Ángeles según la Biblia: Cómo son realmente

Y no, no tienen nada que ver con la imagen que tenemos de ellos. ¿Qué pasó?
angel escultura

“Eres un angelito”, “Es mi ángel de la guardia”…expresiones como estas son habituales y van acompañadas de una imagen, en el pensamiento colectivo, que describe a los ángeles como figuras humanas, perfectas en sus atributos, con alas, siempre jóvenes y que no tienen sexo ni género. Pero la realidad de los ángeles según la Biblia es muy distinta.

La verdadera imagen de los ángeles según la Biblia

Percepción cultural vs. representación bíblica

La imagen popular de los ángeles ha sido moldeada a lo largo de los siglos por el arte, la literatura y la cultura popular. En el imaginario colectivo, los ángeles son seres celestiales con unas facciones humanas perfectas, alas majestuosas y una presencia que irradia pureza y serenidad. Sin embargo, este retrato poco tiene que ver con las descripciones que encontramos la Biblia, donde se les presenta como seres complejos, multifacéticos y llenos de matices.

Un buen ejemplo son los querubines. Mientras que el arte renacentista los presenta como angelitos encantadores, en las escrituras aparecen como criaturas aladas con múltiples rostros, una representación mucho más sobrecogedora. Esta disparidad nos invita a adentrarnos en los textos sagrados para comprender mejor su verdadera naturaleza.

Y es que la diferencia entre ambas concepciones no es casual, sino que refleja cómo a lo largo de los siglos los artistas han reinterpretado las descripciones bíblicas para adaptarlas a las sensibilidades de su tiempo. En su afán por transmitir mensajes emocionales o espirituales, han simplificado imágenes que originalmente eran mucho más complejas, y han terminado creando así un imaginario colectivo que inspira, pero que se aleja de la riqueza de los textos originales.

Los ángeles reales según la Biblia

Los ángeles según la Biblia son seres espirituales creados por Dios para cumplir ciertas funciones dentro del universo. No poseen un cuerpo físico como los humanos, pero pueden manifestarse de maneras tangibles cuando su misión así lo requiera. Las escrituras mencionan varias categorías de ángeles, cada una con roles específicos: desde mensajeros divinos hasta protectores del orden celestial.

Pero, vayamos al origen. La palabra "ángel" proviene del griego "angelos", que significa "mensajero". Esta designación captura su propósito principal: ser intermediarios entre Dios y la humanidad. De hecho, el Antiguo y el Nuevo Testamento reflejan numerosos momentos en los que los ángeles intervienen de forma decisiva en el relato, como la Anunciación a la Virgen María, el anuncio del nacimiento de Jesús a los pastores, o la protección de los justos. Así es como se ha ido dibujando su rol como puente entre lo divino y lo humano.

Aunque su naturaleza espiritual a priori los alejar de nuestra realidad, los ángeles en la Biblia se describen con tal riqueza de detalles que resultan tan cautivadores como desconcertantes. Desde criaturas aladas con múltiples rostros, hasta seres formados por ruedas de oro entrelazadas y cubiertas de múltiples ojos. Estas imágenes, aunque simbólicas, nos invitan a reflexionar sobre la grandeza y el misterio del orden celestial que nos presenta la Biblia.

Tipos de ángeles en la Biblia

Querubines: Guardianes del Edén

Los querubines son uno de los tipos de ángeles más conocidos, aunque la descripción que encontramos en la Biblia está muy lejos de la imagen popular de angelitos adorables con cara sonriente. La Sagrada Escritura los representa como criaturas híbridas, a medio camino entre lo humano y lo animal, y con una función clave: actuar como guardianes. Según el Génesis, fueron enviados a custodiar el acceso al árbol de la vida tras la expulsión de Adán y Eva del Paraíso.

Por su parte, el libro de Ezequiel los describe con una riqueza de detalles que desafía la imaginación. Les atribuye cuatro caras: la de un león, la de un buey, la de un águila y la de un ser humano, lo que simboliza su poder y su conexión con diferentes aspectos de la creación. Además, afirma que tienen cuatro alas y patas rectas, con cascos de toro que brillan como el oro. Esta presencia imponente y majestuosa subraya su papel como seres poderosos y protectores.

Además, la imagen de los querubines como guardianes refleja la importancia que tienen en la estructura jerárquica que plantea la Biblia. Son más que meros mensajeros: desempeñan un papel crucial en la protección y el mantenimiento del orden divino.

Nada de cabezas de bebés con alas, los querubines eran así según la Biblia. - Wikimedia

Malaj: Los mensajeros sin alas

En el relato bíblico, los malaj aparecen en momentos clave para transmitir mensajes divinos, guiando y protegiendo a sus destinatarios en las misiones que les son encomendadas. Hablábamos del origen del término “ángel”, que viene del griego “angelos”. Pero si vamos más atrás, descubrimos que esta palabra proviene del hebreo “mal’akh”, que significa "mensajero". Por tanto, los malaj eran los mensajeros de Dios y son los que más se parecerían a los humanos en apariencia física.

Un detalle curioso es que, en las escrituras originales, los malaj no se describían como seres con alas. Esta característica apareció más tarde, en el siglo IV, cuando los artistas cristianos empezaron a pintarlos con alas para simbolizar su naturaleza espiritual y su conexión con el cielo.

Más allá de estos detalles, el papel de los malaj como mensajeros resalta la importancia de la comunicación divina en la Biblia. A través de sus intervenciones, actúan como intermediarios entre lo sagrado y lo humano. Pero no solo eso: su presencia también destaca la cercanía de lo divino en la vida cotidiana y la constante interacción entre Dios y la humanidad.

Nuestra concepción actual de los ángeles proviene de un único tipo de ángel: los malaj - George Clerk / iStock

Serafines: Los seres de seis alas

Los serafines son una categoría de ángeles que destacan por su impresionante apariencia y su devoción a la obra de Dios. Según Isaías, tienen seis alas: dos para volar, dos para cubrir su rostro y dos para cubrir sus pies. Este detalle sugiere no solo su conexión con el cielo, sino también su humildad ante la majestad de Dios.

Curiosamente, el término "serafín" también está relacionado en las escrituras con serpientes venenosas del desierto. Esta dualidad sugiere una naturaleza tan protectora como poderosa y llena de misterio, y encarnan la autoridad y el respeto que inspiran las fuerzas celestiales.

La figura de los serafines invita a reflexionar sobre el enigma de lo divino y la grandeza de lo sagrado, que trasciende toda comprensión humana.

Serafín según la descripción de Isaías - Wikimedia

Ofanim: Las ruedas con ojos

Entre los ángeles descritos en la Biblia, los ofanim, o “las ruedas”, son sin duda los más enigmáticos. Ezequiel los describe como ruedas doradas, entrelazadas y cubiertas de ojos, que se desplazan flotando por el cielo. Estas ruedas vivientes tienen una misión clara: proteger el trono de Dios y asegurar el equilibrio del cosmos.

Además, se les considera parte integral del Carro Celestial del Señor, o Merkabah, y el simbolismo de los ojos que cubren sus ruedas resulta fascinante. Según Ezequiel, "Las cuatro ruedas tenían llantas y radios, y sus llantas estaban llenas de ojos alrededor". Este detalle evoca una vigilancia infinita, un atributo que los hace perfectos en su papel de guardianes del orden celestial.

La figura de los ofanim nos recuerda que el cielo es tan complejo como misterioso. Estos seres, tan diferentes de nuestras concepciones tradicionales, enriquecen nuestra comprensión de la narrativa bíblica y nos desafían a reflexionar y a explorar más allá de lo visible.

La visión de Ezequiel. Un querubín según la Biblia y a su derecha un ofanim. Nada que ver con nuestra imagen de un ángel. - Wikimedia

Jerarquía y funciones de los ángeles

Arcángeles: Autoridad y poder

En la jerarquía celestial, los arcángeles ocupan un lugar de especial importancia debido a su autoridad y a su enorme poder. Son mencionados en las escrituras como seres con misiones específicas y de gran relevancia en el plan divino.

El arcángel Miguel es el más destacado. Se le conoce por su papel como líder en la batalla espiritual, en la que se enfrenta a las fuerzas del mal para proteger a los fieles. Su figura simboliza el triunfo del bien bajo la dirección de Dios, y resalta tanto su poder como su obediencia a la voluntad divina.

Por otro lado, los arcángeles también actúan como mensajeros en pasajes cruciales de la historia bíblica. Buen ejemplo es el momento en el que el arcángel Gabriel le anuncia a María la venida de Jesús. Intervenciones así destacan su papel como intermediarios entre Dios y la humanidad, y subrayan su conexión directa con el cumplimiento del plan divino.

Principados, potestades, tronos y autoridades

La Biblia menciona una jerarquía compleja de seres celestiales que incluye principados, potestades, tronos y autoridades. Estos términos, aunque a menudo mencionados juntos, representan diferentes niveles de poder y responsabilidad. Su labor engloba desde la administración del universo hasta la protección y guía de los fieles en la tierra.

Por un lado, los principados y potestades son considerados como gobernantes de las naciones y guardianes del orden espiritual. Aunque su función exacta no siempre se detalla en las escrituras, su mención sugiere una estructura de autoridad que refleja la organización del reino celestial. A pesar de ser menos conocidos que los arcángeles, su papel en la administración del universo es esencial, puesto que garantiza el equilibrio entre lo divino y lo terrenal.

Los tronos y autoridades, por su parte, son vistos como los guardianes del trono de Dios, encargados de mantener el equilibrio y la justicia en el cielo. Su papel, aunque menos evidente en la narrativa bíblica, es indispensable para mantener la armonía y el equilibrio en el orden celestial.

Ángeles en el arte y la evolución de su imagen

La representación artística a través de los siglos

La representación artística de los ángeles ha evolucionado significativamente a lo largo de los siglos. Este proceso ha reflejado los cambios culturales, teológicos y estéticos de cada época: desde las primeras representaciones en mosaicos bizantinos hasta las majestuosas pinturas renacentistas, los ángeles han sido una fuente constante de inspiración para artistas de todas las épocas. Aunque basadas en las escrituras, estas interpretaciones artísticas a menudo transformaron la imagen de los ángeles según las necesidades culturales de su tiempo, para transmitir mensajes espirituales y emocionales específicos.

En el arte medieval, los ángeles eran representados de manera más simbólica, con características estilizadas que reflejaban su naturaleza divina. Con el Renacimiento, esa imagen se humanizó, dando paso a ángeles más realistas. Esta transformación reflejó un cambio en la percepción del arte como un medio para acercar lo divino a lo humano, haciendo que los ángeles fueran más accesibles y comprensibles para el espectador.

Con el paso de los siglos, la representación de los ángeles ha continuado evolucionando, adaptándose a las características y sensibilidades de cada época. Esta evolución refleja no solo cambios en el arte, sino también en la comprensión teológica y cultural de los ángeles. No obstante, en todos los periodos encontramos algo en común: su reconocimiento como intermediarios entre lo divino y lo humano.

Evolución de la concepción de los ángeles del Antiguo al Nuevo Testamento

La concepción de los ángeles según la Biblia cambia de manera notable entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, reflejando el desarrollo teológico y cultural de la época. En el Antiguo Testamento, los ángeles son presentados principalmente como mensajeros y guerreros, figuras majestuosas que cumplen tareas cruciales en el plan divino. Su presencia en relatos como la expulsión del Edén y las visiones de los profetas consolida su papel como intermediarios entre el cielo y la tierra.

En el Nuevo Testamento, esta visión se transforma, y muestra a los ángeles en roles más cercanos y humanos. Momentos como la Anunciación a María y la Resurrección de Jesús destacan su papel como portadores de buenas nuevas y protectores. Esta evolución refleja un cambio en el enfoque teológico hacia una comprensión más personal y cercana de lo divino.

La transición del Antiguo al Nuevo Testamento también marca un cambio en la percepción de los ángeles como seres individuales —ya no solo como figuras colectivas—, con roles específicos en la narrativa bíblica. Este cambio no solo refuerza la continuidad de su presencia, sino que también enriquece nuestra comprensión de su diversidad y profundidad, mostrando una historia tan rica como el misterio que los envuelve.

Referencias

Recomendamos en