Magia y amuletos: herramientas de los dioses

Sumérgete en el fascinante mundo de la magia y los amuletos en el Antiguo Egipto, donde estas prácticas no eran meras supersticiones, sino herramientas esenciales vinculadas a los dioses y a la protección en la vida diaria.
Relieve pintado representando al buitre Nejbet, mediante el cual Isis protegía al difunto

La magia inundaba toda la sociedad del antiguo Egipto, desde el sistema político hasta las creencias religiosas, vida militar o la vida cotidiana. Está representada por el dios Heka, la fuerza vital y poderosa que intervenía entre el mundo humano y el divino, a través de ceremonias de magia ritual y de magia protectora que residía en lo más profundo de los dioses.

La transmisión de esta magia se realizaba a través de los textos mágicos y fórmulas que se copiaban en las Casas de la Vida, lo que hoy día sería similar a una universidad, el lugar más avanzado para la enseñanza en el antiguo Egipto. Así, a grandes rasgos, podemos encontrar tres tipos de magia: la magia ritual, la magia funeraria y la magia diaria, todas ellas relacionadas entre sí y practicadas por todo el país.

Si bien los magos tradicionales se educaron en las Casas de la Vida, también existía una magia popular en la que no todos los magos eran hombres. Hoy conocemos algunos casos de magas por los materiales y utensilios encontrados en una casa en Kahun donde aparecieron badajos de marfil y una máscara de lienzo hecha de estuco y pintada de negro que representaba a Bes o Beset y que parece que fueron utilizados por esta maga para situarse en lugar de la deidad durante la realización de los ritos protectores de los niños en la infancia y los partos.

Magia y religión

La magia solo era utilizada por los dioses para luchar contra las fuerzas del mal, pero los faraones podían usarla a través de los ritos, a la vez que era practicada por los sacerdotes dentro de los templos.

El sacerdote-lector era el encargado de leer en voz alta los rituales que se realizaban en el templo. Entre ellos, destaca el ritual para neutralizar a Apofis, realizado seis veces al día, o los rituales diarios a la diosa Sekhmet en el tempo de Mut en Karnak y que servían para apaciguar su ira contra el rey y los egipcios.

La magia está íntimamente unida a la religión. Así, en los diferentes libros del más allá la magia está muy relacionada con los conceptos espirituales, destinada al beneficio de quienes poseían su conocimiento.

Pero este poder mágico también se encontraba en las palabras y dibujos escritos en las tumbas. En ellas se representaban los rituales y pasos por el inframundo, ya que estos le dan fuerza al ritual representado, de manera que las inscripciones y pinturas tienen el poder mágico de llevar a cabo lo escrito y representado en las paredes.

Además, en el Libro de los Muertos encontramos cómo el difunto debe nombrar cada una de las partes de una puerta para poder atravesarla, convirtiéndose aquí el conocimiento de los nombres de las cosas en poder mágico. Conocer su nombre y pronunciarlo debidamente te daba poder sobre el objeto o el dios y que este cumpliera tu voluntad.

Amuleto que representa el ojo de Horus, símbolo de protección, poder real y salud. Metropolitan Museum of Art, New York. Foto: SHUTTERSTOCK

Otro vínculo entre religión y magia se observa en los rituales de embalsamamiento o el ritual de la apertura de la boca, puesto que todos los pasos de este estaban envueltos en palabras dirigidas al difunto que le daban y transmitían ese poder mediante la palabra y la recitación.

Magia y medicina: un entrelazado de curación y misticismo

La magia y la medicina en el Antiguo Egipto estaban muy relacionadas hasta el punto de que la medicina diferenciaba entre sus facultativos el médico, el sacerdote y el mago. Esto se debe a que para los egipcios la naturaleza y los dioses tenían una fuerte interrelación y los primeros podían, mediante plegarias y fórmulas realizadas por los magos, modificar lo físico y así el mago librar al paciente de su enfermedad. 

Aunque la civilización egipcia desarrolló cierto nivel de conocimiento sobre enfermedades y métodos de curación, como se documenta a través de los papiros Kahun, Ebers, Edwin Smith, Cherter Beatty, Carlsbergh, Heart, etc., la magia era, en ocasiones, parte del tratamiento para curar enfermedades. Así, en papiros como el de Edwin Smith no encontramos elementos mágicos mientras que en el de Londres o el Ebers hay gran cantidad de estos elementos mágicos y religiosos que forman parte del tratamiento. Medicina y magia son un todo.

Las fórmulas mágicas y la magia simpática

Frazer acuñó el concepto de magia simpática o imitativa para referirse al uso en la magia de efigies o muñecos que copiaban aspectos de lo que imitaban para realizar magia sobre el objeto y que esta afectase a la persona real. Esta magia podía realizarse con un sentido benigno, como una poción de amor, en la que los elementos de la poción y las palabras utilizadas eran la fuerza que daba valor a la magia.

Alguno de estos textos y papiros mágicos han sido recopilados como la colección de los Papiros Mágicos Griegos, denominados PGM, principalmente escritos en griego, pero también en copto, egipcio o demótico y que van desde el siglo I a. C. al VII d. C. Fundamentalmente son papiros de hechizos, conjuros y fórmulas que suelen ir acompañados en la práctica con todo tipo de sacrificios y ofrendas. 

En estos textos podemos encontrar prácticas iniciáticas para el mago, consagraciones o el sometimiento de un demon o ser sobrenatural; pero también aparecen prácticas de adivinación como profecías mediante visión o profecías por oniromancia, hidromancia, licnomancia, horóscopo o médium. 

Además, hay prácticas iatromágicas como la curación de enfermedades por medio de ungüentos y rituales, creación de amuletos para conseguir bienes u objetivos como buena suerte, así como prácticas de sometimiento al enemigo, pequeños conjuros amorosos u otro tipo de prácticas rituales para abrir puertas, ser invisible, etc.

Pintura mural con representación de Apofis, Horus y Sobek en la tumba de Ramsés III. Las pinturas e inscripciones tenían el poder mágico de llevar a cabo lo representado. Foto: SHUTTERSTOCK

Todos estos hechizos no solo se realizaban por medio de textos, sino que además en estos papiros mágicos podemos encontrar dibujos figurativos de animales, humanos o partes de humanos, estelas o sellos en los que las palabras mágicas se encuentran encerradas, textos formando una figura o líneas rectas y curvas con vértices rematadas en círculos que tienen el mismo poder que el lenguaje escrito.

Los amuletos y la magia apotropaica

Los amuletos se usan a través de la denominada magia apotropaica o protectora, destinada a alejar el mal, evitar problemas o desgracias.

Los amuletos eran objetos de adorno, como collares, pendientes o cualquier tipo de objeto personal. Estos protegían a los vivos y a los muertos, como se ha podido documentar en gran cantidad de momias, cumplían además una función simbólica y concreta en un lugar específico dentro del cuerpo de la momia. Un ejemplo muy conocido es la momia de Tutankhamón con más de cien amuletos como escarabeos, cetros, pilares djed, diosas cobra, diosas buitre, ojos udjat, etc.

Otros amuletos muy frecuentes eran las placas de plomo con el símbolo de Horus, empleadas para cubrir las incisiones de las momias por las que se sacaban los órganos y que tenían el poder mágico de la protección del cuerpo. Además, las peculiaridades físicas de este material, como su punto de fusión o maleabilidad, le otorgaban una potencia sobrenatural por lo cual se usaba en todo tipo de rituales mágicos e incluso para magia destructiva.

Estos amuletos requerían de un ritual previo por parte de los sacerdotes para influirles el poder para el que eran concebidos mediante el recitado de unas palabras mágicas que en algunos casos también podían ir inscritas en el mismo amuleto. Los amuletos se fabricaban en diversos materiales, siempre asociados a su poder simbólico. Incluso los colores podían ser determinantes. Así, el rojo era el color del fuego, del sol y de la sangre y se puede encontrar en amuletos como el corazón.

El azul asociado al cielo y al agua, y por tanto a la fertilidad y a Osiris. El negro podría asociarse al inframundo y así a amuletos de Anubis o el blanco con la pureza y lo sagrado como en animales sagrados a modo de amuleto como es el caso de la Vaca Sagrada.

Algunas de las deidades más representadas en estos amuletos eran Isis, al ser madre protectora, o Bes, que estaba relacionada con el parto y la protección de los recién nacidos.

En la Dinastía XXI destaca el caso de los decretos oraculares ya que funcionaron como amuletos. En ellos, el dios Amón protegía a las personas de las desgracias o la ira de otras divinidades.

Pilar del faraón Sestrosis I con el ankh o cruz ansada, símbolo de la vida, del aire, la vida eterna. Foto: GETTY

Algunos amuletos egipcios muy difundidos fueron:

El corazón ib que estaba identificado con la conciencia, de ahí la importancia del mismo y su participación en el Capítulo XXX del Libro de los Muertos.

El escarabajo, identificado con el dios Khepri y que se colocaba en el corazón. Este órgano, que no se extraía, era el lugar de la inteligencia y los sentimientos y aquí el escarabeo como dios Khepri aportaba el simbolismo de la regeneración y transformación diaria del difunto. Estos amuletos podían ser muy realistas y disponer incluso de una inscripción en su base.

El amuleto del nudo de Isis Tet representa lo que está unido firmemente y estaba muy vinculado al Libro de los Muertos a través del Capítulo CLVI, puesto que cumplía las funciones de protección del difunto, de regreso a la vida y como llave para el acceso a los diferentes lugares y estancias del inframundo.

El pilar djed representa la estabilidad, la regeneración, la permanencia y que simbolizaba la columna vertebral del dios Osiris, y parece que su uso era exclusivamente funerario.

El reposacabezas o ueres estaba hecho de hematita y servía para proteger la cabeza, podía incluso llevar el Capítulo CLXVI del Libro de los Muertos inscrito y siempre cumplía una misión protectora contra cualquier amenaza.

El buitre nejbet usado para que Isis proteja al difunto, mencionado en el Capítulo XLVII del Libro de los Muertos.

El ankh o cruz ansada es el símbolo de la vida, el aire, la vida eterna y la fuerza vital. Identificado por unos como un lazo, por otros como el nudo de una sandalia.

El ojo de Horus udyat representaba a los dos ojos de Horus y se podían hacer de color blanco y negro, en representación de Ra y Osiris. Simbolizaba la totalidad, el vigor, la fuerza, la salud y protección del difunto contra encantamientos dañinos.

La rana simboliza la vida y la resurrección, puesto que eran de los primeros animales que aparecían tras la bajada de las aguas en el Nilo. Emblema de la diosa Heket, muy utilizado posteriormente en las lámparas (lucernas) de época grecorromana.

Algunos de los amuletos utilizados en el antiguo Egipto: nudo de Isis, el pilar dejd o el ojo de Horus. Foto: GETTY

Con la llegada del cristianismo algunas creencias y usos se mantuvieron y adaptaron a la nueva fe, aunque la magia será perseguida por el Estado y por la Iglesia, quien intentará asociarla con los cultos paganos. Aun así, sigue perviviendo hoy día en toda una serie de creencias populares muy estudiadas por la antropología cultural.

Figuras mágicas

Es evidente cómo las estatuas de los dioses que había en los templos egipcios no solo eran obras de arte de alto grado técnico y artístico, sino que también fueron creadas dentro de los esquemas egipcios de simbolismo y magia, tenían parte del poder de los propios dioses, parte de su espíritu, alma y atributos.

Además, conocemos las historias sobre figuras de cera, como la que aparece en el Papiro Westcar sobre la historia de Aba-aner y el amante de su esposa. Historia en la que Aba-aner recurre a esta figura mágica de cera con forma de cocodrilo que se hace real para matar al amante de su esposa al contacto con el agua. Parece que se asocia la cera para hacer el mal, mientras que para el bien se usan amuletos con materiales más nobles. Estas figuras de cera se siguieron usando hasta el periodo grecorromano.

La arcilla también podía emplearse, en este mismo sentido de magia destructiva y protectora en su uso, para maldiciones rituales de los enemigos o para protegerse de ciertos animales como los escorpiones haciendo sus modelos en arcilla. También se conocen figuras realizadas en madera, utilizadas en magia destructiva puesto que esta se quemaba en este tipo de rituales.

Así, mediante rituales, gran cantidad de objetos eran impregnados de magia a través de diferentes ritos. Entre ellos podemos encontrar colmillos de hipopótamo para su uso en magia protectora o las figuras mágicas más conocidas como Shabtis que podían llevar inscrito el Capítulo VI del Libro de los Muertos y que servían para realizar las labores del difunto en el más allá.

La magia, en definitiva, junto con los amuletos, sirve para solventar momentos complicados o desgracias humanas para los que psicológicamente no estamos preparados; a través de estos artilugios mentales podemos superar las dificultades. La magia era una herramienta puesta por los dioses para garantizar el orden en un mundo amenazado por el mal. De esta manera, la magia y los amuletos protegen al desafortunado.      

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  • Eugenio M. Fernández Aguilar
  • Miguel Ángel Sabadell