir la transpiración.

Los tardígrados son realmente impresionantes: no solo resisten una sequedad ambiental extrema, sino que también soportan altas dosis de rayos X (más de 1.000 veces la dosis mortal para un ser humano), temperaturas por encima de 150º C y -272,8º C, muy cerca del cero absoluto. Y, para colmo, aguantan tanto muy altas presiones como el vacío del espacio.

La rosa de Jericó es otro ejemplo de ser vivo capaz de sobrevivir sin agua
Rosa de Jericó. Fuente: Nicole-Koehler/Wikimedia

La rosa de Jericó: la planta que "revive"

Con todos estos datos podríamos pensar que los camellos son realmente superanimales. Y no estamos nada equivocados, aunque si los comparamos con otros seres vivos… Por ejemplo, la rosa de Jericó o Anastatica hierochuntica, miembro de las Brassicaceae, una pequeña planta originaria de Siria de color gris que raramente alcanza los 15 cm de altura: recibe el peculiar nombre de Planta de la Resurrección.

Decir que su comportamiento es peculiar es decir poco. Tras la estación húmeda, muere y se seca, replegando sus estambres hasta formar una bola que protege las semillas e impide que se dispersen demasiado pronto. Estas semillas son muy resistentes y pueden mantenerse “durmientes” durante años. Cuando empieza a llover, la planta se abre y las semillas se dispersan. Otra planta que suele venderse en las tiendas bajo el nombre de Rosa de Jericó es la Selaginella pilifera, un helecho que revive y vuelve a su color verde cuando se le moja con un poco de agua.

Rotíferos bdelloidea: la anhidrobiosis en acción

Otros organismos capaces de sobrevivir sin agua son los rotíferos bdelloidea, unos invertebrados microscópicos con aspecto alienígena. Tienen menos de 0,5 mm de largo y están formados por unas 1.000 células. Tienen sistema nervioso y elementos sensores como ojos y antenas. Los podemos encontrar en el musgo, en los riachuelos, estanques, manatiales... Por todo el planeta salvo en las zonas polares. Pero lo que les hace fascinantes a los ojos de los investigadores no es esa habilidad suya para desecarse, sino porque abandonaron el sexo hace 100 millones de años; se reproducen por partenogénesis (el óvulo femenino se desarrolla sin necesidad haber sido fecundado). Los biólogos no han encontrado machos, ni hermafroditas o traza alguna de meiosis, el proceso que crea las células sexuales.

Masa de agua
Aunque el agua sea imprescindible para sobrevivir, muchas especies animales y vegetales han conseguido adaptarse a medios donde el agua escasea. Fuente: Pixabay

Factores que influyen en la capacidad de supervivencia sin agua

Influencia de la temperatura y el clima

La temperatura y el clima son factores determinantes en la capacidad de los organismos para sobrevivir sin agua. En regiones desérticas, donde las temperaturas pueden ser extremas, los animales y las plantas han desarrollado adaptaciones específicas para limitar la pérdida de agua. Por ejemplo, los camellos pueden regular su temperatura corporal para evitar el sobrecalentamiento durante el día y conservar el calor durante las noches frías.

La variabilidad climática también juega un papel crucial en la supervivencia sin agua. En lugares donde las precipitaciones son escasas e irregulares, como el Sahara, las especies han evolucionado para aprovechar al máximo los breves periodos de lluvia. Las plantas como la rosa de Jericó han desarrollado la capacidad de entrar en un estado de latencia durante la sequía y reactivarse rápidamente cuando las condiciones mejoran. Este tipo de adaptaciones son esenciales para la supervivencia en climas extremos.

La importancia de la dieta en la obtención de agua

La dieta juega un papel crucial en la capacidad de los organismos para sobrevivir a la falta de agua. Muchos animales han desarrollado estrategias para obtener la humedad necesaria a través de los alimentos que consumen. Las plantas suculentas, que almacenan agua en sus tejidos, son una fuente importante de hidratación para muchos animales del desierto. Estas plantas no solo proporcionan humedad, sino también nutrientes esenciales que ayudan a los animales a mantener su equilibrio hídrico. Además, algunas especies han desarrollado la capacidad de metabolizar grasas y proteínas de manera eficiente, liberando agua como subproducto del metabolismo.

En el caso de los seres humanos, la dieta también puede influir en la hidratación. Consumir alimentos ricos en agua, como frutas y verduras, puede ayudar a complementar la ingesta de líquidos y mantener el equilibrio hídrico. Este enfoque es particularmente relevante en situaciones donde el acceso al agua potable es limitado, y resalta la importancia de una dieta equilibrada para la supervivencia sin agua.

Los desiertos dificultan la supervivencia sin agua
El desierto es uno de los lugares más inhóspitos para la supervivencia. Fuente: Pixabay

El papel del viento y la actividad física

El viento y la actividad física son otros factores que pueden influir significativamente en la capacidad de los organismos para sobrevivir sin agua. En ambientes desérticos, el viento puede aumentar la tasa de evaporación, lo que incrementa la pérdida de agua en plantas y animales. Para contrarrestar este efecto, muchas especies han desarrollado adaptaciones que les permiten minimizar la transpiración y conservar la humedad interna.

En el caso de los camellos, su grueso pelaje actúa como un aislante que los protege del viento y, en consecuencia, minimiza la pérdida de agua por evaporación. Además, su capacidad para regular la actividad física durante las horas más calurosas del día les permite conservar energía y agua. Los camellos a menudo descansan durante el día y se vuelven más activos al amanecer y al atardecer, cuando las temperaturas son más bajas.

En los seres humanos, el ejercicio intenso puede aumentar la pérdida de líquidos a través del sudor, lo que requiere una mayor ingesta de agua para compensar. En entornos donde el agua es escasa, ajustar el nivel de actividad física puede ser una estrategia efectiva para conservar recursos hídricos y prolongar la supervivencia.

¿Cuánto tiempo puede un ser humano sobrevivir sin agua?

Tiempo promedio y factores que lo afectan

La capacidad de un ser humano para sobrevivir sin agua es limitada y depende de varios factores. En general, se estima que una persona puede vivir entre tres y cinco días sin agua, aunque este periodo puede variar según las condiciones ambientales, el estado de salud y el nivel de actividad física. En climas cálidos, la necesidad de agua aumenta debido a la mayor pérdida de líquidos a través del sudor.

La altitud también juega un papel importante en la capacidad de resistencia a la deshidratación. En altitudes elevadas, el aire es más seco y la evaporación de agua del cuerpo es más rápida, lo que incrementa la necesidad de hidratación. Asimismo, la edad y el estado de salud general son factores críticos. Los niños y los ancianos son más vulnerables a la deshidratación debido a sus necesidades fisiológicas específicas y a su menor capacidad para conservar agua. Además, las enfermedades que causan pérdida de líquidos, como la diarrea o la fiebre, pueden aumentar significativamente el riesgo de deshidratación. En estos casos, es esencial reponer los líquidos perdidos para evitar complicaciones graves.

La función vital del agua en el cuerpo humano

El agua es esencial para el funcionamiento adecuado del cuerpo humano. Constituye entre el 50% y el 70% del peso corporal y es fundamental para mantener el equilibrio de líquidos, regular la temperatura corporal y transportar nutrientes a las células. Además, el agua facilita la digestión, mantiene las mucosas húmedas y ayuda a eliminar toxinas a través de los riñones. La hormona antidiurética producida por el cuerpo ayuda a conservar el agua al reducir la cantidad de orina producida. Este mecanismo es crucial para mantener la hidratación en situaciones donde el acceso al agua es limitado.

El agua también es esencial para la lubricación de las articulaciones y el mantenimiento del equilibrio del pH en el cuerpo. Sin una adecuada ingesta de agua, estos procesos pueden verse comprometidos, lo que puede llevar a problemas de salud a largo plazo.

Consecuencias de la deshidratación extrema

La deshidratación extrema puede afectar de manera negativa a los sistemas y órganos del cuerpo. Cuando el cuerpo pierde más agua de la que ingiere, se produce un desequilibrio que puede provocar mareos, fatiga y confusión mental. En casos severos, la deshidratación puede causar un golpe de calor, una emergencia médica que requiere atención inmediata. El sistema circulatorio también se ve afectado por la deshidratación, ya que el volumen sanguíneo disminuye, lo que puede provocar una caída en la presión arterial y una mayor carga sobre el corazón. Además, la función renal se compromete al dificultar la eliminación de toxinas. Mantenerse hidratado es esencial para el funcionamiento adecuado del cuerpo, y la falta de agua puede afectar el rendimiento físico y cognitivo, reducir la capacidad de concentración y aumentar la sensación de fatiga.

Referencias

  • Perales-García, Aránzazu; Isabel Estévez-Martínez y Rafael Urrialde. 2016. "Hidratación: determinados aspectos básicos para el desarrollo científico-técnico en el campo de la nutrición". Nutrición Hospitalaria, 33(Supl. 4): 12-16. doi: https://dx.doi.org/10.20960/nh.33 

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