Durante más de mil quinientos años, las infraestructuras de transporte de China, desde los caminos y canales hasya los ríos navegables, además de transportar bienes, tejieron también las conexiones sociales que estructuraron el imperio. Así lo demuestra una investigación pionera publicada en 2025 en Transportation Research Procedia por Wenlong Li y su equipo. Los investigadores han conseguido reconstruir cuantitativamente el sistema de transporte de la antigua China y su impacto en la formación y evolución de las redes socioeconómicas del gigante asiático.
La originalidad del estudio radica en su enfoque cuantitativo. Los autores han combinado datos históricos sobre infraestructura, demografía y relaciones sociales con modelos matemáticos. Su propósito ha sido doble: por un lado, demostrar cómo las mejoras en la red de transportes influyeron en la conectividad social; por otro, desvelar los mecanismos mediante los cuales ciertos núcleos urbanos adquirieron y mantuvieron una posición central en esa red de relaciones, incluso siglos después de haber perdido su preeminencia política o económica.

Un sistema de transporte reconstruido con precisión
El estudio ha analizado cuatro momentos clave de la historia china: los años 2 (dinastía Han), 742 (Tang), 1102 (Song) y 1522 (Ming). Para cada uno de estos puntos temporales, los investigadores han reconstruido la red de transportes con base en carreteras, rutas postales, ríos navegables y canales. Se han incluido también factores geográficos como la elevación del terreno y las velocidades estimadas para distintos vehículos, desde carretas hasta embarcaciones fluviales, todo ello cotejado con las fuentes históricas primarias.
El análisis se ha realizado sobre una cuadrícula de 1777 unidades territoriales normalizadas, de 50×50 km cada una. Este procedimiento ha permitido comparar distintas regiones aplicando criterios homogéneos, a pesar de los cambios administrativos que hubiesen podido ocurrir a lo largo del tiempo. Los investigadores también han estimado la población para cada celda, utilizando, para ello, datos de censos antiguos, como el recogido en el año 2, que computa unos 46 millones de habitantes.

Modelos de accesibilidad para evaluar oportunidades económicas y sociales
El concepto de accesibilidad, entendido como la capacidad de una localidad para conectar con otras en función del tiempo de viaje y la población de destino, constituye la piedra angular del estudio. Esta métrica, que se basa en modelos de gravedad aplicados previamente a otros contextos históricos (como el suizo, por ejemplo), permite evaluar cuán “conectado” estaba un lugar dentro de la red de transporte en un momento dado.
Los resultados muestran que las infraestructuras de transporte generaban beneficios regionales diferenciados. En la época Han, las regiones septentrionales como Henan tenían una mayor accesibilidad. Con el tiempo, el eje de conectividad se desplazó hacia el sur, sobre todo en torno al delta del Yangtsé. Este cambio ya anticipó el traslado del centro económico del imperio, un fenómeno bien documentado por los historiadores que ahora ha podido medirse con una nueva herramienta.
Por otro lado, cada dinastía empleó distintos tipos de transporte para potenciar la accesibilidad. Los caminos predominaron en la dinastía Han, los ríos y canales en la Tang y Song, y las rutas postales rápidas en la Ming. Estas transformaciones infraestructurales favorecieron que ciertas regiones multiplicaran sus oportunidades de conexión.

Redes sociales históricas y vínculos entre ciudades
Para evaluar el impacto social de esta accesibilidad, los autores se han servido de la China Biographical Database (CBDB), un proyecto colaborativo entre instituciones como Harvard, la Academia Sinica y la Universidad de Pekín, que registra datos biográficos de más de 500.000 individuos que vivieron entre los siglos VII y XIX. La base incluye no solo los lugares de origen de estas personas, sino también sus vínculos sociales, académicos, políticos y literarios.
Los investigadores identificaron 57.326 vínculos sociales entre 36.642 personas, y los asignaron a ciudades concretas. Así, han logrado reconstruir las redes de conexiones ciudadanas durante tres períodos: 692–792 (Tang), 1052–1152 (Song) y 1472–1572 (Ming). De este modo, el estudio ha podido convertir una red de relaciones personales en una red espacial entre localidades. No solo eso: también ha permitido analizar la distribución geográfica del capital social.
La investigación ha corroborado que la distancia y el tiempo de viaje influyeron de forma significativa en la formación de vínculos sociales entre ciudades. Por tanto, era más probable establecer relaciones sociales duraderas cuanto más cerca estaban dos ciudades y mayor era su población combinada, como predice el modelo gravitacional.

La accesibilidad como predictor de las conexiones sociales
Uno de los mayores logros del estudio ha sido demostrar que la accesibilidad calculada para cada ciudad explica con precisión la intensidad de sus conexiones sociales. Así, la estructura de la red social en la China imperial puede entenderse como el resultado acumulado de una serie de condiciones infraestructurales y demográficas.
Por ejemplo, Chang’an y Luoyang, las capitales durante la dinastía Tang, muestran un nivel de conexión social muy superior al que predice el modelo, lo cual se interpreta como efecto de autorrefuerzo. Esto implica que las ciudades altamente conectadas tienden a seguir generando vínculos incluso si las condiciones cambian. Tal fenómeno también se observó en Nankín durante la dinastía Ming.
Sin embargo, las guerras y las crisis políticas pueden interrumpir bruscamente este proceso de autorrefuerzo, como ocurrió cuando el norte fue invadido durante el colapso de la dinastía Song. En estos casos, las redes sociales locales colapsaron o se desplazaron hacia nuevas regiones.

Un modelo útil para entender dinámicas pasadas y presentes
El modelo gravitacional propuesto por el equipo de investigación no solo explica las redes sociales históricas de China con notable precisión, sino que plantea una analogía directa con las dinámicas de movilidad y conexión social en tiempos modernos. Aunque hoy contamos con tecnologías de comunicación, la investigación recuerda que, durante siglos, el transporte físico fue el principal vehículo de interacciones humanas a distancia. Además, el estudio permite entender cómo los nodos centrales en una red no siempre coinciden con los centros de poder político vigente, sino con una acumulación histórica de conexiones, accesibilidad y prestigio.
Las infraestructura como arquitectura invisible de lo social
La red de transportes en la antigua China, adeás de encauzar el movimiento de mercancías, tambió definió el mapa de las relaciones humanas. Gracias al uso de modelos cuantitativos rigurosos y a una rica base de datos histórica, el estudio de Wenlong et al. permite visualizar por primera vez cómo los caminos, canales y rutas postales sirvieron de andamiaje para la sociabilidad a lo largo de quince siglos. En suma, esta investigación ofrece una nueva mirada a la historia de China: una en la que la movilidad, la geografía y la conectividad se revelan como fuerzas clave para explicar la organización social y la evolución del poder urbano.
Referencias
- Wenlong, L. I., et al. 2025. "Reconstructing the transport network of ancient China and its relationship to social networks". Transportation Research Procedia, 82: 3664-3679. DOI: https://doi.org/10.1016/j.trpro.2024.12.023