Durante siglos, la imagen de los cristianos que vivían bajo dominio islámico en al-Ándalus ha oscilado entre la de una comunidad marginal tolerada y la de un grupo culturalmente asimilado, aunque anclado con firmeza en su fe. La liturgia cristiana practicada en al-Ándalus supuso una herramienta crucial para preservar la identidad religiosa en el contexto de dominación musulmana. Algunos estudios recientes han arrojado nueva luz sobre su riqueza y complejidad. Es el caso del artículo “La práctica del cristianismo bajo dominio musulmán” que, firmado por Kati Ihnat y Cathrien Hoijinck, ha logrado reconstruir un panorama más matizado y riguroso las prácticas religiosass del cristianismo andalusí.
Repensar la etiqueta "mozárabe"
Uno de los primeros desafíos que plantea este estudio alude a la terminología histórica. Así, el rito practicado por los cristianos bajo dominio islámico se ha calificado como “mozárabe”, un término que alude a cristianos arabizados en lo lingüístico o cultural. Sin embargo, la mayoría de los manuscritos que preservan dicho rito proceden del norte cristiano de la península y no del sur islámico, lo que que pone en duda la pertinencia del término.
En su lugar, los especialistas han propuesto referirse a este conjunto litúrgico como “rito hispánico antiguo”, un término más neutral y exacto desde el punto de vista tanto geográfico como cronológico. Aunque este rito hunde sus raíces en la liturgia visigótica, sus formas se desarrollaron a lo largo de los siglos a través de la incorporación de influencias locales y externas.

Una liturgia entre lo visible y lo invisible
Estudiar la práctica religiosa de los cristianos andalusíes supone enfrentarse a la gran escasez de manuscritos litúrgicos producidos directamente en al-Ándalus. Solo un códice completo (el Capitulare Evangeliorum Arabicum, o CEA), datado en el siglo XIV y redactado en árabe, puede vincularse con certeza a este entorno. El resto de los datos de los que se dispone proviene de fragmentos, copias posteriores o testimonios indirectos, como los escritos apologéticos y hagiográficos.
No obstante su escasez, estos vestigios son lo suficientemente elocuentes como para sugerir una continuidad litúrgica. Las oraciones, los himnos y los calendarios, por ejemplo, revelan que los cristianos andalusíes celebraban tanto el ciclo temporal (Navidad, Pascua, Pentecostés) como el santoral (las festividades de los santos), a menudo con adaptaciones locales. Se ha identificado, por ejemplo, una probable procedencia sevillana del CEA, dada la celebración separada de Justa y Rufina en dos días distintos (17 y 18 de julio), algo inusual fuera de esa ciudad.
La tradición litúrgica de Toledo y sus variantes
El caso de Toledo resulta de especial interés, ya que, tras la conquista cristiana de 1085, se preservó allí una liturgia de tipo hispánico en varias parroquias identificadas como “mozárabes”. Se han conservado numerosos manuscritos toledanos que transmiten esta tradición, los cuales se dividen en dos grupos que se han denominado Tradición A y Tradición B.
La llamada Tradición A muestra similitudes con los ritos practicados en los reinos del norte, mientras que la Tradición B podría reflejar una liturgia andalusí traída a Toledo por los refugiados del sur tras la llegada de los almorávides y almohades. Sin embargo, los especialistas advierten que estas hipótesis deben tomarse con cautela, debido a la naturaleza fragmentaria y tardía de los textos.
Los investigadores, además, han identificado una correspondencia parcial entre el Capitulare Evangeliorum Arabicum y algunos manuscritos de la Tradición B, sobre todo en lo que concierne a las lecturas evangélicas del ciclo de Cuaresma. Aunque no hay una coincidencia total, la similitud en ciertas fiestas sugiere una raíz común o, al menos, una conexión cultural entre los cristianos de Toledo y los de al-Ándalus.

Los textos literarios como testigos del culto
Considerando la escasez de los códices litúrgicos que se conservan, los textos literarios han demostrado ser una fuente fundamental. Destacan aquí las obras de Eulogio y Álvaro de Córdoba, autores del siglo IX vinculados al movimiento de los mártires cordobeses. Ambos escribieron himnos y pasiones que no solo tenían un valor doctrinal, sino que también estaban destinados a ser leídos o cantados en el marco de los oficios litúrgicos.
En estos textos aparecen descripciones de las iglesias en activo, las procesiones y las celebraciones religiosas de la época, incluso en pleno siglo IX, a pesar de las restricciones legales islámicas. Todo ello muestra que, pese a las limitaciones, los cristianos andalusíes lograron mantener una vida litúrgica activa.

La lengua de la liturgia y la transmisión cultural
Una de las preguntas clave del estudio de Ihnat y Hoijinck concierne la lengua en que se desarrollaban estos ritos. Aunque la liturgia oficial seguía empleando el latín, existen evidencias de traducciones al árabe, como ocurre en el Capitulare Evangeliorum Arabicum . Esto sugiere que el árabe se usó como lengua pastoral de instrucción, más accesible para los fieles.
El bilingüismo, e incluso el trilingüismo (latín, árabe y romance), parece haber sido una realidad viva en las comunidades cristianas de al-Ándalus. Esta riqueza lingüística, además, influía también en la producción y recepción de los textos religiosos. La complejidad de esta situación, por tanto, invita a replantear la relación entre lengua, liturgia e identidad en la península medieval.

Una religiosidad con rostro propio
A pesar de la escasez y el estado fragmentario de las fuentes, el estudio demuestra que los cristianos de al-Ándalus practicaban una religión con formas rituales complejas, donde la memoria hagiográfica, las fiestas comunitarias y el calendario litúrgico mantenía una notable autonomía. Si bien compartían elementos con el norte peninsular, su religiosidad tenía una impronta propia, marcada por su situación de minoría bajo el poder islámico.
Los cristianos en territorio andalusí, por tanto, practicaban su fe demostrando una gran capacidad de adaptación. Aunque parcialmente documentada, su liturgia revela una vida espiritual conectada con las corrientes religiosas de toda la cristiandad, ejemplo del dinamismo de la Edad Media peninsular.
Referencias
- Ihnat, K. y C. Hoijinck. 2024. "La práctica del cristianismo bajo dominio musulmán: nuevas aproximaciones al rito cristiano celebrado en al-Ándalus". Hispania Sacra, 76.154: 1096. DOI: https://doi.org/10.3989/hs.2024.1096