Los monstruos son esos seres anómalos que desafían el orden y la norma. Unicornios, basiliscos o ballenas entran de pleno en esa categoría de lo maravilloso, lo horrendo y lo terrorífico que tan a menudo se encuentran en la propia definición del prodigio. La Biblia describe a muchas de estas criaturas de proporciones colosales y viles intenciones, entre ellas, al Leviatán.
Orígenes y significado del Leviatán bíblico
¿Qué era el Leviatán bíblico?
En el vasto universo de criaturas mencionadas en la Biblia, el Leviatán destaca como uno de los monstruos más enigmáticos y temidos. Descrito en el Antiguo Testamento, el Leviatán es un ser de proporciones colosales que habita en las profundidades del océano. Su figura se asocia a menudo con una serpiente gigante, capaz de sembrar el caos y la destrucción allá por donde pasa. Su presencia resalta la supremacía divina sobre cualquier fuerza destructiva, enfatizando que incluso las criaturas más terroríficas están bajo el dominio de Dios. Este monstruo, conocido como el Leviatán bíblico, es un claro ejemplo de la magnitud del poder divino.
El término "Leviatán" proviene del hebreo "liwyātān", que se traduce como "el que se enrosca" o "el que serpentea". Esta etimología refuerza la imagen de una criatura serpentiforme, que se desliza y retuerce en las profundidades marinas. A lo largo de la historia, el Leviatán ha sido interpretado de diversas maneras, desde un monstruo marino hasta una representación del caos y la oscuridad. Estas múltiples interpretaciones muestran la complejidad simbólica del ser descrito en el Antiguo Testamento. El Leviatán en la biblia es más que un monstruo: es una entidad que refleja la tensión entre el orden divino y las fuerzas del mal.
El Leviatán no solo es mencionado en la Biblia por su ferocidad, sino también por su simbolismo. En algunos pasajes, se le describe escupiendo fuego y con un cuerpo cubierto de escamas impenetrables, similar a los dragones de la literatura caballeresca. Este monstruo, aunque creado por Dios, es finalmente derrotado por Él. La derrota del Leviatán simboliza la victoria del orden sobre el caos. Para quien se pregunte que es el Leviatán según la Biblia, la respuesta implica entender su rol como una fuerza que, pese a su poder, no puede escapar del control divino.
Los antecedentes de Leviatán
El Leviatán, como figura mítica, no es exclusivo de la tradición bíblica. Su imagen tiene paralelismos en otras culturas del Próximo Oriente antiguo, donde criaturas similares simbolizan el caos y la destrucción. Una de las figuras más cercanas al Leviatán es el Lītānu o Lotan de las mitologías cananeas. En estos relatos, Lītānu es una serpiente marina derrotada por el dios Ba’al, reflejando una narrativa semejante a la del Leviatán en la Biblia. Estas conexiones culturales evidencian la universalidad del símbolo del caos sometido por la divinidad.

Otro antecedente relevante es Tiamat, la diosa del caos en la mitología mesopotámica. Según el poema épico Enūma eliš, Tiamat es derrotada por Marduk, quien utiliza su cuerpo para crear el universo. Esta historia resuena con el relato del Leviatán de la Biblia, donde el caos es vencido por el orden divino. La tensión entre fuerzas primordiales y el orden cósmico es un motivo recurrente en estas narraciones.
Las tradiciones egipcias y griegas también ofrecen sus propias versiones de criaturas similares al Leviatán. En la mitología griega, Tifón es un monstruo alado derrotado por Zeus. En Egipto, Apofis es una serpiente que impide el viaje del sol en el inframundo. Estas comparaciones refuerzan el papel central de la lucha entre el orden divino y la destrucción.
Significado etimológico de "liwyātān"
El término "liwyātān" proviene del hebreo y se traduce como "el que se enrosca" o "el que serpentea". Esta etimología es clave para entender la naturaleza del Leviatán como una criatura serpentiforme, capaz de moverse con agilidad en las aguas. La elección del término refleja la percepción de un ser temible pero subordinado al poder supremo.
La elección del término "liwyātān" no es casual, ya que en el contexto bíblico, las serpientes suelen simbolizar fuerzas oscuras. Al ser descrito como una serpiente gigantesca, el Leviatán encarna estas cualidades, representando amenazas que solo pueden ser contenidas por Dios.
En el contexto cultural y religioso, el Leviatán ha sido interpretado de múltiples maneras, desde monstruo marino a metáfora del mal. Su nombre y significado etimológico han influido en su percepción a lo largo de los siglos. La figura del Leviatán sirve como recordatorio de que la fe y el orden divino prevalecen sobre la oscuridad.
El Leviatán en las Escrituras
Representaciones en el Antiguo Testamento
El Leviatán aparece en varios pasajes del Antiguo Testamento, donde se le describe con rasgos que subrayan su naturaleza temible. En el libro de Job, se presenta como una criatura indomable. La fuerza del Leviatán en este relato destaca la vulnerabilidad humana frente a lo incomprensible.
En los Salmos, el Leviatán es mencionado como parte de la creación divina, subrayando que incluso los seres más destructivos forman parte del orden establecido por Dios. Esta visión unifica la idea de un universo regido por un poder supremo. El Leviatán bíblico no es solo un monstruo, sino una pieza del gran mosaico cósmico.
El profeta Isaías también menciona al Leviatán, utilizándolo como símbolo de reyes malvados que se oponen a Dios. La derrota del Leviatán encarna la restauración del orden divino.
El poder destructivo de Dios y el Leviatán
El Leviatán, pese a su poder, está siempre bajo el control de Dios. En el relato bíblico, su figura ilustra el poder destructivo divino, capaz de someter cualquier fuerza. La supremacía de Dios se hace evidente frente al caos. Quien se pregunte que es el Leviatán según la Biblia encontrará aquí la respuesta: es una criatura formidable, pero sin autonomía ante la voluntad divina.
En Job, el Leviatán es presentado como una prueba del poder de Dios. La narrativa enfatiza la dependencia de toda criatura respecto del Creador. Esta lectura refuerza la noción de que el Leviatán en la Biblia apocalipsis, aunque asociado con el mal, no puede escapar al designio supremo.
También los Salmos muestran que Dios creó al Leviatán junto con el resto de los seres. Su mera existencia confirma la completa autoridad divina sobre lo creado.

Imágenes del Leviatán en los Salmos
En los Salmos, el Leviatán se menciona en varias ocasiones, subrayando su papel en la creación. En el Salmo 104, habita en las profundidades del mar. Su inclusión en la obra divina muestra que nada escapa al control del Creador.
En el Salmo 74, el Leviatán simboliza la opresión y la rebelión contra Dios. La derrota del caos refuerza la esperanza en el orden divino. La imagen del Leviatán en los Salmos resalta su naturaleza temible. Su poder, aunque inmenso, nunca es mayor que el de Dios.
El relato de Job y la fuerza del Leviatán
El libro de Job ofrece una descripción detallada del Leviatán, resaltando su fuerza y carácter indomable. La grandeza del Leviatán enfatiza la brecha entre el poder humano y el poder divino.
A pesar de su ferocidad, el Leviatán está bajo el control divino. Su existencia, lejos de desafiar a Dios, confirma la inquebrantable autoridad celestial. Así, el el Leviatán bíblico representa una prueba para comprender la humildad que debe tener la humanidad.
El relato de Job destaca también la relación entre el Leviatán y el orgullo humano. La lección moral radica en aceptar la propia limitación frente a la omnipotencia divina.
Interpretaciones y simbología del Leviatán
Leviatán como símbolo de envidia y demonios
A lo largo de la historia, dicho ente ha sido visto no solo como un monstruo marino, sino también como símbolo de envidia y fuerzas demoníacas. Esta dimensión moral convierte al Leviatán en una metáfora del vicio y las tentaciones. Así, el Leviatán en la Biblia adopta un rol ético, ilustrando los peligros que amenazan el alma humana. El cristianismo lo ha asociado con la envidia, representando su capacidad para perturbar el orden. La derrota del Leviatán encarna la victoria de la virtud sobre el pecado.
La asociación con lo demoníaco refuerza el papel del Leviatán como oponente del orden divino. Su sometimiento confirma la supremacía del bien sobre el mal.
El monstruo femenino en el Libro de Enoch
En el Libro de Enoch, una obra apócrifa de la tradición judía, el Leviatán aparece como un monstruo femenino en las aguas saladas. Esta visión aporta otra capa de complejidad a su simbolismo. El Leviatán bíblico contrasta con esta versión, pero ambas comparten la idea de una fuerza primordial que debe ser contenida.
El Leviatán femenino también se asocia al caos y la destrucción, reforzando su papel como una amenaza para el orden divino. La figura femenina del monstruo hace hincapié en la variedad de interpretaciones culturales.
La representación femenina del Leviatán conecta con figuras como Tiamat, reforzando el tema común de fuerzas primordiales derrotadas por el orden. Todas estas historias comparten el triunfo del bien sobre lo destructivo.
Conexiones con el Apocalipsis y la bestia del anticristo
En el libro del Apocalipsis, el Leviatán se asocia con la bestia del anticristo, simbolizando la oposición a Dios. La conexión con la escatología subraya su rol en la lucha final entre el bien y el mal. El Leviatán bíblico en el Apocalipsis representa la culminación del conflicto cósmico.
El Leviatán encarna la oscuridad y el caos que deben ser vencidos para establecer el reino de Dios. Su derrota anticipa la restauración de la armonía universal. Esta asociación también enfatiza su papel como símbolo de opresión y rebelión contra lo divino. La victoria sobre el Leviatán significa el triunfo de la justicia cósmica.
Lecciones morales sobre el caos y la maldad
El Leviatán, a través de las Escrituras, ha transmitido lecciones morales sobre el caos y la maldad. Su figura enseña que las fuerzas destructivas pueden ser contenidas por la fe y la virtud. El legendario Leviatán se convierte así en un recordatorio de la fragilidad humana ante la inmensidad del poder divino.
A pesar de su ferocidad, el Leviatán está sometido a la voluntad de Dios. Esta subordinación refuerza la idea de que nada escapa al orden celestial. Para entender que es el Leviatán acorde a la Biblia, se debe reconocer su papel en la narrativa espiritual y la necesidad de humildad ante el Creador.
Impacto cultural y filosófico del Leviatán
Influencia del Leviatán en la obra de Hobbes
El Leviatán trascendió su origen bíblico para influir en la filosofía política. Thomas Hobbes, en su tratado Leviatán, utilizó esta figura para representar al Estado. En la concepción de Hobbes, el Leviatán encarna la autoridad que asegura el orden social. Así, el monstruo se convierte también en un símbolo de poder necesario para evitar el caos humano.
Hobbes veía al Leviatán como la fuerza que somete las pasiones destructivas. Un gobierno fuerte se vuelve indispensable para la paz colectiva. En este contexto, el Leviatán bíblica inspira de igual manera una metáfora filosófica sobre la relación entre individuo y Estado.
Parentesco con criaturas del antiguo Próximo Oriente
El Leviatán comparte parentesco con diversas criaturas míticas del Próximo Oriente antiguo. Estas similitudes evidencian un acervo cultural común.

La cercanía con Lītānu o Lotan de las mitologías cananeas refleja una visión compartida del caos marino. Estas conexiones entre tradiciones enriquecen la comprensión del simbolismo del Leviatán. Así, el el Leviatán en la Biblia aparece como un eslabón en una cadena de relatos cósmicos.
La relación con Tiamat, diosa mesopotámica del caos, también refuerza el tema central de la lucha entre orden y destrucción. La superposición de mitos revela universales narrativos sobre la estructura del cosmos.
Comparaciones con Tifón y Apofis
Al compararse al Leviatán con Tifón o Apofis, se observa un patrón común. La derrota de criaturas caóticas ratifica el triunfo del orden divino. El Leviatán de la Biblia, Tifón en Grecia y Apofis en Egipto comparten la esencia de la lucha cósmica.
Tifón, asociado con tormentas y volcanes, y Apofis, una serpiente que asedia el curso del sol, encarnan la misma oposición. Su vencimiento por deidades como Zeus o Ra encaja en la narrativa universal del caos sometido y donde el orden prevalece sobre la desolación.
El Leviatán en la actualidad
Identificaciones modernas: cocodrilos, ballenas y más
En tiempos modernos, se han propuesto identificaciones físicas del Leviatán, asociándolo a cocodrilos, ballenas u otras criaturas marinas. Estas teorías intentan dar una explicación racional a descripciones antiguas.
La semejanza con cocodrilos se debe a su piel escamosa y fortaleza, mientras que las ballenas evocan su tamaño y poder. Estas aproximaciones no despojan al Leviatán de su dimensión simbólica. Es crucial comprender que el Leviatán bíblico no se limita a una identidad zoológica, sino que incluye su rol en la narrativa sagrada.
Algunas teorías apuntan a especies extintas. La mezcla de mito, realidad y especulación mantiene vigente el interés por este ser.
El Leviatán en el imaginario colectivo
El Leviatán ha trascendido su contexto religioso para convertirse en un símbolo cultural. Su imagen aparece en literatura, arte, cine y música. En cada ámbito, el Leviatán evoca la fascinación por lo indómito. La literatura lo asocia con el enfrentamiento entre el bien y el mal, el caos y el orden. Su presencia obliga a los personajes a confrontar sus miedos y límites.
En la cultura popular, el Leviatán se reinterpreta como criatura marina, bestia mitológica o entidad cósmica. Su poder y misterio mantienen su atractivo a través de los siglos. Sin importar el paso de los siglos, el Leviatán bíblico sigue alimentando relatos, inspirando a quienes buscan entender y representar lo insondable.
Referencias:
- Day, John. (1985). God's Conflict with the Dragon and the Sea. Cambridge University Press.
- K. van der Toorn, B. Becking, P.W. van der Horst (eds.). (1995). Dictionary of Deities and Demons in the Bible. E.J. Brill.
- Wyatt, N. (2005). The Mythic Mind: Essays on Cosmology and Religion in Ugaritic and Old Testament Literature. Equinox.
- Lewis, Theodore J. (1990). “Canaanite cultic milieu of Leviathan.” Journal of the American Oriental Society.