San José de Nazaret es patrón de la Iglesia Universal, de las familias y los padres, de las mujeres embarazadas, de los viajeros, los inmigrantes, los artesanos y los trabajadores. Tiene dos fiestas en su honor (el Día del Padre y el Día del Trabajador) y decenas de lugares sagrados y ciudades nombradas como él para ensalzar su imagen. Y a pesar de todo esto, San José sigue siendo uno de esos personajes de cuya vida apenas sabemos nada. ¿Quién fue el padre “adoptivo” de Jesús y qué sabemos de su vida?
San José en la historia y tradición cristiana
Aunque su figura no sea una de las principales del Nuevo Testamento, su origen bíblico y lo que decían de él aquellas antiguas escrituras son fundamentales para entender la trascendencia de su figura.
Ese carpintero llamado José
José de Nazaret, conocido principalmente por su oficio de carpintero, ocupa un lugar especial en la historia del cristianismo. Aunque los textos bíblicos ofrecen pocos detalles sobre su vida, se le describe como un "tekton", término griego que se traduce como trabajador de la construcción o carpintero. Su habilidad y dedicación en este oficio reflejan su carácter diligente y humilde, cualidades que lo acompañaron en su papel como protector de María y Jesús. El Nuevo Testamento apenas menciona su oficio, pero su legado como artesano ha sido suficiente para inspirar a generaciones de trabajadores y artesanos que lo consideran su santo patrón.
Según la fecha apócrifa, la única que se conoce, José nació en el año 90 a. C. en Belén. Existen dudas sobre la identidad del padre de José ya que en la genealogía hecha por Mateo se le llama Jacob y en la de Lucas Helí, pero ambas coinciden al señalar a José como descendiente del rey David (requisito necesario para considerar a Jesús el verdadero Mesías). Los únicos datos claros que todas las fuentes mantienen sobre su persona son que era un tekton (trabajador de la obra o carpintero) y un férreo creyente en Dios, ya que acepta su misión de proteger a María y cuidar de su hijo desde el mismo momento en que se le encomienda.
Los textos apócrifos afirman que José era un hombre anciano (tenía 90 años cuando nació Jesús) que había enviudado y a quien le fue entregada María para protegerla, creyendo que con su edad no intentaría mantener relaciones con ella. La Iglesia, por su parte, ha desmentido este hecho durante años y plantea el matrimonio de ambos como una decisión mutua y la virginidad como consecuencia del respeto que José profesaba por María. Las propias escrituras afirman que, después de Jesús, María y José tuvieron cuatro hijos (Jacobo, José, Simón y Judas) y varias hijas pero ambos conservaron su virginidad intacta a los ojos de la Iglesia.

José de Nazaret: un hombre de fe y trabajo
José no solo es recordado por su habilidad manual, sino también por su profunda fe en Dios. Su aceptación del papel de padre de Jesús, a pesar de las circunstancias inusuales de su nacimiento, es un testimonio de su devoción y confianza en los planes divinos. Según los evangelios, José fue un hombre justo, dispuesto a seguir las instrucciones divinas recibidas a través de sueños y revelaciones. Su fe se manifiesta en momentos críticos, como cuando decide proteger a María y al niño Jesús de las amenazas del rey Herodes, huyendo a Egipto.
La tradición cristiana ha exaltado la figura de José como un modelo de obediencia y fidelidad. Su vida, aunque silenciosa y en gran parte desconocida, es un ejemplo de cómo la fe puede guiar a una persona a través de desafíos y decisiones difíciles. La Iglesia Católica lo ha reconocido como el "nutritor Domini", o guardián del Señor, un título que resalta su papel esencial en la crianza y protección de Jesús durante sus primeros años.
Además de ser un hombre de fe, José es un símbolo de trabajo y dedicación. Su oficio de carpintero no solo le proporcionó sustento a su familia, sino que también le permitió inculcar en Jesús valores de esfuerzo y responsabilidad. A través de su trabajo, José enseñó a Jesús lecciones importantes sobre la humildad y la dignidad del trabajo manual, valores que Jesús llevaría consigo a lo largo de su vida y ministerio.
Las fuentes sobre San José: Nuevo Testamento y apócrifos
La mayoría de textos sobre San José de Nazaret no los encontramos en los principales evangelios bíblicos, sino en otras fuentes más ocultas.
La figura de José en los evangelios
Los evangelios canónicos del Nuevo Testamento son las principales fuentes de información sobre la vida de San José. Sin embargo, su presencia en estos textos es limitada, y los detalles sobre su vida son escasos. En el evangelio de Lucas, José aparece en el relato del nacimiento de Jesús en Belén y en la presentación del niño en el templo de Jerusalén. Sin embargo, después de estos eventos, las menciones de José en los evangelios son prácticamente inexistentes.

La última mención que las escrituras hacen de José ocurre en el evangelio de Lucas (Lc 2,41-52), cuando la familia hace su peregrinación a Jerusalén y un joven Jesús de 12 años se pierde durante tres días. “Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando”, dice una asustada María al hallar a su hijo en el templo de la ciudad y ahí se termina todo lo que sabemos del carpintero de Nazaret. José moriría cuando Jesús rondaba los veinte años, antes de que empezara su vida pública, debido a una enfermedad. Si atendemos los textos apócrifos esto habría pasado el 20 de julio del año 18 d. C., con más de cien años de edad, y si nos atenemos a la versión oficial de la Iglesia habría ocurrido a los cincuenta o sesenta años.
Ninguneado en las sagradas escrituras y rozando el anonimato, la imagen de San José fue cambiando con el paso del tiempo y no sería hasta el siglo XI cuando se le empezaría a ver como un padre cariñoso y responsable y ganaría peso como objeto de adoración. Antes, José solía ser representado como un elemento distante de la virgen y del niño, un recordatorio de las raíces judías de Jesús y de su lado humano. El primer título que se utilizó para honrarle fue nutritor Domini (guardián del Señor) y algunos historiadores conceden el mérito de este lavado de imagen a santa Teresa de Jesús, que hizo de José el patrono de los conventos carmelitanos reformados.
Relatos apócrifos sobre la vida de José
Si hay pocos documentos y registros históricos que hablen de Jesús alejados de la perspectiva religiosa, menos los hay de José. Las principales fuentes que podemos consultar para saber datos sobre él son el Nuevo Testamento (en el que aparece más bien poco) y algunos fragmentos en los evangelios apócrifos, concretamente en el Protoevangelio de Santiago, en el Pseudo-Mateo o en la Historia de José el carpintero. También nos encontramos con el problema de que los textos religiosos, tanto oficiales como no oficiales, han sido reinterpretados y reconstruidos a lo largo de la historia según los propios intereses de la Iglesia, por lo que existen detalles en los que ellos mismos difieren y hay que verlos no como un relato histórico sino como la interpretación que los religiosos hicieron de lo que pudo haber pasado.
Una mención aparte se merece el genial Evangelio según Jesucristo del autor José Saramago. En esta novela en la que se narra la vida de Jesús desde su propia perspectiva y dándole una vuelta de tuerca a las sagradas escrituras, el primer protagonista al que conocemos es al propio San José. Es a través de los ojos del carpintero como conocemos los primeros momentos del matrimonio, la anunciación del ángel, el nacimiento de Jesús, la matanza de los inocentes, la huida a Egipto y todos los grandes acontecimientos que narra la Biblia pero desde la cínica y humana visión de José, un hombre sencillo y desilusionado con los eventos en los que se ha visto envuelto. Esta parte de la historia termina con la muerte violenta de José al acudir a una ciudad en la que los soldados romanos están masacrando a unos supuestos rebeldes y resulta muy interesante ver, por ejemplo, el efecto que tuvo en José marcharse a Egipto y dejar que Herodes matase a todos esos niños inocentes para salvar a su hijo.

Origen y linaje de San José
A pesar de sus pocas menciones en los textos litúrgicos, la información que tenemos de san José de Nazaret a día de hoy permite realizar un trazado en su arbol genealógico.
José, descendiente del rey David
Uno de los aspectos más destacados de la figura de San José es su linaje, que lo conecta directamente con el rey David. Esta conexión genealógica es fundamental en el contexto bíblico, ya que establece la legitimidad de Jesús como el Mesías prometido en las escrituras del Antiguo Testamento. Tanto el evangelio de Mateo como el de Lucas ofrecen genealogías que trazan la ascendencia de José hasta David, aunque presentan algunas diferencias en los nombres y detalles.
La genealogía de Mateo, por ejemplo, menciona a Jacob como el padre de José, mientras que Lucas se refiere a Helí. A pesar de estas discrepancias, ambos evangelios coinciden en señalar a José como un descendiente de David, un requisito esencial para cumplir con las profecías mesiánicas. Este linaje real no solo otorga a Jesús un estatus especial, sino que también subraya la importancia de José en el plan divino de salvación.
El reconocimiento de José como descendiente de David también ha tenido un impacto en su veneración a lo largo de la historia. Su conexión con la casa real de Israel lo eleva a una posición de honor y respeto dentro de la tradición cristiana, reforzando su papel como figura clave en la historia de la salvación.
El papel de San José en la vida de Jesús
Sin duda, la faceta de San José de Nazaret más explorada e interesante es el papel que tuvo como padre de Jesús de Nazaret, que más tarde se anunciaría a sí mismo como hijo de Dios en la Tierra.
La paternidad de José: "nutritor Domini"
El papel de San José como padre adoptivo de Jesús es uno de los aspectos más significativos de su vida. Aunque no fue el padre biológico de Jesús, su responsabilidad como "nutritor Domini", o guardián del Señor, fue crucial para el desarrollo y protección del niño. Este título refleja su dedicación y cuidado en la crianza de Jesús, asegurando que creciera en un entorno seguro y amoroso.
José desempeñó un papel fundamental en la vida de Jesús, proporcionando un modelo de paternidad basado en el amor, la fe y el trabajo. Su ejemplo de obediencia a Dios y su disposición para cumplir con su papel en el plan divino son lecciones importantes que Jesús habría aprendido durante sus años de formación. A través de su paternidad, José transmitió valores esenciales que Jesús llevaría consigo a lo largo de su vida y ministerio.

El reconocimiento de José como "nutritor Domini" también ha influido en su veneración dentro de la Iglesia. Su papel como protector y guía de Jesús ha sido una fuente de inspiración para los padres y familias cristianas, que ven en él un modelo de virtud y dedicación. Su legado como padre adoptivo ha dejado una huella duradera en la espiritualidad cristiana, destacando la importancia de la paternidad y el cuidado en la vida familiar.
¿Qué pasó con José, el padre de Jesús?
La vida de San José, aunque fundamental para la infancia de Jesús, está envuelta en misterio, especialmente en lo que respecta a sus últimos años. La última mención de José en los evangelios canónicos se encuentra en el relato de Lucas, cuando Jesús, a los doce años, se pierde en el templo de Jerusalén. Después de este episodio, José desaparece de los relatos bíblicos, lo que ha llevado a especulaciones sobre su vida posterior y su muerte.
Los evangelios apócrifos ofrecen algunas pistas sobre el destino de José, sugiriendo que murió antes de que Jesús comenzara su ministerio público. Según estos relatos, José falleció debido a una enfermedad, dejando a Jesús y María antes de que se desarrollaran los eventos que culminarían en la crucifixión y resurrección de Jesús. Esta ausencia en los relatos posteriores podría explicar por qué José no es mencionado en los evangelios durante la vida pública de Jesús.
La falta de información sobre los últimos años de José ha llevado a diversas interpretaciones y tradiciones dentro de la Iglesia. A pesar de la incertidumbre, su legado como padre adoptivo de Jesús sigue siendo una fuente de inspiración y devoción para los creyentes, que ven en él un ejemplo de fe, obediencia y amor paternal.
José y María: una unión divina
La relación que mantuvo con la Virgen María es otra de las grandes incógnitas sobre la vida de San José de Nazaret.
El matrimonio consensuado y la virginidad de María
El matrimonio entre José y María es un tema central en la tradición cristiana, rodeado de misterio y significado teológico. Según los evangelios, el matrimonio fue una unión consensuada, basada en el respeto mutuo y la obediencia a la voluntad divina. La Iglesia ha enfatizado la virginidad de María como un elemento clave en esta unión, destacando su pureza y su papel en el plan de salvación.
La relación entre José y María es presentada como un modelo de amor y devoción, en el que ambos aceptaron sus roles en el nacimiento y crianza de Jesús. A pesar de las circunstancias inusuales de su concepción, José decidió aceptar a María como su esposa, confiando en el mensaje del ángel que le reveló la naturaleza divina del niño. Esta decisión refleja su fe y su disposición para cumplir con su papel en el plan divino.
La virginidad de María ha sido un tema de debate y reflexión teológica a lo largo de los siglos. La Iglesia ha mantenido la doctrina de la virginidad perpetua de María, subrayando su pureza y su dedicación a Dios. Esta creencia ha influido en la percepción de José como un hombre justo y respetuoso, que aceptó su papel de protector sin cuestionar los designios divinos.
La revelación del ángel y la obediencia de José
La revelación del ángel a José es un momento crucial en los evangelios, que subraya su obediencia y fe en los planes divinos. Según el evangelio de Mateo, José recibió un mensaje en un sueño, en el que se le reveló la naturaleza divina del niño que María llevaba en su vientre. A pesar de sus dudas iniciales, José decidió obedecer al mensaje del ángel y aceptó a María como su esposa, demostrando su confianza en la voluntad de Dios.
La obediencia de José es un tema recurrente en la tradición cristiana, que lo presenta como un modelo de fe y disposición para seguir los designios divinos. Su decisión de aceptar a María y proteger a Jesús, a pesar de las posibles consecuencias sociales y personales, refleja su compromiso con su fe y su papel en el plan de salvación. Esta obediencia es una lección importante para los creyentes, que ven en José un ejemplo de cómo la fe puede guiar a una persona a través de decisiones difíciles.
La revelación del ángel también destaca el papel de José como protector de la Sagrada Familia. Su disposición para seguir las instrucciones divinas, incluso en situaciones difíciles, subraya su dedicación y amor por su familia. Este compromiso con su papel como padre adoptivo de Jesús ha dejado una huella duradera en la espiritualidad cristiana, inspirando a generaciones de creyentes a seguir su ejemplo de fe y obediencia.
La evolución de la imagen de San José
Las lecturas que podemos sacar hoy en día de San José nos muestran diferentes versiones y una evolución entre todas ellas.
De figura distante a padre cariñoso
La imagen de San José ha experimentado una notable evolución a lo largo de los siglos, pasando de ser una figura distante y casi anónima a un padre cariñoso y protector. En los primeros siglos del cristianismo, José era representado a menudo como un personaje secundario en las escenas de la Sagrada Familia, centradas principalmente en María y Jesús. Sin embargo, con el tiempo, su figura comenzó a ganar mayor reconocimiento y devoción.
Este cambio en la percepción de José se debe en gran parte a la influencia de figuras como Santa Teresa de Jesús, quien promovió su culto y lo convirtió en patrono de los conventos carmelitanos reformados. Su imagen se transformó en la de un padre amoroso y responsable, que desempeñó un papel crucial en la crianza y protección de Jesús. Esta evolución refleja un reconocimiento más profundo de su importancia en la tradición cristiana y su papel como modelo de paternidad.
La representación de José como un padre cariñoso ha tenido un impacto significativo en su veneración dentro de la Iglesia. Su figura se ha convertido en un símbolo de amor, dedicación y fidelidad, inspirando a los creyentes a seguir su ejemplo en sus propias vidas familiares. Esta evolución en su imagen ha asegurado su lugar como una figura venerada y respetada en la espiritualidad cristiana.
San José en el arte y la literatura: la visión de Saramago
La figura de San José ha sido una fuente de inspiración en el arte y la literatura, donde ha sido representado de diversas maneras a lo largo de la historia. Una de las obras más destacadas que ofrece una visión única de José es "El Evangelio según Jesucristo" del autor José Saramago. En esta novela, Saramago presenta una perspectiva humanizada de José, explorando su papel en los eventos bíblicos desde una óptica cínica y humana.
La novela de Saramago narra la vida de Jesús desde la perspectiva de José, ofreciendo una visión alternativa de los acontecimientos bíblicos. A través de los ojos del carpintero, conocemos los primeros momentos del matrimonio, la anunciación del ángel, el nacimiento de Jesús y otros eventos significativos. La obra destaca la humanidad de José, presentándolo como un hombre sencillo y desilusionado con los eventos en los que se ha visto envuelto.
La representación de José en la obra de Saramago ha sido objeto de debate y reflexión, ya que ofrece una visión que desafía las interpretaciones tradicionales de su figura. Sin embargo, esta perspectiva también enriquece la comprensión de su papel en la historia de la salvación, subrayando su humanidad y las decisiones difíciles que enfrentó en su vida. La visión de Saramago destaca la complejidad de la figura de José y su importancia en la tradición cristiana.
San José, patrón de múltiples causas
La figura de San José de Nazaret ha sido un icono para distintas causas, y sigue siendo central en días que se celebran actualmente.
Patronazgo de la Iglesia Universal y más
San José es venerado como el patrón de la Iglesia Universal, un título que refleja su importancia y su papel en la tradición cristiana. Además de este patronazgo, José es también el santo patrón de las familias, los padres, las mujeres embarazadas, los viajeros, los inmigrantes, los artesanos y los trabajadores. Su figura ha sido una fuente de inspiración y devoción para diversas causas y grupos a lo largo de la historia.
El reconocimiento de San José como patrón de tantas causas refleja su legado como protector y guía. Su vida, caracterizada por la fe, el trabajo y la dedicación a su familia, ha resonado en la espiritualidad cristiana, convirtiéndolo en un modelo de virtud y compromiso. Su papel como padre adoptivo de Jesús ha sido una fuente de inspiración para los padres y familias, que ven en él un ejemplo de amor y responsabilidad.

La celebración de San José como patrón de múltiples causas también se refleja en las festividades en su honor, como el Día del Padre y el Día del Trabajador, que destacan su importancia en la vida familiar y laboral. Estas celebraciones subrayan su legado como un modelo de virtud y dedicación, inspirando a los creyentes a seguir su ejemplo en sus propias vidas.
La importancia de San José para los creyentes
San José es una figura de gran importancia para los creyentes, que ven en él un modelo de fe, obediencia y amor paternal. Su vida, aunque en gran parte desconocida, ofrece lecciones valiosas sobre la importancia de la fe y la dedicación en el contexto familiar. Su papel como padre adoptivo de Jesús y su devoción a su familia han inspirado a generaciones de cristianos a seguir su ejemplo.
La devoción a San José ha crecido a lo largo de los siglos, reflejando su importancia en la vida espiritual de los creyentes. Su figura es un recordatorio de la importancia de la paternidad y el cuidado en la vida familiar, así como de la necesidad de confiar en los planes divinos, incluso en situaciones difíciles. Su ejemplo de fe y obediencia ha sido una fuente de inspiración para aquellos que buscan vivir vidas de virtud y dedicación.
La importancia de San José para los creyentes también se refleja en su veneración en la liturgia y las prácticas devocionales de la Iglesia. Su figura es un símbolo de protección y guía, ofreciendo consuelo y esperanza a aquellos que enfrentan desafíos en sus vidas. La devoción a San José sigue siendo una parte integral de la espiritualidad cristiana, destacando su legado como un modelo de virtud y compromiso.
Referencias:
- de Aldama, J. A. “FRAGMENTOS DE UNA VERSIÓN LATINA DEL PROTOEVANGELIO DE SANTIAGO Y UNA NUEVA ADAPTACIÓN DE SUS PRIMEROS CAPÍTULOS.” Biblica, vol. 43, no. 1, 1962, pp. 57–74. JSTOR, http://www.jstor.org/stable/42636934. Accessed 26 Nov. 2024.