La flotación de cadáveres en el agua es un fenómeno intrigante que mezcla principios de física y biología. Aunque inicialmente un cuerpo humano puede hundirse, con el tiempo, el proceso de descomposición lo lleva de nuevo a la superficie. La densidad del cuerpo humano, la generación de gases y las condiciones ambientales juegan un papel fundamental en este proceso. A lo largo de este artículo, exploraremos cómo y por qué los cadáveres flotan, teniendo en cuenta factores como la densidad, la descomposición y la temperatura del agua.
La densidad del cuerpo humano es similar a la densidad del agua, y lo que nos mantiene flotando es, básicamente, el aire en nuestros pulmones. De ahí que un cadáver comience a hundirse a medida que el aire en sus pulmones es reemplazado por agua. Una vez que no queda aire en los pulmones, el cuerpo acabará en el fondo. Pero... cuando cualquier organismo muere, pasa por la fase de putrefacción: una serie de cambios químicos, físicos y biológicos que terminan devolviendo el cuerpo a la cadena alimentaria.
El proceso inicial: ¿Por qué un cadáver se hunde?
La pérdida de aire en los pulmones
El aire en nuestros pulmones es esencial para la flotación del cuerpo humano. Cuando una persona está viva, el aire almacenado en los pulmones proporciona una fuerza de flotabilidad que le permite flotar en el agua. Sin embargo, tras la muerte, este aire se reemplaza gradualmente por agua, lo que provoca que el cadáver se hunda. Este proceso ocurre porque los pulmones ya no pueden retener el aire, y el agua toma su lugar, aumentando la densidad del cuerpo y llevándolo al fondo.
La dinámica de este cambio es crucial para entender por qué un cuerpo humano inicialmente se hunde. En el caso de un cadáver que cae boca abajo, el aire puede quedar atrapado más tiempo, ralentizando el proceso de hundimiento. Por el contrario, si el cuerpo está boca arriba, el aire se escapa más fácilmente, permitiendo que el agua lo reemplace rápidamente y el cuerpo descienda al fondo.
Influencia de la densidad del cuerpo humano
La densidad del cuerpo humano es comparable a la del agua, lo que significa que, en condiciones normales, un cuerpo puede flotar o hundirse dependiendo de varios factores. Esta similitud en densidad explica por qué las personas pueden flotar mientras están vivas, siempre y cuando mantengan aire en sus pulmones. Sin embargo, cuando el aire es reemplazado por agua, la densidad del cuerpo aumenta, resultando en su hundimiento.
La densidad no solo depende del aire en los pulmones, sino también de la composición del cuerpo. La grasa corporal, por ejemplo, tiene una densidad menor que el agua, lo que favorece la flotación. Sin embargo, la pérdida de aire en los pulmones es el factor determinante que lleva al cuerpo a hundirse inicialmente.

La descomposición y su papel en la flotación
Generación de gases por las bacterias digestivas
Tras la muerte, el cuerpo humano entra en un proceso de descomposición en el que las bacterias del sistema digestivo juegan un rol vital. Estas bacterias continúan su actividad, alimentándose de los tejidos blandos y produciendo gases como dióxido de carbono, amoníaco, hidrógeno y metano. Estos gases se acumulan en las cavidades del cuerpo, aumentando su volumen y reduciendo su densidad, lo que provoca que el cadáver comience a flotar nuevamente.
La producción de gases es un proceso continuo que depende de varios factores, como la temperatura ambiente y la presencia de oxígeno. En ausencia de oxígeno, las bacterias pueden seguir funcionando anaeróbicamente, lo que significa que el proceso de generación de gases no se detiene, contribuyendo a la eventual flotación del cadáver.
Cambios químicos, físicos y biológicos durante la putrefacción
La putrefacción es un proceso complejo que involucra cambios químicos, físicos y biológicos en el cuerpo. A medida que los tejidos se descomponen, los gases generados por las bacterias causan hinchazón y cambios en la estructura del cuerpo. Este proceso es esencial para entender por qué los cadáveres flotan, ya que la acumulación de gases es lo que finalmente lleva al cuerpo de vuelta a la superficie.
Los cambios físicos incluyen la hinchazón del cuerpo debido a la acumulación de gases, mientras que los cambios químicos implican la descomposición de proteínas y azúcares en el cuerpo. Biológicamente, el cuerpo se convierte en un entorno propicio para la proliferación de bacterias, que continúan descomponiendo los tejidos y produciendo gases que favorecen la flotación.
Contribución de los gases a la flotabilidad
Los gases generados durante la descomposición son los principales responsables de la flotación de un cadáver. A medida que estos gases se acumulan, aumentan el volumen del cuerpo sin incrementar su peso, lo que reduce la densidad y permite que el cadáver flote. Este fenómeno es similar al principio de Arquímedes, donde un objeto flota si su densidad es menor que la del líquido en el que se encuentra.
La flotabilidad del cadáver puede ser influenciada por la cantidad de gases producidos y la capacidad del cuerpo para retenerlos. En algunos casos, la presión interna puede ser tan alta que el cuerpo se rompe, liberando los gases y causando que el cadáver se hunda nuevamente. Sin embargo, el proceso de descomposición continuará, generando más gases y haciendo que el cuerpo vuelva a flotar.

Factores que afectan la flotación de un cadáver
Posición del cuerpo en el agua
La posición del cuerpo en el agua es un factor crucial que determina si un cadáver flota o se hunde. Un cuerpo que cae boca abajo podría retener aire en los pulmones por más tiempo, lo que podría retrasar su hundimiento. En cambio, un cuerpo boca arriba permite que el aire escape más fácilmente, facilitando que el agua llene los pulmones y el cuerpo se hunda.
Además, la posición del cuerpo también afecta cómo se distribuyen los gases generados durante la descomposición. Un cadáver que flota en posición horizontal puede acumular gases de manera más uniforme, favoreciendo una flotación más estable. Por otro lado, un cuerpo en posición vertical podría experimentar una distribución desigual de gases, lo que podría afectar su flotabilidad.
Impacto de la temperatura ambiente en la velocidad de descomposición
La temperatura del agua y del ambiente es un factor determinante en la velocidad de descomposición de un cadáver. En aguas frías, el proceso de descomposición es más lento, lo que significa que la generación de gases también se ralentiza, retrasando la flotación del cuerpo. En contraste, en aguas cálidas, la descomposición ocurre más rápidamente, acelerando la producción de gases y la flotación del cadáver.
Este factor es particularmente relevante en cuerpos de agua con temperaturas extremas. En aguas muy frías, el proceso de descomposición puede detenerse casi por completo, lo que podría mantener un cadáver sumergido durante un período prolongado. Por el contrario, en aguas cálidas, un cadáver podría flotar en cuestión de días debido a la rápida descomposición.
El papel de la salinidad y las corrientes marinas
La salinidad del agua también influye en la flotabilidad de un cadáver. En agua salada, la densidad es mayor, lo que facilita la flotación de cuerpos y objetos. Por lo tanto, un cadáver en agua salada podría flotar más rápidamente que en agua dulce. Además, las corrientes marinas pueden arrastrar un cadáver a diferentes lugares, afectando su posición y flotabilidad.
Las corrientes no solo pueden mover un cadáver a lo largo de grandes distancias, sino que también pueden influir en la velocidad a la que flota. Un cuerpo que se encuentra en una corriente fuerte podría ser llevado a la superficie más rápidamente que uno en aguas tranquilas. La interacción entre la salinidad y las corrientes es un factor complejo que afecta la flotación de cadáveres en el mar.Tiempo estimado para la flotación de un cuerpo
¿Cuántos días tarda en flotar un cuerpo ahogado?
El tiempo que tarda un cuerpo ahogado en flotar varía considerablemente según las condiciones ambientales y las características físicas del cuerpo. En general, un cadáver puede comenzar a flotar entre tres y diez días después de la muerte, dependiendo de factores como la temperatura del agua, la salinidad y la posición del cuerpo. En aguas cálidas, el proceso puede ser más rápido, mientras que en aguas frías puede tardar más tiempo.
La estimación del tiempo de flotación también depende de la cantidad de gases generados durante la descomposición. Un cuerpo que produce gases rápidamente podría flotar en cuestión de días, mientras que otro con una producción más lenta podría tardar semanas. Este tiempo es crucial para las investigaciones forenses, ya que puede proporcionar pistas sobre el momento y las circunstancias de la muerte.
Comparación entre cuerpos en agua dulce y salada
La diferencia entre la flotación de cuerpos en agua dulce y salada es notable debido a la variación en la densidad del agua. En agua salada, la mayor densidad facilita la flotación, lo que significa que un cadáver podría emerger más rápidamente que en agua dulce. Además, las condiciones en el agua salada, como las corrientes y la temperatura, pueden influir en la velocidad de descomposición y, por tanto, en el tiempo de flotación.
En agua dulce, la menor densidad puede dificultar la flotación, especialmente si el cuerpo ha perdido gran parte del aire en los pulmones. Sin embargo, la generación de gases durante la descomposición sigue siendo un factor clave que eventualmente llevará al cadáver a la superficie. La comparación entre estos dos tipos de agua es importante para entender cómo diferentes entornos afectan la flotación de cadáveres.

Consideraciones finales sobre la flotación de cadáveres
La diferencia entre asfixia y llenado de pulmones con agua
Un aspecto importante a considerar en la flotación de cadáveres es la diferencia entre asfixia y el llenado de pulmones con agua. En muchos casos de ahogamiento, la muerte ocurre por asfixia debido al cierre de la tráquea en respuesta al agua, no necesariamente porque los pulmones se llenen de agua. Esto significa que un cuerpo podría flotar por más tiempo si no hay agua en los pulmones que aumente su densidad.
La comprensión de este fenómeno es crucial para las investigaciones forenses, ya que puede influir en la determinación de la causa de la muerte. Además, la presencia de agua en los pulmones puede afectar la velocidad a la que un cadáver se hunde o flota, dependiendo de otros factores como la posición del cuerpo y la temperatura del agua.
El fenómeno de hinchazón y ruptura por presión interna
La hinchazón del cuerpo debido a la acumulación de gases es un fenómeno común durante la descomposición. A medida que los gases se acumulan, la presión interna aumenta, lo que puede llevar a la ruptura del cuerpo. Esta ruptura puede liberar los gases acumulados, causando que el cadáver se hunda nuevamente. Sin embargo, el proceso de descomposición continuará generando más gases, lo que eventualmente hará que el cuerpo vuelva a flotar.
Este ciclo de hinchazón y ruptura es un aspecto importante de la flotación de cadáveres, ya que puede influir en la duración y el patrón de flotación. La presión interna y la resistencia del cuerpo a la ruptura son factores que determinan cómo y cuándo un cadáver flota en el agua.
Referencias
- Marzullo, J. M. (2022). Estimación del IPM en cadáveres hallados en medio acuoso cuando la muerte no fuere por sumersión.
- Rayo, J. M., Peral, G. S. M., & Bordas, M. S. (2014). Primer estudio sobre la reducción cadavérica en condiciones sumergidas en la Península Ibérica, empleando un modelo de cerdo doméstico (Sus scrofa L., 1758) en el Río Manzanares (Comunidad Autónoma de Madrid). Ciencia Forense, 261, 294.