La resiliencia al dolor crónico, ¿quién puede aguantarlo más?

Un equipo de investigadores de la Universidad de Málaga ha analizado las diferencias entre hombres y mujeres en relación al dolor crónico y ha encontrado que la capacidad de sobreponerse a las adversidades es lo que marca la diferencia.
Qué determina la tolerancia al dolor

Se estima que en nuestro país hay en estos momentos unos nueve millones de personas que sufren dolor crónico, lo cual representa casi el 26% de la población.  Se ha creído que la resiliencia al dolor crónico estaba ligada a razones de sexo, siendo las mujeres las que presentaban más tolerancia. Sin embargo, estudios recientes demuestran que hay otros factores determinantes para esa capacidad de aguante.

La prevalencia del dolor crónico en la población

Está ligado en ocasiones a otras enfermedades crónicas, a debilidades en el tejido muscular o el sistema óseo. El dolor cónico es una afección que sigue afectando a una gran parte de la población, indistintamente de género o edad, aunque es más común en las personas de edad media.

Estadísticas generales y grupos más afectados

El dolor crónico es una condición que afecta a una considerable porción de la población. Según las estadísticas, alrededor del 26% de las personas en nuestro país experimentan dolor crónico. Este problema de salud no solo es común, sino que también tiene un impacto significativo en la vida diaria de quienes lo padecen. Los grupos más afectados son aquellos en el rango de edad de 35 a 54 años, lo que sugiere que el dolor crónico es una preocupación importante en la población en edad laboral. Esta prevalencia destaca la necesidad de comprender mejor los factores que influyen en la tolerancia al dolor para mejorar el manejo y tratamiento de esta condición.

Diferencias entre hombres y mujeres

Las estadísticas arrojan cifras distintas si nos fijamos en el sexo: afecta más a las mujeres que a los hombres (30,5% frente al 21,3%, respectivamente) y es más frecuente entre los 35 y 54 años.Pese al imaginario popular que asevera que las mujeres toleran mejor el dolor que los hombres, un estudio liderado por investigadores de la Universidad de Málaga reveló que tales diferencias son mínimas. El estudio analizó las diferencias entre hombres y mujeres en relación a su experiencia con el dolor crónico. La investigación indica que la resiliencia podría ser un factor más relevante en la tolerancia al dolor que el sexo del individuo.

¿Qué determina la tolerancia al dolor? Foto: Istock

Resiliencia y su papel en la tolerancia al dolor

La resiliencia es la palabra clave cuando hablamos de aquellas personas que, con dolor crónico, pueden llevar mejor sus efectos. Es una capacidad de adaptación que algunas personas desarrollan más que otras. En ella intervienen diversos factores, sobre todo psicológicos, que permiten darle otro enfoque a sufrimiento.

Definición de resiliencia y su impacto

Es la resiliencia de una persona –la capacidad para sobreponerse a situaciones adversas– lo que determina la alta o baja capacidad de aceptar el dolor. Esta cualidad está relacionada con el conjunto de características que dotan al individuo de recursos para afrontar el sufrimiento crónico. En el contexto del dolor crónico, la resiliencia juega un papel crucial en la forma en que los individuos manejan su dolor. Las personas resilientes tienden a aceptar su condición y a buscar formas de vivir una vida satisfactoria a pesar del dolor. Esta aceptación no implica resignación, sino un enfoque activo en mejorar la calidad de vida. La resiliencia permite a las personas desarrollar estrategias efectivas para enfrentar el dolor, lo que a su vez puede reducir la percepción de su intensidad.

La resiliencia, la clave para aceptar el dolor crónico. Foto: Istock

Experiencias de dolor entre hombres y mujeres

l trabajo fue realizado con una muestra de 400 pacientes con dolor crónico espinal (190 hombres y 210 mujeres) y los resultados señalan más semejanzas que diferencias entre ambos sexos.

Según Carmen Ramírez-Maestre, autora principal e investigadora de la universidad malagueña: "Las personas más resilientes tienden a aceptar su dolor, es decir, a entender que su dolencia es crónica y dejar de centrar sus esfuerzos en conseguir que el dolor desaparezca para volcar su energía en lograr una vida más satisfactoria, a pesar del dolor. Los pacientes que lo aceptan manifiestan percibir una menor intensidad de dolor, tienen un mayor nivel de actividad diaria y un mejor estado de ánimo".

Aceptación del dolor y calidad de vida

La aceptación del dolor es uno de los elementos clave en el desarrollo de la resiliencia. Aunque se trata de un componente psicológico, sus beneficios acaban siendo físicos. Su desarrollo permite tener una mejor calidad de vida a aquellas personas con dolor crónico.

Relación entre aceptación del dolor e intensidad

La aceptación del dolor es un componente clave en la resiliencia y tiene un impacto directo en la percepción de su intensidad. Las personas que aceptan su dolor crónico tienden a reportar una menor intensidad del mismo. Esto se debe a que, al aceptar el dolor como una parte de su vida, dejan de centrar sus esfuerzos en eliminarlo y, en cambio, se enfocan en desarrollar estrategias para vivir con él. Esta aceptación no solo reduce la percepción del dolor, sino que también permite a los individuos experimentar una mayor sensación de control sobre su vida y su bienestar general.

Hombres y mujeres, iguales ante el dolor crónico. Foto: Istock

Impacto en la actividad diaria y estado de ánimo

La aceptación del dolor crónico también se asocia con mejoras en la actividad diaria y el estado de ánimo. Las personas que aceptan su dolor son más propensas a mantenerse activas y participar en actividades cotidianas, lo que contribuye a una mejor calidad de vida. Además, esta aceptación está vinculada a un mejor estado de ánimo, ya que las personas resilientes tienden a experimentar menos ansiedad y depresión. Al centrarse en lo que pueden hacer en lugar de lo que no pueden, estas personas encuentran formas de disfrutar de la vida a pesar del dolor, lo que mejora su bienestar emocional y psicológico.

Miedo al dolor y sus consecuencias

Por otro lado, los datos del trabajo, que fue publicado en la revista The Journal of Pain, mostraron que los pacientes con más miedo al dolor experimentan mayores niveles de ansiedad y depresión. "No obstante, solo en la muestra de hombres dicho miedo se relaciona con una mayor intensidad de dolor, siendo esta la única diferencia encontrada en función del sexo del paciente", concluye la autora.

Diferencias en la ansiedad y depresión entre géneros

El miedo al dolor es un factor que puede exacerbar la ansiedad y la depresión en personas con dolor crónico. Los estudios han demostrado que el miedo al dolor está asociado con mayores niveles de ansiedad y depresión, lo que puede complicar aún más el manejo del dolor. Sin embargo, las diferencias en cómo este miedo afecta a hombres y mujeres son notables. En general, tanto hombres como mujeres que experimentan miedo al dolor reportan mayores niveles de ansiedad y depresión. No obstante, la forma en que se manifiesta y se maneja este miedo puede variar entre los géneros, lo que sugiere la necesidad de enfoques personalizados en el tratamiento del dolor crónico.

Correlación del miedo al dolor con su intensidad en hombres

En el estudio mencionado, se encontró una correlación específica entre el miedo al dolor y su intensidad en hombres. Mientras que el miedo al dolor está relacionado con una mayor ansiedad y depresión en ambos géneros, en los hombres, este miedo también se asocia con una percepción de mayor intensidad del dolor. Esta diferencia destaca la importancia de abordar el miedo al dolor como un componente integral en el tratamiento del dolor crónico, especialmente en los hombres. Al reducir el miedo al dolor, es posible no solo mejorar la salud mental de los pacientes, sino también disminuir su percepción de la intensidad del dolor, contribuyendo así a una mejor calidad de vida.

Referencias:

  • Ramírez-Maestre C, Esteve R. The role of sex/gender in the experience of pain: resilience, fear, and acceptance as central variables in the adjustment of men and women with chronic pain. J Pain. 2014;15(6):608-618.e1. doi:10.1016/j.jpain.2014.02.006

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