Confirman que julio de 2025 fue el tercer mes más caluroso en la historia: la Tierra encadena ya 49 julios seguidos con calor anómalo

Las temperaturas baten récords por decimotercer mes consecutivo mientras la Tierra sigue inmersa en una espiral de calor sin precedentes.
En julio de 2025, la Tierra vivió el tercer mes más caluroso registrado desde que existen datos globales confiables
En julio de 2025, la Tierra vivió el tercer mes más caluroso registrado desde que existen datos globales confiables. Foto: Istock/Christian Pérez

En julio de 2025, la Tierra vivió el mes tercer más caluroso registrado desde que existen datos globales confiables. Así lo revela el último informe publicado por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), a través del Centro Nacional de Información Ambiental (NCEI), que confirma una tendencia inquietante: cada mes desde julio de 2024 ha sido el más cálido de su respectivo periodo en la serie histórica.

La temperatura promedio de la superficie terrestre y oceánica del planeta fue 1 °C superior al promedio del siglo XX. Este nuevo pico se produce en un contexto donde ya se ha confirmado que los primeros siete meses de 2025 fueron los segundos más calurosos jamás registrados desde que comenzaron las mediciones globales en 1850, con una anomalía de 1.18°C por encima del promedio del siglo XX, solo superados por el mismo período en 2024.

Este dato no es una simple anomalía estadística: es la expresión cuantificable de una alteración sostenida y profunda del equilibrio térmico global. El planeta está calentándose y lo está haciendo a un ritmo que, en palabras de los científicos, ya no puede atribuirse a fluctuaciones naturales.

El impacto regional: calor extremo, lluvias récord y contrastes inusuales

El informe detalla una serie de eventos extremos que afectaron distintas regiones del mundo durante julio de 2025. En América del Norte, gran parte del oeste del continente vivió temperaturas inusualmente elevadas, mientras que en Europa del Sur, zonas como la península balcánica, Italia y el sur de España registraron olas de calor persistentes con máximas por encima de los 45 °C.

En Asia, países como China, India y Corea del Sur enfrentaron una combinación peligrosa de calor y lluvias torrenciales, provocando inundaciones urbanas, deslizamientos de tierra y graves daños a la infraestructura. Japón vivió uno de sus julios más calurosos desde que existen registros, con una media de temperatura 2,89 °C por encima del promedio del país.

Desviaciones térmicas promedio a nivel global en superficie terrestre y oceánica
Desviaciones térmicas promedio a nivel global en superficie terrestre y oceánica. Fuente: NOAA

Oceanía, por su parte, experimentó un julio también más cálido de lo normal, sobre todo en Australia, mientras que Nueva Zelanda vio incrementos menores. En África, la región subsahariana oriental y el norte del continente también reportaron temperaturas anómalamente altas.

La Antártida y el Ártico no fueron la excepción. Aunque con menor impacto visual inmediato, ambas regiones mostraron incrementos notables de temperatura respecto a las medias históricas, lo que contribuye directamente a la aceleración del deshielo y al ascenso del nivel del mar.

Además, los patrones de precipitación también cambiaron. Según el informe, julio fue más húmedo de lo normal en zonas del este y sureste asiático, sur de Brasil y partes de África ecuatorial, mientras que regiones como el oeste de EE.UU., el noreste de China o zonas del Sahel africano vivieron condiciones anormalmente secas. Este tipo de contrastes es cada vez más común en un clima alterado, donde los extremos de humedad y sequía coexisten y se intensifican.

El calentamiento global no da tregua: indicadores clave que lo demuestran

Uno de los datos más reveladores del informe de la NOAA es que la temperatura media global de la superficie terrestre y oceánica para lo que va de 2025 (de enero a julio) supera en 1,18 °C el promedio del siglo XX. Esto convierte a 2025, hasta ahora, en el año más cálido registrado, superando incluso al récord establecido en 2023.

Otro indicador alarmante es el de la temperatura de la superficie del mar, que ha sido la tercera más alta jamás observada para un mes de julio, con un promedio de 0,92 °C por encima del promedio histórico. Esto influye directamente en la intensidad de fenómenos como huracanes, tifones y ciclones, que ganan fuerza al alimentarse de océanos más cálidos.

Los datos también reflejan que el hemisferio norte vivió su tercer julio más cálido de todos los tiempos, mientras que el hemisferio sur experimentó su cuarto julio más cálido de su historia. Esto indica que el fenómeno no es local ni regional, sino verdaderamente global.

El fenómeno de El Niño, que comenzó en 2023 y se extendió hasta mediados de 2024, ha contribuido parcialmente al aumento de las temperaturas, pero los científicos subrayan que el calentamiento continuo del planeta responde sobre todo a las emisiones acumuladas de gases de efecto invernadero derivadas de la actividad humana.

Julio de 2025 fue el tercer julio más caluroso desde 1850, con temperaturas 1,00 °C por encima del promedio del siglo XX. Es el 49º julio consecutivo con temperaturas globales superiores a la media. Los mapas reflejan anomalías de precipitación terrestre según datos del GHCN. Fuente: NOAA

¿Qué nos espera si esta tendencia no se detiene?

El informe del NCEI no solo documenta el presente, también lanza una advertencia implícita sobre el futuro. Si las temperaturas siguen aumentando a este ritmo, las consecuencias serán cada vez más graves y frecuentes: incendios forestales descontrolados, crisis hídricas, inseguridad alimentaria, migraciones forzadas y aumento de enfermedades transmitidas por vectores, como el dengue o la malaria.

Julio de 2025 no es un caso aislado, sino parte de una secuencia creciente de récords que, lejos de sorprender, se están volviendo la nueva normalidad. Desde que comenzó la era industrial, la Tierra ha calentado aproximadamente 1,2 °C, y cada nuevo año confirma que nos acercamos peligrosamente a los 1,5 °C que el Acuerdo de París busca no superar.

El informe también deja claro que el tiempo para actuar se está agotando. Aunque las políticas climáticas internacionales avanzan, las emisiones globales de CO₂ aún no han descendido lo suficiente como para revertir la tendencia. La ventana de oportunidad para mantener el calentamiento bajo control se está cerrando.

La ciencia ha hablado con datos. Julio de 2025 será recordado como un mes histórico, pero no por hazañas humanas, sino como un nuevo aviso de que el planeta está cambiando más rápido de lo que muchos imaginaban. Y no es un cambio benigno.

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  • Eugenio M. Fernández Aguilar