A lo largo de toda la etapa romana, el foro fue la plaza pública por excelencia, el corazón de la ciudad, el lugar donde se desarrollaban la mayoría de las actividades religiosas, políticas, administrativas y judiciales.
Los textos antiguos definen al foro como el locus celeberrimus, el más frecuentado de la ciudad, por lo que era el mejor espacio posible para la exaltación del poder imperial y la autorepresentación de las élites provinciales y locales.
En Augusta Emerita, el foro de la colonia formó parte del proyecto urbanístico inicial, ocupando un gran espacio de 6 manzanas (insulae) junto al cruce entre el cardo y el decumanus máximus que eran las dos calles principales de la ciudad. El gran tamaño de este foro está íntimamente relacionado con su rango de capital provincial, sede del gobernador provincial y de todo su personal administrativo y militar.
Estructura del Foro de Mérida
El foro de Mérida se integra dentro de los llamados «foros cerrados», (Blockforum) conformados por un conjunto arquitectónico planificado y aislado del tráfico rodado. También se clasifica como un «foro tripartito», ya que la basílica se situaba afrontada al templo, ambos edificios en los lados cortos, opuestos, de la plaza.
Del foro de Mérida conocemos, con cierta precisión, tanto la zona de la cabecera como la configuración general de la plaza y de los edificios porticados que la delimitaban por los lados SO, SE y NE. Estas naves porticadas conformarían un frente unificado, desde el interior de la plaza hacia las distintas edificaciones que se abrirían tras ellos.

En el lado noroccidental estaría situada la zona de la cabecera, donde se emplazaba el llamado templo de Diana, que se correspondía con el edificio más importante del foro. En la actualidad, el templo y gran parte de su área sacra están integrados en la ciudad, pudiendo disfrutar, los ciudadanos de Mérida y los visitantes, de su monumentalidad.
El templo de Diana es hexástilo (6 columnas en la fachada) y períptero (rodeado de columnas), con su epidermis realizada en granito revestido con estuco coloreado. Estaba dotado de escaleras laterales a ambos lados de una tribuna frontal sobreelevada, llamada rostra, que servía para presidir las distintas ceremonias sacras. El templo forense estaría posiblemente dedicado al culto imperial y, más concretamente, a Dea Roma y Augusto.
Este templo se hallaba en su propio temenos, 1,50 m por encima de la plaza y separado de ella por un muro decorado con pilastras y realizado con sillares de granito. A ambos lados del templo se encontraban dos grandes estanques rectangulares, prácticamente simétricos, con una posible funcionalidad sacra, que confirman la abundante presencia del agua en los espacios públicos de la ciudad romana de Mérida y su más que probable connotación cultual en las áreas sacras. Toda esta área sacra estaba enmarcada, en sus tres lados, por un edificio con forma en planta de U invertida.
Bajo este edificio se encontraba un espacio subterráneo y abovedado (criptopórtico) que, posiblemente, se utilizara para el almacenamiento de bienes pertenecientes a la colonia. Este espacio de la cabecera, presidido por el llamado templo de Diana, fue construido en época augustea y se mantuvo como único exponente del foro fundacional durante toda la etapa romana.
Por el contrario, a partir de la segunda mitad del siglo I d.C. se construyeron los pórticos y edificios que enmarcaban la plaza por tres de sus lados como un conjunto unitario tanto arquitectónicamente como cronológicamente.
En la organización del foro de Mérida se contabilizaban cuatro accesos al área abierta del foro, situados en ambos extremos de los pórticos oriental y occidental, uniendo los distintos bloques arquitectónicos. En el interior de la plaza del foro de Mérida, junto a la fachada de los edificios porticados, se desarrollaba un intenso programa conmemorativo y honorífico, convirtiéndo la platea del foro de Mérida en el espacio ideal para la autorepresentación pública de las élites locales, a través de inscripciones y estatuas.
Así, se ha documentado cómo en el foro de Mérida se alineaban basamentos de estatuas ecuestres en la fachada de los pórticos para no entorpecer su acceso, más concretamente delante de las columnas del pórtico sur, convirtiéndo la plaza en una galería de grandes hombres, tanto a nivel local como provincial.
Edificios públicos próximos al Foro de Mérida
Tras la fachada porticada se desplegaban las edificaciones donde se desarrollaban las actividades públicas necesarias para el funcionamiento de la ciudad y de la provincia.
En torno a la plaza del foro de Mérida hemos identificado varios de estos edificios destacando la sede del Senado local o Curia. Constaba de un vestíbulo que daba paso al aula, donde se realizaban las reuniones del senado de la ciudad.

Esta sala principal presentaba un podium de obra, centrado en la pared del fondo, para ser ocupado por el magistrado que presidía las sesiones. Planteamos que, en los lados largos de esta estancia se colocaban gradas bajas de madera en hileras superpuestas, donde se situaban las sillas o bancos para los decuriones y de las que no ha quedado nada en el registro arqueológico. Lo que sí se ha conservado son las cimentaciones de los nichos (4 en cada lado largo) que funcionarían como armarios para la custodia de los documentos de la ciudad.
Las funciones judiciales se desarrollaban en la basílica, situada en el lado meridional del foro, axialmente enfrentada a la zona de la cabecera. Como rasgos característicos de este edificio de Mérida destacan el propileo o podio central de acceso al edificio basilical, en eje con el templo de Diana y la presencia de estancias laterales, chalcidica, pavimentadas con mármoles y a las que se accedía desde las vías a las que se orientaban.
Otro de los edificios forenses que se ha podido identificar en Mérida se ubicaba vecino a la curia, bajo el pavimento del edificio porticado, conformando estancias subterráneas y abovedadas de poca altura. A modo de hipótesis, se ha planteado que se trate del calabozo (carcer), edificio donde Vitruvio menciona que se situaba el aerarium, donde se guardaba el tesoro de la ciudad.
En época augustea no solo se ubicaba el foro de la ciudad de Mérida en el área central de la ciudad, también se construyeron otros dos complejos arquitectónicos públicos localizados al oeste del cardo máximo, la arteria principal de la ciudad de Mérida. Un recinto público con marcado carácter sacro donde se situaba el templo de la calle Viñeros y, limitando con este espacio hacia el norte, el complejo público de la calle John Lennon (bajo el actual centro Cultural Alcazaba).
El templo de la calle Viñeros se orientaba hacia el cardo máximo existiendo un espacio al aire libre, entre la vía y el templo, pavimentado con losas de granito. Este, al igual que el templo de Diana, sería un templo con rostrum donde se hallarían las escaleras de acceso en recodo que subirían hasta los peldaños superiores. La obra, de la que se conserva un alzado de 6 m de altura, se realizó en opera incerta y caementicia al interior y opera quadrata almohadillada al exterior.
El edificio que le sirvió como paralelo casi idéntico, se encuentra en el Foro de Roma y se trata del templo del Divino Julio (Templum Divi Iuli) dedicado por Augusto a su padre adoptivo, César, en el 29 a. C. Del complejo público situado en la calle John Lennon conocemos sólo su parte occidental, que conformaba un gran espacio cuadrangular al aire libre rodeado por naves cerradas en tres de sus lados y un único lado abierto al interior a través de una columnata de granito revestida con estuco. En el espacio central se encontraba un estanque de grandes dimensiones, muy similar a los situados a ambos lados del templo de Diana. La interpretación funcional de este recinto se ha relacionado con una schola iuvenum o área deportiva/sacra para la formación de los jóvenes.
El Arco de Trajano
Además de los recintos forenses situados en la zona central de la ciudad, en época del emperador Tiberio se construye un nuevo recinto sacro monumental al norte del foro de la colonia.
Para la construcción de este nuevo complejo arquitectónico en la Mérida romana se expropiaron cuatro manzanas de casas y se amortizaron también las calles sobre las que se ubicó. Una de las calles que fue interrumpida fue precisamente el cardo máximo, la más importante de la ciudad de Mérida.

Este Conjunto Monumental tiberiano estaba formado por un recinto cerrado de planta rectangular con pórticos abiertos hacia una gran área descubierta, a la que se accedía a través del llamado Arco de Trajano. En la actualidad, se conserva sólo el núcleo del arco, realizado con sillares de granito, aunque en origen estaría completamente revestido de elementos arquitectónicos y decorativos en mármol reflejando una imagen completamente diferente de la actual.
En el centro de este espacio se encontraba un colosal templo, también recubierto de mármol, que posiblemente estaba consagrado al Divo Augusto. Este templo hexástilo poseía una planta peculiar, llamada a cella barlonga (en el que la cella está dispuesta de forma transversal en relación con la pronaos), que tiene su modelo exacto en el templo de la Concordia de Roma. Gracias a una inscripción hallada en las excavaciones de Mérida, sabemos que este templo fue construido entre los años 26 y 30 d. C. por el prefecto fabrum Cornelio Bocho, por encargo del gobernador provincial de la Lusitania, Fulcinio Trio.
Transformación de la ciudad de Mérida
A partir de la segunda mitad del siglo I, el foro de Mérida se modificó con un gran proyecto urbanístico monumental planeado por la nueva dinastía en el poder, la Flavia. Fue en ese momento cuando se transformó toda la zona de la plaza: los edificios de época augustea que la enmarcaban fueron derribados de forma sistemática, construyéndose nuevos pórticos y edificios en su lugar.
Como eje vertebrador de este nuevo proyecto urbanístico de la Mérida romana se diseñó un flamante recinto público al este del foro de la colonia, conocido como Pórtico del Foro o Plataforma Oriental, para cuya construcción debieron amortizar dos manzanas de viviendas. Toda esta transformación urbanística conllevó también una modificación en las vías que circundaban a estos complejos públicos, que afectó tanto al ancho de las calles como, incluso, a un cambio en el pavimento de la zona que delimitaba con la basílica.

Haciendo fachada con el cardo máximo y detrás del edificio de la Curia, se construyó una fuente monumental de planta semicircular que, probablemente, continuaría enmarcando toda la nueva fachada del foro hacia el cardo máximo.
La nueva zona pública, al este del foro de Mérida, constaba de dos complejos arquitectónicos diferentes proyectados de forma coetánea. El primero era un recinto sacro delimitado por pórticos y con un gran templo hexástilo en su centro. De este importante conjunto arquitectónico se conserva, como recinto visitable, la esquina nororiental, comúnmente llamada Pórtico del Foro. Este triple pórtico conformaba un recinto de planta rectangular con unas dimensiones totales de unos 73 m de anchura y 100 m de longitud, concretándose el límite occidental en un gran muro compartido con el área central del foro de Mérida.
Esta nueva área sacra se dispuso sobreelevada más de 3 m de altura con respecto a la platea del Foro de Mérida, desde donde se realizaría el acceso hacia el templo. Este templo, a diferencia del de Diana, estaría revestido completamente con piezas de mármol y tendría un altar cuadrangular frente a su fachada. Así, a partir de ese momento, las dos plazas estarían comunicadas a través de una escalinata en el pórtico oriental del foro, que ahora pasaría a ser la Plataforma Central. Este nuevo recinto sacro, construido en época Flavia, presentaba semejanzas iconográficas con el Forum Augustum de Roma. Ambos espacios, clípeos y cariátides, se ubicaban en el ático que remataba los pórticos.
Además, existía en Mérida, al igual que en Roma, una galería de estatuas de reyes míticos de la historia de Roma y de summi viri. Este conjunto de esculturas se disponía en el interior de los pórticos, en nichos abiertos en el muro de fondo, en correspondencia con los intercolumnios. Tras el pórtico del lado norte del recinto sacro se ubicaron unas letrinas públicas (foricae) con acceso directo desde el decumanus, que las delimitaba al norte.
El otro edificio público, construido en la Plataforma Oriental, se levantó completando la manzana hacia el sur, en un espacio rectangular de unos 2200 m2. Este inmueble se situaba a nivel con el entramado viario que lo rodeaba y, por tanto, a una altura muy inferior a la del área sacra. Esta edificación sufrió intensas reformas a lo largo de toda la etapa romana, lo que originó importantes cambios en sus características arquitectónicas; posiblemente estemos ante las termas públicas del foro de Mérida.
Toda esta transformación urbanística, de la segunda mitad del siglo I, en el área central de la ciudad romana de Mérida, desarrolló una nueva topografía definida por tres terrazas artificiales situadas en tres niveles distintos, que daban al conjunto un aspecto escenográfico y jerarquizado bastante marcado.
El proyecto conjunto de la construcción de la Plataforma Oriental y de la nueva ordenación de la Plataforma Central se podría explicar por las distintas necesidades culturales y propagandísticas, derivadas de la reciente instauración dinástica en Mérida. Y por la exigencia de añadir, a las antiguas funciones del gobierno colonial, las funciones generadas con la llegada de una nueva familia imperial a Mérida y los cambios administrativos que se sucederán en el Imperio.
* Este artículo fue originalmente publicado en la edición impresa de Muy Interesante o Muy Historia.