Aunque no es el más caro, el oro es, probablemente, el metal más valorado por su valor en joyería y numismática y por su versatilidad. Y no solo para fabricar plumas estilográficas. Es necesario, por ejemplo, para muchos componentes microelectrónicos y un teléfono móvil contiene en torno a 40 miligramos de oro. Por otro lado, sabemos que la mayor parte de los elementos naturales que existen en nuestro planeta se pueden encontrar en el agua de mar, disueltos en forma de sales. De ahí surge la pregunta. ¿Podríamos extraer oro del agua de mar?

¿Cómo saber cuánto oro contiene una muestra de agua?
Calcular la concentración de oro que hay en el mar ha despertado la curiosidad de muchos científicos, pero no es fácil. Las técnicas tradicionales se basaban en evaporar una cantidad conocida de agua de mar, y calcular después la cantidad de oro que queda en las sales cristalizadas mediante análisis químicos. Sin embargo, la concentración era tan extraordinariamente baja, que los resultados eran muy variables e inciertos.
Pero con la llegada de técnicas más avanzadas, estos análisis mejoraron mucho. La espectroscopía de masas permite detectar trazas muy, muy pequeñas de sustancias en una muestra. Esta técnica, que fue mejorando a lo largo del siglo XX, tuvo un importante avance en 1983, con el desarrollo de la espectrometría de masas con plasma acoplado inductivamente, una innovación que permitía su uso en muestras líquidas.
Un avance que, en 1990, aprovecharon los investigadores K. Kenison Falkner y J. M. Edmond, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) precisamente para calcular la concentración de oro en diversas muestras de agua de mar, con una precisión nunca antes alcanzada.

¿Cuánto oro hay en el mar?
Los resultados obtenidos por la investigación de Falkner y Edmond, publicada en la revista Earth and Planetary Science Letters, mostraba concentraciones muy similares en las aguas de la superficie de los mares y océanos estudiados. En el Atlántico calcularon que la concentración rondaba los 53 femtomolar, aunque con una considerable variación. Datos similares arrojaban las aguas del Pacífico, con 55 femtomolar —y más variación aún—.
El prefijo ‘femto-’ es una forma de expresar cantidades muy, muy pequeñas. Si el prefijo ‘centi-’ expresa la centésima parte de una medida, como en ‘centímetro’, y ‘mili-’ la milésima, ‘femto-’ es la mil billonésima parte. Es decir, una concentración femtomolar se concibe como la mil billonésima parte de un mol, diluída en un litro. Un mol, por su parte, es una medida química que expresa una cantidad constante de moléculas en un peso específico de materia dada.
Volviendo al agua, en el mar Mediterráneo encontraron una rareza. Las aguas que riegan las costas orientales de España tienen una concentración similar al Atlántico en superficie, pero a medida que se gana profundidad, la concentración de oro aumenta hasta los 115 femtomolar de media, y valores anecdóticos máximos de hasta 300.

Esto se debe a la misma naturaleza del Mediterráneo, una cuenca muy cerrada, con una sola salida al océano, por el Estrecho de Gibraltar, que representa tan solo el 0,003 % de todo su perímetro. Por eso, las aguas del Mediterráneo se renuevan poco, y permiten una mayor acumulación de sales, especialmente en profundidad. Y entre esas sales, se encuentran iones de oro.
Medir los datos de concentración en femtomolar es muy útil para los químicos, pero en ocasiones difícil de comprender. No hay que olvidar que están midiendo la cantidad de moléculas que hay en un volumen de agua de mar, nada fácil de visualizar. Los 53 femtomolar en el océano Atlántico implican que en cada litro de sus aguas hay cerca de 26 billones de átomos de oro. ¿Pero cuánto oro es eso?

Buscando un gramo de oro en el mar
Para saber cuánta agua de mar es necesaria para obtener un gramo de oro son necesarios unos cuantos cálculos más.
Si tomamos como medida las aguas ß, para obtener un gramo de oro necesitaríamos una media de 96 mil millones de litros. Ese es, aproximadamente, el volumen de agua que hay en un cubo de 460 metros de lado. En el caso del océano Pacífico, el valor es similar.
En el Mediterráneo, el panorama mejora, pero no mucho. En las aguas más profundas, y con mucha suerte, podríamos obtener un gramo de oro en “solo” 17 mil millones de litros, un cubo de algo menos de 260 metros de lado, aunque en promedio, serían necesarios 44 mil millones de litros de agua, o lo que es lo mismo, 350 metros de lado en una medida cúbica.

Otras fuentes (totalmente ineficientes) de oro
El oro es un metal pesado, y una característica de los metales pesados es que tienden a acumularse en los seres vivos y son muy difíciles de eliminar. Plantas y hongos pueden acumular concentraciones variables de oro que luego transmiten a animales a través de la dieta. La cantidad, siendo aún ínfima, puede ser mayor que en el agua de mar.
Según la especie y el entorno, puede llegar a haber un gramo de oro en una biomasa de 100 toneladas de plantas. En un análisis realizado en 1953 en la antigua Checoslovaquia, encontraron niveles máximos de oro en plantas, en una medida tal que para obtener un gramo se necesitarían 3300 kilos de plantas de menta o 1700 kilos de equisetos.
También hay oro en el cuerpo humano, por supuesto, donde más se ha encontrado es en el pelo. Pero sigue siendo una cantidad insuficiente para que sea significativa. Para obtener un gramo de oro a partir de cabello humano, serían necesarios 2500 kilos de pelo aproximadamente.
Referencias:
- Falkner, K. K. et al. 1990. Gold in seawater. Earth and Planetary Science Letters, 98(2), 208-221. DOI: 10.1016/0012-821X(90)90060-B
- Jones, R. S. 1970. Gold content of water, plants and animals. Geological Survey Circular, 625, 1-15.