La felicidad, según la filosofía de Michel de Montaigne

Abordamos el concepto de felicidad desde la perspectiva de Michel de Montaigne, uno de los más grandes ensayistas de todos los tiempos y destacado exponente del pensamiento humanista.
Michel de Montaigne

La búsqueda de la felicidad ha sido una de las reflexiones constantes de la filosofía a lo largo de la historia. Sin embargo, en los albores del Renacimiento y la Edad de la Razón, el famoso ensayista francés Michel de Montaigne, ofreció una particular visión sobre este asunto.

De sus ensayos, publicados en el siglo XVI, se desprende la idea de que la felicidad surge de actuar con nuestros propios valores y deseos, y que la tranquilidad depende del desinterés por la opinión de los demás. De ello habla en el tercer volumen de sus Ensayos (titulado 'De la soledad'). En sus propias palabras: «La verdadera libertad es la capacidad de vivir una vida libre y espontánea, sin estar atado por las expectativas de los demás».

La felicidad, según la filosofía de Michel de Montaigne - Wikimedia Commons

En estos textos, Michel de Montaigne aborda detalladamente los riesgos morales e intelectuales de vivir en constante compañía de los demás. «El contagio de la multitud es muy peligroso. Uno debe o bien imitar o bien odiar el ejemplo de los malvados», escribía.

Al mismo tiempo, reflexiona sobre el valor de la soledad en el desarrollo del individuo. Sin embargo, Montaigne no defiende la soledad física, sino que cree que es necesario cultivar la capacidad de resistir la presión social y el deseo de aprobación de la multitud.

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Y es que, para Montaigne, el hecho de buscar constantemente la aprobación de los demás es comparable al apego a los bienes materiales: ambos nos empequeñecen y nos esclavizan emocionalmente si no aprendemos a desarrollar un desapego hacia ellos. No aboga por abandonar estos deseos, sino por adoptar una actitud de desapego que nos permita disfrutar sin depender emocionalmente de ellos.

Según Montaigne, podemos ser realmente felices con cosas insignificantes de la vida cotidiana. En sus ensayos, elogia la simpleza y la modestia, afirmando que «las pequeñas alegrías son las mejores». Por tanto, para Montaigne, la felicidad no depende de la gloria o la fama, sino de aprender a disfrutar de los momentos simples y ordinarios: «La verdadera felicidad consiste en aprender a disfrutar de lo que tenemos, en lugar de desear constantemente algo más».

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En este sentido, Montaigne se distancia de pensadores como Maquiavelo, quienes consideran la gloria como un objetivo lícito. Para Montaigne, la búsqueda constante de fama es un obstáculo para la paz interior y la tranquilidad del espíritu. Afirma que quienes viven obsesionados con la gloria y la fama tienen sus almas más enredadas en la multitud que nunca, lo que les impide encontrar la verdadera libertad y autenticidad.

Por tanto, este humanista francés insta a desprenderse del deseo de obtener la aprobación y admiración de los demás, y en su lugar, nos recomienda imaginar la presencia constante de un ser noble y virtuoso que observa nuestros pensamientos más íntimos. Según su filosofía, esta práctica nos ayudaría a pensar con claridad y objetividad, y a comportarnos de manera más reflexiva y racional.

Así, también incide sobre los peligros de la gloria y cómo esta puede ser una cuestión de suerte más que de mérito. En sus propias palabras: «muchas veces he visto a la fortuna alejarse del mérito, con frecuencia, a gran distancia».

La felicidad, según la filosofía de Michel de Montaigne - Henry Salomé

De igual forma, Montaigne critica la reverencia excesiva hacia la gloria y señala que alentar a los líderes políticos e influyentes a valorarla por encima de todo los lleva a buscar la aprobación de la audiencia en lugar de tomar decisiones basadas en el bien común.

Por otra parte, el filósofo enfatizaba la importancia de vivir en el momento presente y de no preocuparse demasiado por el pasado o el futuro. En sus ensayos, nos recuerda que “el pasado ya no nos pertenece y el futuro aún no ha llegado”. Para Montaigne, la felicidad se encuentra en aprender a apreciar y disfrutar del momento presente, en lugar de obsesionarse con lo que podría haber sido o lo que podría ser en el futuro.

Exponente del pensamiento humanista

Michel Eyquem de Montaigne (1533-1592) nació y creció en el castillo de su acomodada familia cerca de Burdeos (Francia). Influyente ensayista, filósofo y humanista francés del Renacimiento, es conocido principalmente por su obra magna ‘Ensayos’, que sentó las bases del género ensayístico moderno.

Montaigne nació en una familia noble y recibió una educación humanista, aprendiendo latín desde una edad temprana. Estudió derecho en la Universidad de Toulouse y luego en la Universidad de Burdeos, donde se graduó con un título en leyes. Pero a pesar de su formación en derecho, Montaigne encontró su verdadera pasión en la literatura y la filosofía.

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En 1571, Montaigne fue elegido alcalde de Burdeos, un cargo que ocupó durante cuatro años. Durante su mandato, Montaigne mostró una preocupación por el bienestar de los ciudadanos y se ganó una reputación como un líder justo y compasivo. Sin embargo, tras su retiro de la vida política, decidió dedicarse por completo a la escritura y a la reflexión filosófica.

Su obra más conocida, Los Ensayos, se publicó en tres volúmenes entre 1580 y 1588. En estos escritos, Montaigne exploró una amplia gama de temas, desde la naturaleza humana y la moralidad hasta la educación y la felicidad. Sus ensayos tuvieron una gran influencia en la literatura y el pensamiento europeos, y han sido objeto de estudio y admiración durante siglos.

Referencias: 

  • de Montaigne, M. 'Ensayos'. Penguin Clásicos (2016)
  • VV.AA. ‘El libro de... la Filosofía’. Akal (2015)

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