Ramsés y su legado de 100 hijos: ascenso de un plebeyo a faraón

Adéntrate en la extraordinaria vida de Ramsés II, conocido como Ramsés el Grande, uno de los faraones más legendarios del Antiguo Egipto. Explora su sorprendente ascenso desde orígenes modestos hasta convertirse en el líder más emblemático de Egipto.
El apodo de Ramsés II

Guerrero y pacificador, constructor prolífico, incluso megalómano, uno de los faraones más longevos, el padre de la familia faraónica más numerosa conocida hasta hoy en día y para algunos también el faraón del Éxodo. Así es como Ramsés II entró en la historia occidental moderna. Independientemente de cualquier exageración potencial y del sesgo de fuentes antiguas, visto con los ojos de hoy en día, Ramsés II fue sin duda uno de los faraones más importantes de la historia del Antiguo Egipto, cuya huella marcó profundamente a las generaciones posteriores.

Ramsés II: de plebeyo a faraón

La historia de Ramsés II es la de un rara avis en el Imperio Egipcio. Su linaje no es el de una dinastía milenaria, sino una familia plebeya que ascendió en la jerarquía militar de aquella sociedad. Supieron moverse hasta colocar a su vástago Ramsés en la corte.

El ascenso al trono

Ramsés II ascendió al trono egipcio siendo un joven de no mucho más de 20 años y dirigió el país 67 años (1279-1213 a. C.) durante la llamada era del Reino Nuevo (aprox. 1539-1077 a. C.), siendo el rey más destacado de la denominada Dinastía XIX (1292-1191 a. C.), y también uno de los últimos grandes faraones en la historia egipcia.

Sin embargo, incluso el Ramsés todopoderoso estaba influenciado por su entorno y cultura. Su personalidad fue forjada por las propias circunstancias culturales, históricas, políticas, religiosas y económicas, así como por su círculo más cercano. Analizar todo lo que sabemos de Ramsés II y su tiempo no es el objetivo de este artículo. Lo que sí podemos hacer es echar un breve vistazo a los aspectos del mundo que le rodeaba, y nada mejor para esa tarea que enfocarse en lo más íntimo, su familia.

La influencia de Haremheb

La familia realmente destacó más adelante durante el reinado del último rey de la Dinastía XVIII, Haremheb (aprox. 1319-1292 a. C.). En este tiempo, el abuelo de Ramsés II llegó a ser la mano derecha del rey y posteriormente también el heredero de trono. Se cree que Haremheb lo decidió así debido a que Ramsés I ya tenía descendientes, tanto un hijo como un nieto, y propiciaba el comienzo de una nueva dinastía. Los familiares femeninos de Ramsés son poco conocidos. De su madre Tuya sabemos que también nació en una familia de militares.

Cuando Haremheb murió, el futuro Ramsés II podría tener aproximadamente 10 años, así que cuando llega a reinar, su familia ya había estado en el trono egipcio por poco más de una década. Por lo tanto, su posición no era necesariamente tan estable e indiscutible como nos solemos imaginar pensando en este faraón casi arquetípico.

Conocer a su familia: el legado de Ramsés II

¿De dónde obtenemos realmente nuestro conocimiento? Existe una opinión casi generalizada: que los antiguos egipcios eran escritores compulsivos. Como tales, les encantaba inscribir sus jeroglíficos en prácticamente cualquier superficie disponible y de esta manera, cabe esperar que nos hubiesen dejado toneladas de información sobre ellos mismos y sus vidas. Sin embargo, y por desgracia, esta hipergrafía no implica necesariamente que nos proporcionasen mucha información o, si hemos de ser más precisos, datos que puedan interesar a los lectores occidentales modernos.

¿Una familia ultranumerosa?

Como en muchos otros casos, aprendemos de la familia de Ramsés principalmente en las paredes de los templos y tumbas, de estelas, estatuas u otros objetos funerarios. Estas fuentes, sin embargo, suelen representar una especie de imágenes idealizadas de las personas y ocasionalmente de sus acciones y declaraciones políticas. Por lo tanto, nos muestran una imagen muy incompleta de la realidad antigua.

Pintura mural con representación de Apofis, Horus y Sobek en la tumba de Ramsés III. Las pinturas e inscripciones tenían el poder mágico de llevar a cabo lo representado. Foto: SHUTTERSTOCK

El objetivo de su política no está absolutamente claro, pero probablemente quiso enfatizar también su virilidad y fertilidad, ya que en la mentalidad egipcia estaban relacionadas con el bien del país. Gracias a esta nueva política, y a otros pocos hallazgos fortuitos, actualmente conocemos por su nombre a unos 100 hijos suyos (47 hijos y 53 hijas), lo que le convierte en el padre de la familia faraónica más numerosa conocida hasta hoy en día.

Los hijos de Ramsés y Nefertari

Nefertari, la esposa principal de Ramsés, fue madre de varios de sus hijos más prominentes. Entre ellos se destacan Merytamon y Henuttawy, quienes desempeñaron roles significativos en la corte. Nefertari no solo fue una figura influyente en la vida de Ramsés, sino que también dejó un legado cultural importante, como lo demuestra su magnífica tumba en el Valle de las Reinas. La relación entre Ramsés y Nefertari ha sido objeto de numerosas interpretaciones, a menudo presentándose como una historia de amor, aunque también podría haber estado motivada por consideraciones políticas y dinásticas.

Amon-her-khepeshef y su rol como heredero

Amon-her-khepeshef, el primogénito de Ramsés, desempeñó un papel crucial como heredero al trono. Su importancia se refleja en las inscripciones y relieves que lo muestran participando en actividades religiosas y militares. A pesar de su posición privilegiada, Amon-her-khepeshef no llegó a suceder a su padre, ya que falleció antes que él. Su muerte prematura dejó un vacío en la línea sucesoria, que fue llenado por otros hijos de Ramsés, quienes continuaron con su legado.

Khaemwaset: el príncipe arqueólogo

Khaemwaset, otro de los hijos destacados de Ramsés, es conocido por su interés en la preservación y restauración de monumentos antiguos. A menudo se le llama el "príncipe arqueólogo" debido a sus esfuerzos por conservar el patrimonio egipcio. Khaemwaset jugó un papel importante en la renovación de templos y tumbas, y su legado ha perdurado a través de las inscripciones que dejó en varios monumentos. Su dedicación a la historia y la cultura egipcia lo convierte en una figura única entre los hijos de Ramsés.

Templo funerario de Ramsés III en Medinet Habu. Foto: SHUTTERSTOCK

Otros hijos de Ramsés II

Aunque la mayoría de los hijos de Ramsés no alcanzaron la misma notoriedad que Amon-her-khepeshef o Khaemwaset, muchos de ellos desempeñaron roles importantes en la administración y el ejército egipcio. Algunos de sus descendientes, como Si-Montu y Ramsés-Maatptah, ocuparon posiciones clave en la corte, contribuyendo al mantenimiento del poder de la familia Ramésida. Sin embargo, la información sobre estos hijos es limitada, y a menudo solo se conocen detalles fragmentarios de sus vidas y contribuciones.

De plebeyo a un gran rey

A menudo percibimos a Ramsés como un faraón icónico; es fácil olvidarse que este faraón ejemplar en realidad no nació en una cuna real, sino como el hijo de un plebeyo.

Lo poco que sabemos de los antepasados de Ramsés apunta que se trató de una familia de militares, posiblemente originaria del Delta Oriental, de la zona de Avaris, la antigua capital de los reyes Hicsos. Es allí donde los Ramésidas y especialmente Ramsés construyeron una nueva capital llamada Pi-Ramesse. Sí, Ramsés también parece haber sufrido la misma obsesión que Alejandro Magno de llamar diferentes ciudades con su nombre.

Los primeros antepasados que conocemos de Ramsés son su bisabuelo Suty/ Sethy y su hermano Khaemwaset. Vivieron bajo el reinado del rey hereje Akhenatón (aprox. 1353-1336 a. C.) y la de su famoso hijo Tutankhamón (1333-1324 a. C.). En este momento, la futura familia real podría haber mantenido unos lazos importantes con las altas élites egipcias, como con la familia del virrey de Nubia que pudo ser el cuñado de Khaemwaset.

Las esposas de Ramsés II

Un gran número de descendientes implica la existencia de un gran número de madres, es decir, esposas y parejas sexuales de Ramsés II. Pero ¿cuál era la realidad?, o mejor dicho, ¿qué datos tenemos?

Nefertari y Esetnofret

Fueron las dos esposas principales de Ramsés II, y ambas desempeñaron roles cruciales en su vida y en la corte. La primera, conocida por su belleza y sabiduría, fue una figura prominente en los monumentos de Ramsés y madre de varios de sus hijos más destacados. Por otro lado, Esetnofret, aunque menos conocida, también fue madre de hijos importantes, como Khaemwaset. La elección de estas mujeres como esposas principales pudo haber estado influenciada por sus conexiones familiares y su capacidad para fortalecer la posición de Ramsés en el trono.

La reina hitita

Además de sus esposas egipcias, Ramsés también se casó con una princesa hitita, conocida como Maathorneferura. Este matrimonio fue parte de un acuerdo diplomático que consolidó la paz entre Egipto y el Imperio Hitita. La llegada de Maathorneferura a Egipto marcó un hito en las relaciones internacionales de la época, y su presencia en la corte reflejaba la habilidad de Ramsés para utilizar el matrimonio como una herramienta política. Aunque no se sabe mucho sobre su vida en Egipto, su matrimonio con Ramsés simbolizó la unión de dos grandes potencias de la antigüedad.

Sección del sarcófago de Ramsés VI. Imagen: Wikicommons

Los detalles acerca de las negociaciones matrimoniales se conservan hoy en día en la correspondencia diplomática con la Corte hitita. En general, leyendo la correspondencia diplomática de Ramsés que conservamos, de inmediato se tiene la impresión de que Ramsés era un hombre con poco tacto diplomático y las negociaciones del matrimonio tampoco eran una excepción. 

La reina hitita Puduhepa, le reprocha que esté más interesado en los beneficios materiales que en su hija y que quiera enriquecerse de ellos: «Mi hermano no posee nada?... Que tú, hermano mío, desees enriquecerte de mí... no es ni amistoso, ni honorable». Pero lo que le era posible escribir en las cartas a los hititas, no lo podía expresar delante de sus propios súbditos, ya que un rey egipcio ideal debía ser generoso.

Templo funerario de Ramsés III en Medinet Habu (al oeste de Luxor), Egipto. Foto: SHUTTERSTOCK

El papel de Ramsés II en la política matrimonial

Echemos un vistazo a las fuentes contemporáneas. Al comienzo de su reinado, Ramsés II dejó una inscripción en el famoso y hermoso templo de su padre en Abidos. Hoy en día ese texto se llama La Gran Inscripción Dedicatoria. Aunque el objetivo principal de esta inscripción no es narrar la vida privada del joven rey, hay un breve fragmento del texto que arroja un poco de luz sobre su vida matrimonial. 

Casarse con su propia hija

Sabemos que Ramsés también se casó con cinco de sus propias hijas. Dos de ellas, las princesas Merytamon y Henuttawy, eran hijas de Nefertari; otras dos, llamadas Bint-anath y Nebettawy, nacieron de Esetnofret. El origen de la última princesa, Henutmire, es desconocido.

Un matrimonio entre un padre y su hija es algo muy difícil de aceptar por los lectores modernos, ya que hoy en día se consideraría un delito, pero lo cierto es que tampoco era algo normal en el Antiguo Egipto. Este tipo de matrimonio solo aparece en una familia real. Existen opiniones dispares: unos creen que algunos faraones se casaron con sus hijas por ciertas creencias religiosas, mientras que otros señalan que no tenemos pruebas irrefutables de que tales matrimonios fueran de verdad consumados. Esto significa que podría haber otra explicación a esta costumbre.

Fachada del templo de Abu Simbel - iStock

¿Cómo elegir una reina?

La Gran Inscripción Dedicatoria menciona a las esposas en plural, no nos da nombres ni ningún otro dato, pero se supone que el texto se refería, al menos, a la futura reina principal Nefertari y a Esetnofret. Ambas eran madres de los hijos más prominentes en los monumentos de Ramsés. Algunos incluso opinan que Ramsés rompió las reglas contemporáneas de tener solo una reina principal teniendo esas dos a la vez. Sin embargo, si echamos un mejor vistazo a las fuentes, este no fue el caso. Siempre ha habido una especie de «brecha de estatus» entre las dos.

A diferencia de Nefertari, Esetnofret nunca apareció en los monumentos de Ramsés, no fue enterrada en el famoso Valle de las Reinas y nunca llevó el título de reina principal durante la vida de Nefertari. Entonces, ¿a qué se debe que los hijos de ambas mujeres fueran tan destacados? ¿Podría explicarse por la importancia de las familias de ambas? Solo Sethy I, quien las eligió para su hijo, nos podría aclarar el asunto.

En cuanto a esto, se especula que Nefertari podría haber estado relacionada con la familia del penúltimo rey de la Dinastía XVIII Ay (aprox. 1323-1320 a. C.), ya que estaba enterrada con una caja de madera que llevaba el nombre de Ay; mientras que Esetnofret podría haber sido relacionada con la familia del rey Haremheb. Pero las pruebas que tenemos no son suficientes para verificar esa hipótesis. 

La cuestión del Harén

El concepto de harén en el Antiguo Egipto difiere del imaginario moderno. Aunque Ramsés II tenía un gran número de esposas y concubinas, estas mujeres no vivían aisladas ni encerradas. Muchas de ellas desempeñaban roles importantes en la corte y en la administración del reino. La inscripción dedicatoria en el templo de Abidos menciona a las esposas de Ramsés en plural, pero no proporciona detalles específicos sobre sus identidades o roles. Sin embargo, es evidente que el harén de Ramsés fue una parte integral de su política matrimonial, contribuyendo a la estabilidad y la prosperidad de su reinado.

Nefertari no fue la única reina que obtuvo semejantes halagos de su esposo, ya que en los textos siempre se refieren a las reinas egipcias como a «amadas y hermosas», ya que esa era la norma. Así que, al final parece, que la elección de Nefertari como la reina principal podría haber sido, basada en algo tan mundano, como dar a luz al primogénito de Ramsés. Del mismo modo parece, que Esetnofret dio a luz a la hija primogénita del rey.

En Egipto antiguo, las reinas desempeñaban importantes papeles rituales, roles que se tenían que cumplir obligatoriamente. Parece que Ramsés se casó con sus hijas, o al menos las nombró reinas, después de que Nefertari y posiblemente también Esetnofret no pudieran cumplir tal papel o ya hubiesen fallecido. Posiblemente Ramsés no quisiera conceder el importante estatus de la reina principal a ninguna otra mujer, y en todo caso a las de su propia descendencia.

¿La muerte del primogénito?

De todos los hijos de Ramsés, el más importante era, sin ninguna duda, su primogénito, normalmente conocido bajo el nombre Amon-her-khepeshef, aunque parece ser que ese no era el único nombre que indican las fuentes. Amon-herkhepeshef, aparte de cumplir lo que se esperaba de un heredero, como por ejemplo dirigir un festival religioso en nombre de su padre, parece haber sido bastante activo en el ambiente militar. No solo porque aparece junto con sus otros hermanos en los relieves de batalla, sino porque él mismo dirigió por lo menos una campaña militar a Moab, en el año 15 del reinado de su padre.

Los restos del ajuar de este príncipe se han encontrado en el Valle de los Reyes, en la tumba KV 5 construida por Ramsés para enterrar a sus numerosos descendientes. Uno de los restos humanos encontrados fue inicialmente atribuido a Amon-her-khepeshef. Pertenecían a un hombre de unos 40 años, con signos de una muerte violenta, mostrando un traumatismo potencialmente mortal en el cráneo. No sabemos exactamente cuándo y cómo pudo suceder.

En 1190 a. C. los Pueblos del Mar atacaron Egipto, pero Ramsés III les tenía una trampa preparada.

El príncipe que más se destacó de sus hermanos fue el cuarto hijo de Ramsés, Khaemwaset. Khaemwaset vivía en Memphis, donde, con tan solo aproximadamente unos 20 años, entró en el servicio del patrón local e importante dios del panteón egipcio Ptah. Más adelante, el príncipe se convirtió en su sumo sacerdote. Khaemwaset era muy activo y elocuente en todas sus actividades. 

Sabemos que participó en las construcciones dentro del Serapeo de Saqqara donde enterraban los toros sagrados Apis. También participó en los jubileos más importantes de su padre, llamados sed y destinados a renovar el poder real pasado el año 30 del reinado. Y para no ser menos, Khaemwaset también se puso a construir un monumento de culto en la necrópolis Memfita.

Sin embargo, lo que mayor fama le dio a este príncipe en nuestra era moderna, y quizá también en la antigüedad, fue su supuesto interés en la historia y su supuesto papel del restaurador de antiguos monumentos. Gracias a estos hechos se ha ganado el apodo moderno de «príncipe arqueólogo».

Los príncipes más jóvenes

Poco se sabe de los hermanos menores de Amun-her-Khepeshef y de los hermanos de Khaemwaset, aparte de sus títulos. Pero sorprendentemente, a veces podemos obtener breves destellos de las vidas de ciertos hermanos menores, que no nacieron de ninguna de las esposas principales de Ramsés.

Así sabemos que el hijo número 23, llamado Si-Montu, estuvo en algún momento a cargo, o por lo menos asociado, a los viñedos Memfitas de su padre y que estaba casado con una hija de un capitán de barco sirio llamada Iryet. Algo que no nos esperaríamos de un príncipe real. 

Tampoco nos parecería digno de un príncipe sufrir los reproches de un sirviente de palacio al no responder a sus cartas, como pasó al príncipe Ramsés-Maatptah, el hijo número 45. Por último, también sabemos que el príncipe Ramsés Neb-weben, hijo número 46, no solo murió antes de cumplir los 30 años, sino que también estaba jorobado. 

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