El misterioso avance tecnológico del Antiguo Egipto: el enigma de las lámparas de Dendera

Adéntrate en el misterio de las lámparas de Dendera, uno de los enigmas más fascinantes del Antiguo Egipto. Situadas en el complejo del templo de Dendera, estas representaciones han alimentado debates y teorías sobre la posible existencia de tecnología avanzada en el mundo antiguo.
Detalle de los relieves esculpidos en piedra que representan las «bombillas», para muchos pseudocientíficos, una prueba del uso y conocimiento de la electricidad.

La ciudad agrícola de Dendera está situada en la orilla occidental del río Nilo, al norte de Luxor y al sur de Abidos, y fue la capital del VI nomo del Alto Egipto. La ciudad moderna está construida sobre la antigua Iwnt, que era como llamaban a este lugar los antiguos egipcios. En esta zona el culto a la diosa del cielo y la fertilidad Hathor se remonta a tiempos remotos, cuyo templo fue reformado, ampliado, demolido y construido de nuevo durante varios momentos de su historia. 

El templo actual, construido sobre la base de otros, es uno de los mejor conservados de Egipto. Foto: CORTESÍA DEL AUTOR

El actual templo data de época grecorromana, más concretamente del Periodo Ptolemaico (310-30 a. C.) y fue concluido por el emperador romano Tiberio (14-37 d. C.). Este reposa sobre los cimientos de edificios mucho más antiguos. Los trabajos arqueológicos realizados en la zona han confirmado que la historia del yacimiento se inicia en la época predinástica (5300- 3000 a. C.), ya que en sus cercanías se descubrió un cementerio perteneciente a ese periodo. 

En el Reino Antiguo (2686-2160 a. C.) existió un templo en el mismo lugar, cuyo origen se remonta al reinado del faraón Keops (2589-2566 a. C.). Años más tarde, durante el reinado de Pepi I se hizo una restauración del mismo. Este templo, además de ser uno de los mejor preservados de Egipto, se engloba en un conjunto de construcciones situadas dentro de un recinto amurallado de adobes. 

Su buena conservación se debe a que el templo se encontraba medio enterrado en la arena del desierto en el momento que empezaron las primeras excavaciones. Gracias a esto se salvó de la iconoclasia copta y del vandalismo, aunque parte de las estructuras —como las dependencias de la parte superior— se utilizaron durante mucho tiempo como establos y viviendas. El templo se compone de un gran vestíbulo o pronaos ricamente decorada y sostenida por 18 columnas con cabeza de Hathor. 

Destaca la decoración del techo y algunas paredes con los detalles de visitas reales. Esculpido en el techo del pronaos se descubrió el famoso bajorrelieve conocido como el zodiaco de Dendera, que actualmente se encuentra en el Museo del Louvre. Tras el vestíbulo o pronaos, se halla otra sala hipóstila más pequeña, con solo seis columnas, rodeada de almacenes, un laboratorio y una sala del tesoro que conducen a dos vestíbulos. 

El primero de estos, al sur, da acceso a una antecámara que da paso a la cámara donde se encuentra el santuario que atesoraba la barca sagrada que contenía la imagen de la diosa. Alrededor de este santuario existía un corredor que da acceso a 13 estancias con diferentes funciones.

Debajo del templo hay doce criptas o cámaras que contienen una serie de relieves, muchos de ellos datados del reinado de Ptolomeo XII (80-58 a. C.). Estas criptas debieron de utilizarse como almacenes y contienen iconografía divina. Además de los mencionados relieves, existen otros que son popularmente llamados o conocidos como «las lámparas de Dendera».

Las teorías de que los relieves sugieren la utilización de la electricidad en el antiguo Egipto no tienen ninguna base científica que las respalde. Foto: CORTESÍA DEL AUTOR

Un dios que emerge del loto

Las interpretaciones pseudocientíficas o teorías marginales, como las de Peter Krassa, Reinhard Habeck, Erdoğan Ercivan o Erich von Däniken, proponen que estos relieves representan o simbolizan de alguna forma una tecnología de iluminación en el antiguo Egipto: las primeras bombillas o lámparas incandescentes fabricadas en la antigüedad. Estos las comparan con dispositivos modernos similares. 

Para ellos es una prueba de la existencia del conocimiento, uso y producción de electricidad en el antiguo Egipto. Estas interpretaciones son totalmente falsas y erróneas, careciendo de base científica, pues no se ha encontrado ninguna evidencia arqueológica o textual de nada utilizado para crear y usar electricidad en el antiguo Egipto.

Para los egiptólogos e historiadores, los relieves simbolizan a Hr-smAtAwy, Horsematauy, «Horus que une las Dos Tierras», o Harsomtus en griego, un dios creador en la mitología egipcia, hijo de Hathor y Horus de Edfú que fue venerado durante los ritos agrícolas y festivales de la luna. La iconografía de este dios es múltiple y está atestiguada desde el Periodo Tardío (desde el 664 a. C.). 

Si se le representa con forma humana, está entronizado, o como un niño desnudo en un matorral de papiros o saliendo de una flor de loto. Bajo su aspecto animal, este dios es representado con forma de un halcón, un león, una esfinge o, en el caso de los relieves mencionados, como una serpiente emergiendo de una flor de loto, normalmente sujeta a la proa de una barca. La mayor parte de la historia de este dios la encontramos en los textos y bajorrelieves de este templo y del de Edfu.

Inscripciones en Dendera

Es en este último templo donde encontramos textos jeroglíficos poco convencionales, que fueron traducidos por Wolfgang Waitkus y que están asociados a seis relieves o representaciones que varían de la forma mencionada anteriormente. Tres de ellas se hallan en la sala G (espacio V), en la pared norte y pared sur; asimismo se encuentran en la cripta sur 1-C (conocida como cripta 4), también en las paredes norte y sur. 

Estos relieves han sido datados por los egiptólogos en el reinado del faraón Ptolomeo XII Neos Dionisos (hacia el 30 a. C.). En ellos se representa la salida del sol cada mañana de forma alegórica, en la que se puede observar a Harsomtus, en forma de serpiente en el cielo de la mañana, saliendo del inframundo. 

Las dos figuras de la izquierda representan el Ka de Harsomtus y la figura femenina de la derecha es Hathor. Las tres figuras sostienen el recipiente ovalado. Foto: CORTESÍA DEL AUTOR

Este sería el recipiente ovalado, en egipcio antiguo, hn, que podría simbolizar el vientre de la diosa del cielo Nut, que sale de la flor de loto. Estas imágenes hacen referencia al mito del sol naciente en forma del dios serpiente Harsomtus. Este sale del inframundo y trata de abandonarlo para cruzar el cielo de la mañana en su barca diurna.

Fiesta del sol naciente

Como se ha mencionado, este sale de una flor de loto y aparece en Dendera ante las capillas de los dioses que lo esperan. Waitkus basa su análisis de los textos que acompañan a las imágenes con textos de estructura similar en papiros de épocas anteriores. En estos observó que se describe la misma secuencia cultural de la fiesta del sol naciente. 

Las únicas diferencias son los nombres de los participantes o actores principales que toman parte en esta fiesta. Para él la acción que representan y que se identifica es la salida del sol; esto concuerda perfectamente con el mito egipcio del sol. Se pueden observar barcas transportando grandes flores de loto, de las que a su vez surge Harsomtus en forma de serpiente.

Sin embargo, en algunas representaciones faltan las esferas en forma de burbuja alrededor de las serpientes. Una tercera forma de representación de Harsomtus muestra al dios como un niño y saliendo desde una flor de loto. Para conocer la dirección de las inscripciones e imágenes y del texto debemos fijarnos en la manera de representar las barcas. Van de norte a sur, identificando primero las «barcas de la noche» y luego las «barcas del día».

Por tanto, Harsomtus y el inframundo emergen juntos de una flor de loto que se abre, representando la creación del cosmos. Harsomtus está acompañado por varias deidades del aire y por Upu, representado en forma de babuino caminando erguido y armado con dos cuchillos delante de las esferas celestes, para proteger al recién nacido. 

En algunas de estas representaciones, el pilar djed —signo de poder, eternidad y estabilidad—, sostiene directamente a la serpiente, Harsomtus y al vientre de Nut —diosa del cielo asi como de las estrellas, del cosmos, del universo y de la astronomía— aunque también aparece sostenida por el dios Heh; representado como hombre arrodillado, es el dios del espacio infinito, la eternidad y que participó en la creación del mundo.

Víctimas de la pareidolia

Harsomtus fue venerado principalmente en Dendera, Edfú y Heracleópolis. La explicación más sencilla por la cual se identifican estas representaciones con una lámpara o bombilla se debe al fenómeno psicológico denominado pareidolia, en el cual una imagen se percibe de manera errónea como algo reconocible, predominando la percepción. Aunque esto no les basta a los pseudocientíficos.

En este relieve se aprecia la creación del cosmos. Foto: CORTESÍA DEL AUTOR

Las explicaciones que proponen para las representaciones de los bajorrelieves son curiosas. Las barcas diurnas y nocturnas son en realidad líneas eléctricas, mientras que los pilares djed con brazos son aislantes de alta tensión. La serpiente, Harsomtus, sería una descarga eléctrica y las pequeñas figuras bajo las «bombillas», las interpretan como los polos positivos y negativos. 

El dios Upu se interpreta como un aviso del peligro de no usar correctamente esta tecnología. Mientras que el dios Ihi, que aparece solo en dos de los relieves, lo interpretan como un fenómeno luminoso, como el que se produce cuando hay una descarga eléctrica.

Según Waitkus, que parezca que se han representado bombillas es debido al gusto de los egipcios por representar en sección transversal de recipientes cerrados y opacos. No significa que estos recipientes hayan sido realmente de vidrio transparente como proponen otros. 

Como podemos comprobar, y hemos visto, esta interpretación ignora por completo los roles de estos dioses y estas figuras en la mitología egipcia, y tampoco tiene en cuenta el contenido religiosomitológico de las inscripciones que acompañan a los relieves, cayendo en el error al interpretarlos. 

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