Producción: Pablo Cantudo
¿Cómo desarrolla una planta el gusto por la carne?
En 2017, un estudio publicado en Nature Ecology and Evolution llegó a la conclusión de que algunas plantas se dedicaron a adaptar genes y proteínas involucradas originalmente en la defensa contra ciertas enfermedades para dotarles de una nueva función, la de digerir insectos.
Ahora, otra investigación publicada en Current Biology ha obtenido un resultado compatible: la mezcla genética ayudó a ciertas plantas a desarrollar la capacidad de atrapar y digerir presas ricas en proteínas.
La clave reside en un ancestro común de estas plantas, que vivió hace unos 60 millones de años. Las plantas carnívoras reutilizan copias de genes que un día ayudaron a las raíces de sus antepasadas a absorber nutrientes, para usarlas en raíces, hojas y sistemas sensoriales, y así detectar y digerir presas.
Los investigadores concluyen que el consumo de carne por parte de las plantas es un rasgo que se ha ido sofisticando con el paso del tiempo hasta desarrollar formas variadas y tortuosas de atrapar animales.
Las plantas de jarra, por ejemplo, usan ‘trampas’ para que los insectos caigan en su interior, y digerirlos con sus enzimas. La Drosera o rocío del Sol enrolla su pegajosa plataforma de aterrizaje cuando los mosquitos son atrapados. Por su parte, la Venus atrapamoscas (Dionaea muscipula) usa poderosas almohadillas que se cierran cuando un insecto aterriza en ellas
Para descubrir cómo evolucionaron estas trampas, los investigadores liderados por el biólogo evolutivo computacional Jörg Schultz y el biólogo de plantas Rainer Hedrich, ambos de la Universidad de Würzburg, secuenciaron los genomas de la Drosera, la Aldrovanda vesiculosa (waterwheel plant) y la Venus atrapamoscas. Luego compararon sus genomas con los de otras nueve plantas, incluida una planta de jarra carnívora y plantas de remolacha y papaya no carnívoras.
Finalmente, descubrieron la duplicación de todo el genoma de un antiguo ancestro, que liberó copias de genes que alguna vez se usaron en raíces, hojas y sistemas sensoriales para detectar y digerir presas.

Discusión
Sin embargo, Victor Albert, un biólogo evolutivo de plantas en la Universidad de Buffalo, dice que el equipo de Hedrich no tiene suficientes datos para respaldar este origen, especialmente porque algunos genes esenciales para la depredación existieron en un ancestro anterior común a las plantas de jarra y las tres nuevas plantas secuenciadas.
Por su parte Luis Herrera-Estrella, genomicista de plantas en la Universidad Tecnológica de Texas, cree que la mayoría de las plantas ya tienen muchos de los genes necesarios para ser carnívoras: "El camino parece estar abierto para todas las plantas".
Referencias:
'How Venus flytraps evolved their taste for meat' (Science Magazine). Elizabeth Pennisi
'Genomes of the Venus Flytrap and Close Relatives Unveil the Roots of Plant Carnivory'. Gergo Palfalvi. Mayo 14, 2020. DOI:https://doi.org/10.1016/j.cub.2020.04.051