Un asesino en serie, como su propio nombre indica, es aquella persona que comete una serie de asesinatos en los que mata a tres o más personas en un lapso de un mes o más, con un descanso significativo entre los crímenes y generalmente con un patrón tanto en las víctimas como en el modus operandi del asesinato. Los responsables de estos actos deleznables pueden presentar diversos grados de enfermedad mental o psicopatía que contribuye a su comportamiento homicida y a otros crímenes como la violación o la tortura.
¿Qué define a un asesino en serie?
Patrones y características de los crímenes en serie
Un asesino en serie es aquel que comete al menos tres asesinatos en un periodo prolongado, con un intervalo significativo entre cada crimen. Este tipo de criminal suele seguir un patrón específico que puede involucrar el perfil de sus víctimas o el modus operandi utilizado. La repetición de ciertos elementos en sus crímenes es lo que permite a los investigadores identificar a un asesino en serie. Además, estos patrones pueden incluir rituales o símbolos que el asesino deja en la escena del crimen, lo que añade un componente psicológico a sus actos.
La identificación de patrones es crucial para la policía, ya que permite vincular diferentes casos y establecer conexiones que de otro modo pasarían desapercibidas. Sin embargo, no todos los asesinos en serie siguen un patrón fácilmente identificable, lo que complica la tarea de los investigadores. Algunos pueden variar sus métodos o elegir víctimas al azar, lo que dificulta aún más su captura. Este tipo de variabilidad en el comportamiento es lo que hace que el estudio de los asesinos en serie sea un desafío constante para la criminología.
Además, los asesinos en serie suelen tener un motivo subyacente que impulsa sus acciones, aunque este no siempre es evidente. Puede tratarse de una necesidad de poder, control, o simplemente el placer de matar. Estos motivos, combinados con sus patrones de comportamiento, son los que definen a un asesino en serie y los diferencian de otros tipos de criminales. La complejidad de sus motivaciones y métodos es lo que los hace tan difíciles de comprender y, a menudo, tan difíciles de capturar.
Psicopatía y salud mental en los asesinos en serie
La psicopatía y otros trastornos mentales son comunes entre los asesinos en serie, influyendo en su comportamiento y en la forma en que perciben el mundo. Estos individuos suelen carecer de empatía, lo que les permite cometer actos atroces sin remordimientos. La falta de emociones y la incapacidad para formar vínculos afectivos son características típicas de los psicópatas, lo que les facilita ver a sus víctimas como meros objetos para sus propósitos.
Además de la psicopatía, otros trastornos mentales pueden estar presentes en los asesinos en serie, como la esquizofrenia o el trastorno de personalidad antisocial. Estos trastornos pueden manifestarse de diversas maneras, desde alucinaciones que impulsan al individuo a matar hasta una necesidad compulsiva de controlar y dominar a sus víctimas. La combinación de estos factores mentales crea una tormenta perfecta que puede llevar a una persona a convertirse en un asesino en serie.
El estudio de la salud mental de los asesinos en serie es fundamental para comprender sus acciones y prevenir futuros crímenes. Los profesionales de la salud mental y los criminólogos trabajan juntos para identificar los signos de advertencia en individuos que podrían estar en riesgo de convertirse en asesinos en serie. Sin embargo, la detección temprana y la intervención no siempre son posibles, lo que deja a la sociedad vulnerable a estos peligrosos individuos.

Los psicópatas más peligrosos de la historia
H. H. Holmes: el pionero de los asesinatos en serie
H. H. Holmes, cuyo verdadero nombre era Herman Webster Mudgett, es considerado uno de los primeros asesinos en serie de Estados Unidos. A finales del siglo XIX, Holmes construyó un hotel en Chicago, conocido como el "Castillo de los Asesinatos", diseñado específicamente para llevar a cabo sus crímenes. El edificio estaba lleno de pasadizos secretos, trampas mortales y habitaciones insonorizadas donde torturaba y mataba a sus víctimas.
Holmes utilizaba su carisma y su apariencia respetable para atraer a sus víctimas, que en su mayoría eran mujeres jóvenes que llegaban a Chicago en busca de trabajo. Una vez dentro de su hotel, las sometía a horribles torturas antes de asesinarlas. Aunque confesó haber matado a 27 personas, se sospecha que el número real de víctimas podría ser mucho mayor, llegando a las 200.
El caso de H. H. Holmes sentó un precedente en la historia de los asesinatos en serie, mostrando cómo un individuo con una mente retorcida y recursos suficientes puede llevar a cabo una serie de crímenes sin ser detectado durante mucho tiempo. Su historia ha sido objeto de numerosos libros y adaptaciones cinematográficas, convirtiéndose en un referente para el estudio de los asesinos en serie.
Jack el Destripador: el misterio sin resolver
Jack el Destripador es uno de los asesinos en serie más infames de la historia, conocido por sus brutales asesinatos en el distrito de Whitechapel, Londres, en 1888. Aunque su identidad nunca fue confirmada, sus crímenes han fascinado a generaciones de investigadores y entusiastas del crimen. Jack el Destripador asesinó al menos a cinco mujeres, todas ellas prostitutas, desmembrando sus cuerpos de manera espantosa.
El modus operandi de Jack el Destripador, que incluía la extracción de órganos internos, sugiere un conocimiento anatómico que ha llevado a especulaciones sobre su posible identidad como médico. A pesar de los esfuerzos de la policía de la época y de los investigadores modernos, su identidad sigue siendo un misterio, lo que ha dado lugar a numerosas teorías y especulaciones.
El legado de Jack el Destripador va más allá de sus crímenes, ya que ha influido en la cultura popular de manera significativa. Sus asesinatos han inspirado libros, películas y series de televisión, convirtiéndolo en un icono del terror y el misterio. La fascinación por su caso refleja el interés continuo en los asesinos en serie y su impacto en la sociedad.
Ted Bundy: el psicólogo asesino
Ted Bundy es uno de los asesinos en serie más conocidos y estudiados del siglo XX, famoso por su carisma y su capacidad para manipular a quienes le rodeaban. Durante la década de 1970, Bundy secuestró, violó y asesinó a más de 30 mujeres en varios estados de Estados Unidos. Su habilidad para ganarse la confianza de sus víctimas y su apariencia atractiva le permitieron acercarse a ellas sin levantar sospechas.
Bundy utilizaba su conocimiento de psicología para manipular a sus víctimas, fingiendo estar herido o necesitando ayuda para atraerlas a su vehículo. Una vez allí, las agredía brutalmente antes de matarlas. A menudo regresaba a las escenas del crimen para practicar necrofilia, lo que añade un nivel adicional de horror a sus crímenes.
A pesar de su inteligencia y astucia, Bundy fue capturado en 1978 y condenado a muerte. Su caso ha sido objeto de numerosos estudios y documentales, que exploran cómo un individuo aparentemente normal pudo cometer actos tan atroces. La historia de Ted Bundy es un recordatorio de que los asesinos en serie pueden ocultarse a plena vista, utilizando su encanto y habilidades para evadir la justicia durante años.
El Asesino del Zodiaco: cartas y criptogramas
El Asesino del Zodiaco es uno de los casos más enigmáticos y mediáticos de la historia criminal de Estados Unidos. Actuó en el área de la Bahía de San Francisco entre 1968 y 1969, y aunque se le atribuyen cinco asesinatos confirmados, él mismo afirmó haber matado a 37 personas. Lo que distingue al Asesino del Zodiaco es su afición por enviar cartas a los medios de comunicación y a la policía, en las que se burlaba de los investigadores y proporcionaba pistas en forma de criptogramas.
El apodo del Asesino del Zodiaco proviene de los símbolos astrológicos que utilizaba en sus comunicaciones, así como de las referencias a signos del zodiaco en sus cartas. A pesar de los esfuerzos de la policía y de los criptógrafos aficionados, muchos de sus criptogramas nunca han sido descifrados por completo, lo que ha contribuido al misterio en torno a su identidad.
El caso del Asesino del Zodiaco ha generado una gran cantidad de teorías y especulaciones, y su identidad sigue siendo un misterio hasta el día de hoy. Su habilidad para evadir a la policía y su fascinación por el juego del gato y el ratón con los medios de comunicación lo han convertido en un icono de la cultura popular, inspirando libros, películas y documentales.
John George Haigh: el 'asesino del baño de ácido'
John George Haigh, conocido como el 'asesino del baño de ácido', fue un criminal británico que operó durante la década de 1940. Su método de asesinato era particularmente macabro: disparaba a sus víctimas y luego disolvía sus cuerpos en ácido sulfúrico para deshacerse de las pruebas. Haigh seleccionaba a sus víctimas entre personas adineradas, ganándose su confianza antes de matarlas y robarles sus bienes.
El caso de Haigh atrajo una gran atención mediática debido a la naturaleza espeluznante de sus crímenes y su aparente falta de remordimiento. Durante su juicio, Haigh intentó alegar demencia, argumentando que sus acciones estaban justificadas por una necesidad de consumir la sangre de sus víctimas. Sin embargo, el tribunal no aceptó su defensa y fue condenado a muerte, siendo ejecutado en 1949.
La historia de John George Haigh es un ejemplo de cómo la avaricia y la falta de empatía pueden llevar a un individuo a cometer actos atroces. Su caso sigue siendo estudiado por criminólogos y psicólogos interesados en comprender la mente de los asesinos en serie y los impulsos que los motivan.

Fred y Rose West: el matrimonio asesino
Fred y Rose West son conocidos como los 'Asesinos de Cromwell Street', responsables de una serie de asesinatos en Gloucester, Inglaterra, entre 1967 y 1987. La pareja torturó, violó y asesinó a al menos once mujeres y niñas, enterrando sus cuerpos en su casa y jardín. Su relación se basaba en una depravación sexual compartida, que alimentaba sus impulsos homicidas.
Los crímenes de los West salieron a la luz gracias a una denuncia anónima que llevó a la policía a investigar su hogar. Durante el registro, se encontraron restos humanos que confirmaron las sospechas de múltiples asesinatos. Fred West se suicidó mientras esperaba juicio, pero Rose fue condenada a cadena perpetua y sigue cumpliendo su condena en prisión.
El caso de Fred y Rose West es un ejemplo de cómo dos individuos con tendencias psicopáticas pueden reforzarse mutuamente en sus crímenes. Su historia ha sido objeto de numerosos documentales y libros, que exploran la dinámica de su relación y los horribles crímenes que cometieron juntos.
Arthur Shawcross: el 'Asesino del Río Genesee'
Arthur Shawcross, apodado el 'Asesino del Río Genesee', fue un asesino en serie estadounidense que cometió sus crímenes en el estado de Nueva York. Su carrera criminal comenzó en 1972, cuando fue condenado por el asesinato de dos niños. Sin embargo, fue liberado después de cumplir solo catorce años de su condena, lo que le permitió continuar su ola de asesinatos.
Tras su liberación, Shawcross se trasladó a Rochester, donde comenzó a asesinar a prostitutas. Entre 1988 y 1989, mató a once mujeres, dejando sus cuerpos en áreas boscosas cerca del río Genesee. Su captura se produjo gracias a la vigilancia policial intensificada y a las pruebas forenses que lo vincularon a los crímenes.
Peter Sutcliffe: el 'Destripador de Yorkshire'
Peter Sutcliffe, conocido como el 'Destripador de Yorkshire', fue un asesino en serie británico que aterrorizó el norte de Inglaterra durante la década de 1970. Sutcliffe fue condenado por el asesinato de trece mujeres y el intento de asesinato de otras siete. Sus víctimas eran en su mayoría prostitutas, a las que atacaba brutalmente con un martillo y un destornillador.
La investigación de sus crímenes fue una de las más grandes en la historia del Reino Unido, con miles de policías involucrados y una intensa cobertura mediática. A pesar de los esfuerzos, Sutcliffe logró evadir la captura durante varios años, lo que generó críticas hacia la policía por su manejo del caso. Finalmente, fue arrestado en 1981 después de ser detenido por una infracción menor de tráfico.
Richard Ramírez: el 'Acosador Nocturno'
Richard Ramírez, apodado el 'Acosador Nocturno', fue un asesino en serie y satanista que aterrorizó Los Ángeles entre 1984 y 1985. Durante su ola de crímenes, Ramírez mató a catorce personas y cometió numerosos actos de violación, agresión y robo. Su modus operandi incluía entrar en las casas de sus víctimas durante la noche, lo que provocó un pánico generalizado en la ciudad.
Ramírez no seguía un patrón fijo a la hora de elegir a sus víctimas, lo que dificultó su captura. Sus crímenes se caracterizaban por una brutalidad extrema, y a menudo dejaba símbolos satánicos en las escenas del crimen. Fue capturado gracias a la colaboración de la comunidad y a la identificación de su vehículo por parte de un testigo.
Jeffrey Dahmer: el 'Carnicero de Milwaukee'
Jeffrey Dahmer, conocido como el 'Carnicero de Milwaukee', fue un asesino en serie estadounidense que cometió algunos de los crímenes más atroces de la historia. Entre 1978 y 1991, Dahmer asesinó a 17 hombres y niños, a quienes también violó y desmembró. Su caso es particularmente espeluznante debido a sus prácticas de necrofilia y canibalismo.
Dahmer atraía a sus víctimas a su apartamento con promesas de dinero o alcohol, donde las drogaba antes de matarlas. Guardaba partes de sus cuerpos como trofeos y consumía algunas de ellas. Fue capturado en 1991 después de que una de sus víctimas lograra escapar y alertar a la policía, lo que llevó al descubrimiento de sus horribles crímenes.
Dennis Nilsen: el Dahmer británico
Dennis Nilsen, a menudo comparado con Jeffrey Dahmer, fue un asesino en serie británico que operó en Londres entre 1978 y 1983. Nilsen asesinó a al menos quince hombres, la mayoría de ellos homosexuales, a quienes atraía a su casa antes de estrangularlos. Después de matarlos, Nilsen desmembraba los cuerpos y los ocultaba en su apartamento.
El caso de Nilsen salió a la luz cuando un fontanero descubrió restos humanos en el sistema de alcantarillado de su edificio. La policía encontró más restos en su apartamento, lo que llevó a su arresto y condena. Nilsen fue sentenciado a cadena perpetua por sus crímenes, que conmocionaron al Reino Unido por su brutalidad y la aparente normalidad de su autor.

Charles Ng y Leonard Lake: la pareja mortal
Charles Ng y Leonard Lake fueron una pareja de asesinos en serie que operaron en California durante la década de 1980. Juntos, secuestraron, torturaron y asesinaron a un número indeterminado de personas, aunque se estima que sus víctimas podrían ser más de veinte. Sus crímenes salieron a la luz cuando Lake fue detenido por un robo menor y se suicidó en prisión, lo que llevó a la policía a investigar su propiedad.
En el rancho de Lake, la policía encontró restos humanos y una gran cantidad de evidencia de tortura, incluidos videos que documentaban sus crímenes. Ng fue arrestado en Canadá y extraditado a Estados Unidos, donde fue juzgado y condenado a muerte. La naturaleza sádica de sus crímenes y la colaboración entre ambos asesinos conmocionaron al público.
John Wayne Gacy: el payaso asesino
John Wayne Gacy, conocido como el 'payaso asesino', fue un asesino en serie estadounidense que cometió sus crímenes en Chicago durante la década de 1970. Gacy fue condenado por el asesinato de 33 adolescentes y jóvenes, a quienes atraía a su casa con promesas de trabajo o dinero. Una vez allí, los violaba y los estrangulaba antes de enterrar sus cuerpos en el espacio bajo su casa.
Gacy era conocido por su trabajo como payaso en eventos comunitarios, lo que le permitió ganarse la confianza de sus víctimas y de la comunidad. Su arresto se produjo después de que la policía encontrara restos humanos en su propiedad, lo que llevó a su juicio y condena a muerte. Fue ejecutado en 1994.
Andrei Chikatilo: el 'Carnicero de Rostov'
Andrei Chikatilo, apodado el 'Carnicero de Rostov', fue un asesino en serie soviético que cometió sus crímenes entre 1978 y 1990. Chikatilo fue condenado por el asesinato de 52 mujeres y niños, a quienes agredía sexualmente antes de matarlos. Sus crímenes se caracterizaban por una brutalidad extrema, y a menudo mutilaba los cuerpos de sus víctimas.
La captura de Chikatilo fue el resultado de una extensa investigación policial que involucró la vigilancia de miles de sospechosos. Fue arrestado en 1990 y condenado a muerte en 1992, siendo ejecutado por un pelotón de fusilamiento en 1994. Su caso es uno de los más notorios de la historia criminal soviética.
Tommy Lynn Sells: el 'Asesino de costa a costa'
Tommy Lynn Sells, conocido como el 'Asesino de costa a costa', fue un asesino en serie estadounidense que confesó haber matado a al menos 70 personas entre 1985 y 1999. Sus crímenes se caracterizaban por su brutalidad y la falta de un patrón claro, lo que dificultó su captura. Sells fue arrestado después de que una de sus víctimas, una niña de diez años, sobreviviera a un ataque y proporcionara una descripción detallada a la policía.
Sells fue condenado a muerte por sus crímenes y ejecutado en 2014. Su caso es un recordatorio de los peligros que representan los asesinos en serie y la importancia de una respuesta rápida y efectiva por parte de las fuerzas del orden.
Gary Ridgway: el 'Asesino del río Green'
Gary Ridgway, conocido como el 'Asesino del río Green', es uno de los asesinos en serie más prolíficos de la historia de Estados Unidos. Ridgway fue condenado por el asesinato de 49 mujeres, aunque confesó haber matado a más de 70. Sus crímenes se llevaron a cabo en el estado de Washington durante las décadas de 1980 y 1990, y sus víctimas eran en su mayoría prostitutas.
Ridgway fue arrestado en 2001 gracias a las pruebas de ADN que lo vincularon a los crímenes. Para evitar la pena de muerte, cooperó con la policía y proporcionó información sobre el paradero de varias de sus víctimas. Fue condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
Pedro Rodrigues Filho: el asesino en la cárcel
Pedro Rodrigues Filho, conocido como 'Pedrinho Matador', es un asesino en serie brasileño que fue condenado por el asesinato de 71 personas. Rodrigues comenzó su carrera criminal a una edad temprana, matando a su primer víctima a los 14 años. Durante su tiempo en prisión, continuó matando a otros reclusos, lo que aumentó su número de víctimas.
Rodrigues fue liberado en 2007, pero fue arrestado nuevamente en 2011 por cargos relacionados con el tráfico de drogas. Su caso es un ejemplo de cómo un individuo puede continuar su carrera criminal incluso dentro del sistema penitenciario.

Daniel Camargo Barbosa: el monstruo de Colombia
Daniel Camargo Barbosa, conocido como el 'Monstruo de Colombia', fue un asesino en serie colombiano que operó en Colombia y Ecuador durante las décadas de 1970 y 1980. Camargo fue condenado por el asesinato de más de 150 niñas, a quienes violaba antes de matarlas. Sus crímenes se caracterizaban por su brutalidad y la falta de remordimiento.
Camargo fue arrestado en Ecuador en 1986 y condenado a prisión. Sin embargo, fue asesinado en prisión en 1994 por el primo de una de sus víctimas. Su caso es un ejemplo de cómo un individuo puede evadir la captura durante años y continuar cometiendo crímenes atroces.
Dr. Harold Shipman: el médico asesino
El Dr. Harold Shipman, conocido como el 'médico asesino', es uno de los asesinos en serie más prolíficos de la historia, con más de 250 víctimas confirmadas. Shipman era un médico de cabecera en Inglaterra que utilizaba su posición para asesinar a sus pacientes, la mayoría de ellos ancianos, inyectándoles dosis letales de diamorfina.
Shipman fue arrestado en 1998 después de que una investigación revelara un patrón sospechoso de muertes entre sus pacientes. Fue condenado a cadena perpetua en 2000, pero se suicidó en su celda en 2004.
Pedro Alonso López: el 'Monstruo de los Andes'
Pedro Alonso López, conocido como el 'Monstruo de los Andes', es un asesino en serie colombiano acusado de violar y asesinar a más de 300 niñas en Sudamérica. López fue arrestado en 1980 después de un intento fallido de secuestro y fue condenado en Ecuador. Sin embargo, fue liberado en 1998 y su paradero actual es desconocido.
El caso de Pedro Alonso López es un ejemplo de cómo un individuo puede cometer crímenes atroces y evadir la justicia. La historia de Pedro Alonso López destaca la importancia de una vigilancia adecuada y el seguimiento de los delincuentes liberados para prevenir futuros crímenes.
Aileen Wuornos: la primera asesina en serie de EE. UU.
Aileen Wuornos es conocida como la primera asesina en serie de Estados Unidos, condenada por el asesinato de siete hombres entre 1989 y 1990. Wuornos, que trabajaba como prostituta, afirmaba que sus víctimas la habían agredido sexualmente y que los mató en defensa propia. Sin embargo, fue condenada a muerte y ejecutada en 2002.
El caso de Aileen Wuornos ha sido objeto de numerosos documentales y películas, que exploran su vida y los factores que la llevaron a cometer sus crímenes. Su historia es un ejemplo de cómo una infancia traumática y una vida de abuso pueden llevar a un individuo a convertirse en un asesino en serie.
David Berkowitz: el 'Asesino del Calibre 44'
David Berkowtiz llegó a Nueva York en 1976 y, casi de forma inmediata, comenzó a llevar a cabo sus asesinatos. Era conocido como ‘el Asesino del Calibre 44’ debido al arma que utilizaba en sus tiroteos. La policía hizo un gran despliegue de efectivos con el único fin de capturar a Berkowtiz pero este siempre escapaba e incluso dejaba cartas burlándose de las autoridades.
Finalmente, fue capturado por el Departamento de Homicidios de la Policía de Nueva York, declarado culpable de haber matado a seis personas y haber herido a otras siete y condenado en 1978 a seis cadenas perpetuas.
Edmund Kemper: el 'Asesino de las colegialas'
Conocido como el ‘Asesino de las colegialas’, Edmun Kemper llevó a cabo una serie de brutales asesinatos en California en la década de 1970. Su carrera criminal comenzó con el asesinato de sus abuelos cuando solo tenía quince años, luego mató a un grupo de chicas autoestopistas en el área de Santa Cruz, a su madre y a uno de sus amigos.
Su modus operandi se basaba en tres fases: asesinato, canibalismo e incesto. Kemper se entregó voluntariamente a la policía y fue condenado en 1973. Aunque pidió la pena de muerte, se le impuso una cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
Larry Bittaker y Roy Norris: los 'Asesinos de la caja de herramientas'
Los ‘Asesinos de la caja de herramientas’, Larry Bittaker y Roy Norris, fueron los responsables de la muerte de cinco mujeres en California en 1979. La pareja de asesinos atraía a las chicas hasta su camioneta y las llevaban a algún lugar apartado donde las violaban, las torturaban de forma brutal (sentían especial fijación por los alicates y las zonas erógenas de sus víctimas) y las asesinaban.
Resulta todavía más retorcido el saber que ambos guardaban un completísimo archivo de material gráfico y audiovisual de sus sesiones de tortura y asesinato. Ambos fueron acusados de asesinato, secuestro y violación en 1981. Bittaker fue condenado a muerte y Norris solo a prisión dado que testificó contra su cómplice.

Ian Brady y Myra Hindley: los asesinos de niños
Entre 1963 y 1965, Ian Brady y Myra Hindley mataron a cinco niños en una zona conocida como Gran Manchester, en Inglaterra. Los ‘Asesinos de los páramos’, como eran conocidos, elegían a sus víctimas de entre diez y diecisiete años, las agredían sexualmente y las asesinaban.
Los cuerpos de tres de las víctimas fueron descubiertos en una tumba cavada en Saddleworth Moor y otro más fue hallado en casa de Brady; el quinto cuerpo nunca se encontró. Ambos fueron condenados a cadena perpetua, Myra Hindley murió en 2002 e Ian Bradley en 2017.
Kenneth Bianchi y Angelo Buono: los 'Estranguladores de Hillside'
Kenneth Bianchi y Angelo Buono, los ‘Estranguladores de Hillside’ sembraron el terror en Califronia hacia finales de 1977 y principios de 1978. Esta pareja de primos secuestró, violó y asesinó a diez niñas y mujeres de entre 12 y 28 años, todas ellas estranguladas.
Fueron capturados y condenados a cadena perpetua, aunque Bianchi intentó declararse no culpable alegando una demencia fingida.
Dennis Rader: el 'Asesino BTK'
El ‘Asesino BTK’ (siglas de Atar, Torturar y Matar en inglés) describe con su apodo el infierno por el que hacía pasar a sus víctimas. Raider, que era un padre de familia y líder de los boy-scouts en su comunidad, mató a diez personas en el condado de Sedgwick, en Kansas, entre 1974 y 1991.
Sus ansías de notoriedad le llevaron a enviar cartas a la policía, burlándose porque no podían capturarle, y un disquete con información para la prensa que al final sería el desencadenante de su detención. Fue condenado a diez cadenas perpetuas consecutivas, por lo que su puesta en libertad llegaría en el año 2180.
Donald Henry Gaskins: el asesino de autoestopistas
En 1969, Donald Henry Gaskins comenzó a torturar, mutilar y asesinar ‘por puro placer’ a distintos autoestopistas que recogía con su coche por las carreteras costeras del sur de Estados Unidos. Según sus propias declaraciones, habría matado a entre 80 y 90 personas, aunque esta cifra nunca pudo confirmarse.
Fue detenido cuando otro delincuente confesó haberlo visto matar a dos jóvenes, se le declaró culpable de ocho homicidios y se le impuso una condena de muerte que más tarde fue conmutada por cadena perpetua. Gaskins mató a otro recluso mientras estaba en una prisión de máxima seguridad, acción que le llevó a la silla eléctrica en 1991.
Peter Manuel: el asesino escocés
Peter Manuel mató, que se sepa, a nueve personas entre 1956 y 1958, todas ellas en el sur de Escocia. Se sospecha que podría ser el culpable de hasta el doble de asesinatos pero esto nunca pudo demostrarse con seguridad.
La policía consiguió acusarlo gracias a que se demostró que los billetes con los que había pagado la bebida en un pub de Glasgow pertenecían a una de las víctimas. Confesó sus crímenes después de un encontronazo con su madre en comisaría donde estaba detenido y fue ahorcado en 1958.

Asesinos en serie con más víctimas en el siglo XX
Casos notables y cifras impactantes
El siglo XX fue testigo de algunos de los asesinos en serie más prolíficos de la historia, cuyas cifras de víctimas son impactantes. Estos casos destacan por la brutalidad de sus crímenes y el número de vidas que se cobraron, dejando un legado de horror en la sociedad. Entre ellos se encuentran nombres como Pedro Alonso López, quien confesó haber matado a más de 300 niñas, y Gary Ridgway, el 'Asesino del río Green', que fue condenado por 49 asesinatos.
La magnitud de estos crímenes no solo conmocionó a las comunidades afectadas, sino que también puso de relieve las deficiencias en los sistemas de justicia y la necesidad de una respuesta más efectiva por parte de las fuerzas del orden. La captura y condena de estos asesinos en serie a menudo requirió la colaboración de múltiples agencias y la utilización de técnicas avanzadas de investigación, como el análisis de ADN.
Estos casos también han servido como advertencia sobre los peligros que representan los asesinos en serie y la importancia de una vigilancia constante para prevenir futuros crímenes. La historia de estos asesinos en serie ha sido objeto de numerosos documentales y libros, que exploran su psicología y los factores que los llevaron a cometer sus crímenes.
Impacto y legado de los asesinos en serie del siglo XX
Influencia en la sociedad y la cultura popular
El impacto de los asesinos en serie del siglo XX va más allá de los crímenes que cometieron, ya que han dejado una huella duradera en la sociedad y la cultura popular. Sus historias han inspirado una gran cantidad de libros, películas y series de televisión, que exploran sus vidas y crímenes desde diferentes perspectivas. La fascinación por los asesinos en serie refleja un interés más amplio en el lado oscuro de la naturaleza humana y el deseo de comprender lo incomprensible.
La representación de los asesinos en serie en la cultura popular a menudo se centra en su psicología y los factores que los llevaron a cometer sus crímenes. Esto ha llevado a un mayor interés en el estudio de la criminología y la psicología forense, y ha inspirado a muchos a seguir carreras en estos campos. Sin embargo, también plantea preguntas sobre la ética de la glorificación de los criminales y el impacto que esto puede tener en la percepción pública de la violencia.
El legado de los asesinos en serie del siglo XX también se refleja en los cambios en la forma en que la sociedad aborda el crimen y la justicia. Sus crímenes han llevado a una mayor conciencia sobre la importancia de la prevención y la intervención temprana, así como a la necesidad de una respuesta más efectiva por parte de las fuerzas del orden y el sistema judicial.
La respuesta de la policía y el sistema judicial
La respuesta de la policía y el sistema judicial a los asesinos en serie del siglo XX ha evolucionado significativamente a lo largo de las décadas. La captura de estos criminales a menudo requirió la colaboración de múltiples agencias y la utilización de técnicas avanzadas de investigación, como el análisis de ADN y la creación de perfiles criminales. Estos avances han permitido a las fuerzas del orden identificar y capturar a los asesinos en serie de manera más efectiva.
Sin embargo, la captura de asesinos en serie también ha puesto de manifiesto las deficiencias en los sistemas de justicia y la necesidad de una respuesta más coordinada y efectiva. En muchos casos, los asesinos en serie pudieron evadir la captura durante años debido a la falta de comunicación entre las agencias y la falta de recursos para investigar crímenes complejos. Esto ha llevado a una mayor inversión en la formación y el desarrollo de técnicas de investigación forense.
El legado de los asesinos en serie del siglo XX también se refleja en los cambios en la legislación y las políticas de justicia penal. Sus crímenes han llevado a una mayor conciencia sobre la importancia de la prevención y la intervención temprana, así como a la necesidad de una respuesta más efectiva por parte de las fuerzas del orden y el sistema judicial. Estos cambios han mejorado la capacidad de la sociedad para identificar y capturar a los asesinos en serie, y han contribuido a la prevención de futuros crímenes.
Referencias
- Culiáñez, J. R. B. (2010). El asesino en serie desorganizado. Archivos de criminología, seguridad privada y criminalística, (4), 5. doi: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5255515
- Sosa, A. (2011). La Mente del Asesino en Serie. Synapsis, 3(1), 16–22. doi: https://camjol.info/index.php/SYNAP/article/view/434