Exploradores descubren más de 40 especies inéditas y una curiosa estrella de mar que recuerda a Patricio Estrella, conquistando las profundidades a 4.000 metros

Una estrella de mar con un aspecto sorprendentemente humano ha sido descubierta en el Atlántico Sur durante una expedición que reveló decenas de especies inéditas.
La nueva estrella de mar descubierta, apodada “estrella culona”, recuerda de forma divertida al personaje Patricio de Bob Esponja
La nueva estrella de mar descubierta, apodada “estrella culona”, recuerda de forma divertida al personaje Patricio de Bob Esponja. Foto: Schmidt Ocean Institute

Bajo las aguas profundas del Atlántico Sur, frente a las costas de Argentina, un equipo internacional de científicos ha registrado uno de los hallazgos más curiosos del año. En un paisaje submarino prácticamente inexplorado, donde la oscuridad es casi absoluta y la presión aplasta cualquier rastro de vida superficial, apareció un protagonista insólito: una estrella de mar con una forma tan peculiar que ha despertado sonrisas en los laboratorios y en las redes sociales.

Se trata de un ejemplar de la familia Hippasteria, de cuerpo abultado y brazos cortos, cuya silueta recuerda, de manera cómica, la anatomía humana. Para quienes lo vieron por primera vez en la transmisión en vivo del ROV SuBastian, el vehículo robótico que recorrió el cañón submarino de Mar del Plata, la comparación fue inevitable: parecía un personaje de dibujos animados, con un cuerpo redondeado que evocaba un par de glúteos. El hallazgo se convirtió rápidamente en un fenómeno viral, acercando al gran público un mundo del que apenas conocemos un fragmento.

Pero más allá de la anécdota visual, este descubrimiento tiene una dimensión científica significativa. La expedición ha documentado más de 40 especies nunca antes vistas en la región, desde peces translúcidos hasta esponjas carnívoras y corales de colores que emergen en la negrura absoluta. La zona, ubicada a más de 4.000 metros de profundidad, constituye un verdadero oasis de biodiversidad del que hasta ahora se tenía escasa información.

Un mundo oculto bajo el Atlántico Sur

La misión, desarrollada por el Schmidt Ocean Institute en colaboración con el CONICET argentino, ha puesto sus ojos en un escenario que parecía inaccesible: el cañón submarino de Mar del Plata, una profunda grieta en el fondo del océano donde confluyen corrientes frías y nutrientes que alimentan la vida. Allí, en condiciones extremas de presión y oscuridad, florece un ecosistema que ha logrado pasar inadvertido durante siglos.

El SuBastian, un sofisticado vehículo operado a distancia, descendió a más de cuatro kilómetros bajo el nivel del mar, transmitiendo imágenes en tiempo real a la cubierta del buque de investigación y a los espectadores que seguían la misión desde sus pantallas. Lo que se reveló fue un paisaje casi alienígena: corales que parecían esculturas de cristal, peces fantasmales que se movían como sombras y crustáceos que caminaban entre sedimentos vírgenes.

Un pepino de mar de color violeta, bautizado como “Batatita” por su forma regordeta, fue localizado en las profundidades frente a las costas de Argentina
Un pepino de mar de color violeta, bautizado como “Batatita” por su forma regordeta, fue localizado en las profundidades frente a las costas de Argentina. Foto: Schmidt Ocean Institute

Entre estas criaturas surgió la que se llevó toda la atención: una estrella de mar de disco central prominente y brazos robustos, que parecía posar con descaro ante la cámara. La naturaleza le otorgó un diseño que, desde la perspectiva humana, resulta divertido y sorprendente, pero que responde a un patrón adaptativo. Su forma redondeada podría estar relacionada con la alimentación, con la gravedad actuando sobre su cuerpo al adherirse a superficies verticales, o simplemente con un almacenamiento de energía excepcional.

Este tipo de exploraciones no solo generan fascinación por lo pintoresco; también son fundamentales para entender la riqueza biológica de los fondos oceánicos. Cada nueva especie encontrada representa una pieza en el rompecabezas de los ecosistemas abisales, que juegan un papel crucial en la salud del planeta al participar en procesos como el ciclo del carbono y la regulación del clima.

Más que un hallazgo simpático: la ciencia detrás de la expedición

Aunque la estrella de mar robó la atención mediática, los científicos insisten en la importancia de los descubrimientos menos vistosos. Durante la expedición se identificaron esponjas carnívoras que atrapan pequeñas presas con sus filamentos, peces de aguas profundas con cuerpos casi transparentes que revelan sus órganos internos y invertebrados capaces de sobrevivir donde la temperatura es cercana a cero grados.

Cada organismo recolectado se convierte en una ventana al pasado evolutivo de la vida marina. Muchas de estas especies podrían tener adaptaciones únicas, como proteínas anticongelantes o estrategias de alimentación inusuales, que ayudan a comprender cómo la vida persiste en condiciones extremas. En algunos casos, los compuestos bioquímicos descubiertos en criaturas abisales han tenido aplicaciones inesperadas en la medicina y la biotecnología.

El Atlántico Sur, pese a su relevancia ecológica, ha sido menos estudiado que otras regiones oceánicas. Esto convierte a cada inmersión en una auténtica exploración pionera, casi como una misión espacial bajo el mar. De hecho, la transmisión en directo de la expedición permitió que miles de personas en todo el mundo observaran, desde la seguridad de sus hogares, un mundo que hasta hace unas décadas era completamente desconocido para la humanidad.

Los científicos recuperaron diversas formas de vida marina que ahora serán analizadas detalladamente en el laboratorio
Los científicos recuperaron diversas formas de vida marina que ahora serán analizadas detalladamente en el laboratorio. Foto: Schmidt Ocean Institute

Entre la ciencia y la fascinación popular

No es casual que imágenes como la de la ya famosa estrella de mar “simpática” despierten tanto interés en redes sociales. Estos hallazgos muestran un lado amable y sorprendente de la ciencia, que conecta con la curiosidad más básica del ser humano: el deseo de descubrir lo que hay más allá de nuestro alcance.

El humor y la sorpresa funcionan como un puente entre la biología marina y el público general. Ver a un organismo que parece sacado de una caricatura nos recuerda que el océano es un reservorio infinito de sorpresas, capaz de desafiar lo que creemos conocer sobre la vida en la Tierra. Además, este tipo de hallazgos ayudan a generar conciencia sobre la importancia de conservar estos ecosistemas, muchos de los cuales podrían verse amenazados por la actividad humana, desde la pesca de arrastre hasta la futura minería submarina.

El equipo científico tiene previsto analizar los especímenes recolectados en los próximos meses, con la esperanza de describir formalmente las nuevas especies y entender mejor su ecología. Mientras tanto, la expedición sigue ofreciendo imágenes que combinan ciencia y espectáculo, recordándonos que aún queda mucho por explorar en nuestro propio planeta.

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  • Carlos M. Pina