Todos los elementos químicos de la Tabla Periódica tienen características sorprendentes. Desde los que componen el aire que respiramos (oxígeno, nitrógeno y otros gases) hasta los medicamentos que tomamos (compuestos por muchos elementos, incluidos calcio, magnesio, cobre y potasio), todos poseen características que los convierten, de algún modo u otro, en peculiares. Aunque muchos de los elementos que se encuentran en forma gaseosa pueden considerarse tóxicos, muchos en forma líquida y sólida pueden ser igualmente mortales: argón, galio y cloro, por nombrar sólo algunos. Hay otros que destacan por el uso que les damos, estado de agregación en que se encuentran o una vida excepcionalmente corta. Aquí presentamos los que podemos considerar los más sorprendentes de todos.

Mercurio
Es el único metal que permanece líquido a temperatura ambiente. Esta propiedad única ha llevado a que se usara en termómetros, barómetros y otros dispositivos de medición.
Como buen metal puede conducir electricidad y su alta tensión superficial, lo que le permite formar gotas y desplazarse por una superficie plana.
El mercurio tiene una larga historia de uso en alquimia y medicina tradicional, donde se creía que tenía poderes curativos mágicos. Se utilizaba para tratar todo tipo de dolencias, desde la sífilis hasta el estreñimiento. Pero no nos dejemos engañar por su pasado medicinal: el mercurio es muy peligroso si se ingiere o se inhala. Es tóxico para los humanos y se acumula en el organismo, provocando graves problemas de salud como temblores, pérdida de memoria y daños neurológicos. Así el uso de mercurio en el tratamiento del fieltro provocaba daños permanentes en el cerebro de los trabajadores que afectaban a la visión, al habla y la coordinación, además de temblores, espasmos musculares, irritabilidad y nerviosismo; de ahí el personaje del sombrerero loco en Alicia en el país de las maravillas.

Bismuto
El bismuto tiene algunas propiedades y comportamientos únicos. Para empezar, tiene una estructura cristalina inusual conocida como red cristalina tetragonal, que le confiere algunas propiedades físicas bastante interesantes, como expandirse cuando se solidifica (la mayoría de los otros metales hacen lo contrario). El bismuto también tiene uno de los pesos atómicos más altos de todos los elementos, lo que lo convierte en uno de los metales más pesados que existen.
Pero ¡cuidado! El bismuto puede ser tóxico para los humanos y causar problemas de salud como daño renal y trastornos neurológicos. También es relativamente raro en la corteza terrestre, lo que hace que sea difícil de conseguir.

Helio
Es el gas noble más ligero que existe, y el segundo elemento más abundante del universo (el 25% de la materia conocida del universo es helio. Es el elemento químico que posee la temperatura de ebullición más pequeña (–269º C) y a la presión atmosférica normal nunca se congela. El estudio de este elemento nos reveló fascinantes propiedades de la materia cuando se encuentra sometida a bajísimas temperaturas. En 1938 el ruso Peter Kapitsa y los canadienses John Allen y Austin Misener encontraron que por debajo de –271º C el helio líquido se convierte en un excelente conductor del calor, 200 veces mejor que el cobre. Y no sólo eso, sino que presentaba una viscosidad inferior a una diezmilésima de la que tiene el hidrógeno gaseoso: es el fenómeno de la superfluidez.
Todos los líquidos presentan oposición al fluir: es la viscosidad, producto del rozamiento entre las moléculas del sólido y las de la superficie sobre las que resbalan. Algunos, como el champú o la miel, son muy viscosos. Otros, como el agua, no lo son tanto. Lo mismo le ocurre al helio líquido. Ahora bien, por debajo de esos –271º C su viscosidad prácticamente desaparece, convirtiéndose en superfluido. Esto hace que podamos ver cómo el helio, literalmente, sube por las paredes del vaso que lo contiene y se derrama en el exterior. Este hecho tiene unas aplicaciones tecnológicas importantes, como es la localización de microagujeros en conductos y tuberías: el helio superfluido se puede ‘colar’ tranquilamente por agujeros de un tamaño inferior a 2 diezmilésimas de milímetro.

Telurio
Una de las cosas más notables del telurio es su fuerte olor parecido al del ajo, lo que lo convierte en uno de los pocos elementos que tiene un olor perceptible. Este elemento es muy reactivo y puede formar varios compuestos con otros elementos; incluso reacciona con el agua y el oxígeno.
El telurio tiene muchos usos industriales y científicos, incluso como agente de aleación en acero, como catalizador en la producción de ciertas sustancias químicas y como componente de algunos tipos de células solares. Se encuentra en pequeñas cantidades en la corteza terrestre y normalmente se obtiene como subproducto de la extracción de otros metales.

Astato
Es el elemento natural más raro en la corteza terrestre y se produce sólo como producto de la desintegración de varios elementos más pesados. Todos los isótopos del astato son de vida corta; el más estable es el astato-210, con una vida media de 8,1 horas. En consecuencia, nunca se ha visto una muestra sólida del elemento y sus propiedades generales no se conocen con certeza. Muchas de ellas se han estimado a partir de su posición en la tabla periódica como análogos más pesados del flúor, cloro, bromo y yodo. Sin embargo, el astato también se encuentra aproximadamente a lo largo de la línea divisoria entre metales y no metales, y también se ha observado y predicho cierto comportamiento metálico. Es probable que el astato tenga una apariencia oscura o brillante y puede ser un semiconductor. Químicamente la mayoría de sus compuestos se parecen a los del yodo, pero a veces también muestra características metálicas y algunas similitudes con la plata.

Carbono
Lo que convierte a este elemento en algo sorprendente es su capacidad para formar cadenas largas de sí mismo, que sirven como esqueleto de estructuras moleculares hacen que sea el bloque de construcción principal de las moléculas orgánicas. Es esencial para la vida y la química orgánica.

Neón
Es el segundo gas noble de la tabla periódica. Es un gas incoloro, inodoro e inerte en condiciones estándar, cuya densidad es aproximadamente dos tercios la del aire. Fue descubierto junto con el criptón y el xenón en 1898 como uno de los tres elementos inertes raros que quedan en el aire seco después de que se eliminan el nitrógeno, el oxígeno, el argón y el dióxido de carbono. Su espectro de emisión es rojo brillante (como puede verse en lámparas de neón de bajo voltaje, tubos de descarga de alto voltaje y carteles publicitarios de neón) y su nombre se deriva de la palabra griega "nuevo". Entre sus propiedades más sorprendentes es que no se conocen compuestos suyos.
La mayor parte del neón del cosmos se sintetizó a partir de oxígeno y helio mediante fusión nuclear dentro de las estrellas. Aunque es un elemento muy común en el universo y el sistema solar (es el quinto en abundancia cósmica después del hidrógeno, el helio, el oxígeno y el carbono), en la Tierra es muy difícil de encontrar en la Tierra. La razón es que el neón es muy volátil y no forma compuestos que lo fijen a los sólidos. Se extrae comercialmente mediante destilación fraccionada de aire líquido. Como el aire es la única fuente, el neón es considerablemente más caro que el helio.