Existen miles de fósiles de dinosaurios. Actualmente, gracias a la cantidad de restos encontrados ya hay más de mil especies identificadas de dinosaurios mesozoicos. Pero la mayoría son restos de muy baja calidad, apenas fragmentos de huesos y dientes sueltos. No obstante, algunos ejemplares son buenos. Excepcionalmente buenos. Fósiles de dinosaurios realmente impresionantes.
Introducción a los fósiles de dinosaurios
¿Qué son los fósiles de dinosaurios?
Los fósiles de dinosaurios son restos o impresiones de estos reptiles prehistóricos que se han preservado en la corteza terrestre a lo largo de millones de años. Estos fósiles pueden incluir huesos, dientes, huellas e incluso impresiones de piel o plumas. La fosilización es un proceso complejo que puede ocurrir de varias maneras, como la permineralización, donde los minerales se infiltran en los poros de los huesos, o la conservación en ámbar, que atrapa pequeños fragmentos de organismos en resina endurecida.
La importancia de los fósiles en la paleontología
Los fósiles de dinosaurios son fundamentales para la paleontología, la ciencia que estudia los organismos antiguos. Estos restos permiten a los científicos reconstruir la historia de la vida en la Tierra, comprender las relaciones evolutivas entre diferentes especies y analizar los cambios en los ecosistemas a lo largo del tiempo.
Además, los fósiles proporcionan evidencia directa de eventos geológicos y climáticos del pasado, como la formación de continentes y la extinción masiva de especies. La información obtenida de los fósiles de dinosaurios también ha sido crucial para entender la evolución de las aves, que descienden de ciertos grupos de dinosaurios terópodos.
Diversidad y cantidad de fósiles de dinosaurios
Miles de especies identificadas
Desde el descubrimiento de los primeros fósiles de dinosaurios, los científicos han identificado más de mil especies diferentes que vivieron durante el Mesozoico, el período que abarca desde hace aproximadamente 252 a 66 millones de años. Esta diversidad refleja la adaptación de los dinosaurios a una amplia gama de hábitats y nichos ecológicos en todo el mundo.
Los dinosaurios variaban enormemente en tamaño y forma, desde los gigantescos saurópodos de cuello largo hasta los pequeños y ágiles terópodos. Cada nueva especie descubierta añade una capa más de comprensión sobre cómo estos animales evolucionaron y se diversificaron a lo largo del tiempo.
Calidad de los fósiles: fragmentarios y completos
A pesar de la gran cantidad de fósiles de dinosaurios descubiertos, la mayoría son fragmentarios: consisten en partes de huesos o dientes sueltos. Estos fragmentos pueden ser difíciles de interpretar, pero aún así proporcionan valiosa información sobre la morfología y el comportamiento de los dinosaurios.
Sin embargo, algunos fósiles se han conservado de manera excepcional, lo que ha permitido que los paleontólogos estudien estructuras completas y detalles anatómicos que de otro modo serían imposibles de observar. Ejemplares como el Archaeopteryx o el Borealopelta han proporcionado insights cruciales sobre la biología y la evolución de los dinosaurios, destacando la importancia de los fósiles bien conservados.
Fósiles de dinosaurios mejor conservados
El nido de Protoceratops en Mongolia
En el año 2011, el paleontólogo David Fastovsky y su equipo describieron un notable descubrimiento en Mongolia. Se trata del fósil de un nido completo, de unos 70 cm de diámetro, pero a diferencia de la mayoría de nidos de dinosaurio, que contienen huevos, en este encontramos cachorros. Quince esqueletos de cachorros de Protoceratops, completamente articulados, con todos los cráneos en la misma orientación. Diez de ellos estaban completos. Todos en el mismo período de madurez física, y probablemente pertenecientes a una misma camada.

El tamaño relativamente grande de los individuos y el avanzado estado de desarrollo indicó a los investigadores que, tal vez, los juveniles de Protoceratops se mantenían en el nido durante bastante tiempo tras la eclosión y, por tanto, que existía un cuidado parental y cierta sociabilidad.
Todo parece indicar que los cachorros quedaron sepultados bajo una duna durante una tormenta de arena, un fenómeno relativamente común en el gran desierto que dominaba el cratón de Asia central durante el cretácico.
La cola de coelurosaurio en ámbar de Myanmar
En diciembre de 2016, un descubrimiento revolucionario en el mundo de la paleontología dio la vuelta al mundo. En Myanmar (Birmania) se acababa de encontrar un fragmento de ámbar que encerraba en su interior algo más que los habituales insectos, arácnidos y restos vegetales. Embebido en la resina fosilizaba descansaba, ligeramente curvada, la cola de un dinosaurio.

Los investigadores identificaron al dueño de la cola como miembro de los Coelurosauria, un grupo que engloba terópodos tan conocidos como Compsognathus, Tyrannosaurus o Velociraptor. En este fósil de apenas 37 mm de longitud se conserva el esqueleto interno, restos de tejidos blandos y la cubierta de plumas. Incluso pudieron analizar la sangre fosilizada. Pero lo más llamativo de este fósil es que en lugar de observar las plumas aplanadas que encontramos en los fósiles rocosos, en este se podían estudiar en tres dimensiones, tal y como se disponían en el animal en vida.
Entre otras conclusiones, su estudio permitió inferir, comparándolo con otros restos fósiles de celurosaurios, que este grupo tenía una enorme variabilidad de plumajes, mucho más de lo que se pensaba.
Borealopelta: un tesoro de Alberta, Canadá
En el año 2017 se publicó el descubrimiento del calificado como dinosaurio mejor preservado de la historia. No es cierto, pues se trata de restos parciales y fragmentados, y hay algunos otros dinosaurios mucho mejor conservados —como los que se ven en el punto 2 y 1 de esta lista—, sin embargo, sí se puede considerar un fósil de conservación excepcional. Fue encontrado en un pozo abierto de la mina Suncor Millennium, en Alberta, Canadá.

En este caso encontramos algo menos de la mitad anterior del cuerpo de un dinosaurio bautizado como Borealopelta, perteneciente al grupo de los Nodosauridae, que se caracteriza por tener el dorso completamente acorazado por unas placas óseas llamadas osteodermos. Se aprecia el esqueleto, todos los osteodermos de la zona preservada, y también se han conservado todas las escamas y la piel bajo ellas. El aspecto del fósil es como si el dinosaurio aún estuviera dormido, descansando en su lecho de roca. Se puede visitar en el Museo Royal Tyrrell de Alberta.
El combate entre Protoceratops y Velociraptor
Ya sabemos que en el cretácico, Asia central estaba dominada por un enorme desierto que nos ha proporcionado una gran cantidad de fósiles de alta calidad. De todos ellos, el más impresionante muestra una escena de lucha que se preservó en el tiempo hasta nuestros días. Actualmente, este fósil es considerado un tesoro nacional en Mongolia.
La escena descubierta en 1971 es brutal. Un poderoso Protoceratops embiste y ataca mordiendo con el pico en el ala derecha a un ligero y grácil Velociraptor, que a su vez se aferra al cráneo con el ala libre y desgarra cuello y abdomen con las enormes garras de las patas traseras. Un combate del que no queda claro quién habría salido vencedor, pero que concluyó con los dos ejemplares sepultados de forma repentina. Es un fósil preservado casi al completo, a excepción de algunas partes del herbívoro, que probablemente fueron alimento de los carroñeros.

Archaeopteryx: el vínculo entre aves y dinosaurios
Desde la publicación de El origen de las especies, de Charles Darwin, una de las críticas principales que recibió fue el de la ausencia de fósiles de formas intermedias. Por otro lado, el origen de las aves resultaba ser un enigma difícil de desentrañar y el motivo de múltiples discusiones. Pero en 1877 se descubrió un fósil único. El llamado Archaeopteryx de Berlín. Podéis visitarlo en el Museo de Historia Natural de la capital alemana.
Tras el descubrimiento de este ejemplar, Thomas Henry Huxley, el apodado “bulldog de Darwin”, fue el primero que propuso la existencia de una relación evolutiva entre aves y dinosaurios. Pero esta hipótesis chocó frontalmente con las opiniones del paleontólogo más importante de su tiempo, sir Richard Owen.
Desde entonces, muchas otras hipótesis surgieron sobre el tema, y ninguna plenamente convincente. Pero el descubrimiento de Deinonychus en los años 60, la aplicación de la cladística —la clasificación de los seres vivos en función de sus relaciones evolutivas— a los dinosaurios, y los descubrimientos de dinosaurios emplumados de las últimas décadas han terminado mostrando quién tenía razón en todo este debate. Algo que la brillante mente de Huxley fue capaz de vislumbrar a partir de analizar este magnífico ejemplar.
Y es que gracias a este Archaeopteryx no solo se resolvió por primera vez el problema de las formas intermedias del registro fósil, sino que fue el punto de partida que nos llevó a descubrir que las aves son, en realidad, dinosaurios.
El proceso de descubrimiento y conservación de fósiles
Métodos de excavación y preservación
El descubrimiento y la conservación de fósiles de dinosaurios implican una serie de técnicas especializadas. Los paleontólogos utilizan herramientas como pinceles y cinceles para excavar cuidadosamente los fósiles de su matriz rocosa. Una vez extraídos, los fósiles deben ser estabilizados y preservados para su estudio y exhibición. Esto puede incluir la aplicación de resinas o consolidantes para evitar el deterioro.
La tecnología moderna, como la tomografía computarizada y el escaneo láser, también se utiliza para estudiar fósiles sin dañarlos. Esto permite a los científicos analizar su estructura interna y obtener datos detallados sobre su composición.
Desafíos en la conservación de fósiles
La conservación de fósiles presenta numerosos desafíos, desde la fragilidad inherente de los restos hasta las condiciones ambientales que pueden causar su deterioro. Los fósiles deben ser protegidos de la humedad, la luz y las fluctuaciones de temperatura para evitar daños. Además, la extracción y transporte de fósiles desde sitios remotos puede ser complicado y costoso.

Imágenes y nombres de fósiles de dinosaurios
Cómo identificar un fósil de dinosaurio
Identificar un fósil de dinosaurio requiere un conocimiento detallado de la anatomía de los dinosaurios y la experiencia en paleontología. Los paleontólogos examinan las características morfológicas de los fósiles, como la forma y tamaño de los huesos, para determinar a qué especie pertenecen. También comparan los fósiles con especímenes ya conocidos y utilizan técnicas de datación para establecer su antigüedad.
Ejemplos de fósiles y sus descripciones
Existen numerosos ejemplos de fósiles de dinosaurios que han sido clave para la paleontología. El Tyrannosaurus rex, uno de los dinosaurios más famosos, es conocido por sus enormes dientes y cráneo masivo. El Triceratops, con sus tres cuernos distintivos y gran collar óseo, es otro ejemplo icónico. Los fósiles de dinosaurios emplumados, como el Microraptor, han proporcionado evidencia de la evolución de las plumas y el vuelo. Cada fósil descubierto añade una nueva dimensión a nuestra comprensión de estos animales prehistóricos y su mundo.
Conclusiones sobre los fósiles de dinosaurios
El impacto de los fósiles en la comprensión de la historia de la Tierra
Los fósiles de dinosaurios han tenido un impacto profundo en nuestra comprensión de la historia de la Tierra. Estos restos nos permiten reconstruir ecosistemas antiguos, estudiar la evolución de la vida y comprender los cambios geológicos y climáticos a lo largo del tiempo. Los fósiles también han sido fundamentales para el desarrollo de teorías evolutivas al proporcionar evidencia tangible de la diversidad y adaptación de los organismos a lo largo de millones de años.
Futuras investigaciones en paleontología
El estudio de los fósiles de dinosaurios continúa siendo un campo dinámico y en evolución. Las futuras investigaciones se centrarán en descubrir nuevas especies, comprender mejor la biología y ecología de los dinosaurios y explorar las conexiones evolutivas entre dinosaurios y otros grupos de animales. La tecnología avanzada, como el análisis de ADN antiguo y la modelización por computadora, ofrecerá nuevas oportunidades para desentrañar los misterios de estos fascinantes seres que una vez dominaron nuestro planeta.
Referencias
- Paul, Gregory S. The Princeton Field Guide to Dinosaurs (Princeton Field Guides). Princeton University Press, 2024.
- Prothero, Donald R. Fantastic fossils: a guide to finding and identifying prehistoric life. Columbia University Press, 2020.