En un mundo cada vez más conectado y de manera más inmediata, las disciplinas académicas han centrado su atención en el pasado para comprender la globalización. Totalmente ligado a la economía, la materia que articula todos los ámbitos de la vida actual, el proceso de globalización es el tema más estudiado por las Ciencias Sociales. Es por ello que una de las preguntas más debatidas entre economistas e historiadores es: ¿cuándo empezó la globalización? Aunque existen diversas teorías, la globalización del siglo XVI gana adeptos como el primero de estos procesos.
El origen y desarrollo de la globalización en el siglo XVI
Aunque el concepto de globalización nos suene moderno, lo cierto es que no se puede hablar de una sola globalización. Han sido varios los procesos históricos que han avanzado hacia nuevas formas de economía global. El precedente más claro lo encontramos en la globalización del siglo XVI, al albor de las expediciones lideradas desde Europa.
La gran paradoja moderna
Hay preguntas más difíciles que otras. La que nos planteamos en este artículo se podría resolver de manera precipitada si no se tienen en cuenta varios factores imprescindibles que influyen en nuestro conocimiento histórico y, por ende, en nuestra percepción de la vida misma.
Hoy día la economía lo es todo. En un mundo globalizado, cualquier suceso mínimamente importante puede (y suele) tener repercusiones económicas en distintos puntos del planeta. Un claro ejemplo es la guerra en Ucrania. Ante esta obviedad, es lícito que las humanidades reflexionen sobre el sistema imperante y nuestro modo de vida. Una opción saludable para el intelecto es buscar en el pasado las respuestas que requerimos en nuestro presente. Por ejemplo: ¿de dónde viene esto de la globalización?

Esta duda nos ha llevado a la pujanza historiográfica del comercio. Lo cual supone “la gran paradoja moderna”. Esto es: tenemos cientos de publicaciones anuales dedicadas a estudiar la economía y el comercio de la Edad Moderna, una actividad llevada a cabo por apenas el 5% de la población; mientras que la agricultura, base económica del 80% de la población de los siglos modernos, casi no tiene presencia entre las obras de los historiadores actuales.
A esta situación responden tres motivos fundamentales. A la preocupación por la globalización como fenómeno económico se unen el impacto que tuvo la burguesía y sus negocios en el mundo moderno y la enorme cantidad de documentación disponible para estudiar el comercio, a diferencia del sector agrario, que no necesitaba dejar nada por escrito.
Cuatro teorías principales sobre el inicio de la globalización
No hay un consenso acerca de cuándo colocar cronológicamente la globalización. Como suele ser típico entre historiadores, ni siquiera hay consenso en definir el concepto de “globalización” y así es imposible saber cuándo existe y cuándo no. Pero no vamos a ponernos muy profundos esta vez. Bastará saber que hay cuatro teorías principales sobre el origen de la globalización: hay quien la sitúa con la aparición misma de las primeras civilizaciones; por otro lado, se coloca en la modernidad con los imperios transoceánicos; en tercer lugar están los que la retrasan hasta la revolución industrial en el siglo XIX; y, por último, los que piensan que la globalización se asienta plenamente con la expansión del capitalismo a finales del siglo XX.
En esta ocasión nos vamos a tirar a la piscina de lleno. Si entendemos como globalización el sistema por el que la economía está conectada mundialmente, está claro que los orígenes hay que buscarlos en el siglo XVI.
Incluso tomando parte por una de las opciones no se acaban ahí nuestros problemas. Una vez aceptamos que la globalización inició en la Edad Moderna, tenemos a historiadores debatiendo con viejas y nuevas teorías, lo cual, lejos de ser solo un impedimento, enriquece muchísimo nuestro conocimiento con distintos puntos de vista.

China y el Pacífico: nuevos centros del mundo moderno
Hasta hace pocos años ha sido habitual contar la historia moderna como la suma de las historias nacionales. Nuevos enfoques han roto con esta visión de los hechos y han generado una nueva forma de contar el pasado de los siglos modernos: una historia global que es antinacionalista. Esta nueva tendencia tiene como objeto de estudio los procesos de globalización: la circulación, las conexiones, los intercambios... fenómenos todos ellos conectados por puntos repartidos a lo largo de todo el planeta. Este punto de vista acaba con el discurso tradicional de la historia eurocentrista y coloca el centro del mundo moderno en China y el Pacífico.
En este sentido, resultan sumamente interesantes obras como “China and the Birth of Globalization in the 16th century”, de los autores Dennis O. Flynn y Arturo Giráldez. Este enfoque chinocéntrico se recoge en castellano en el libro “Oro y plata en los inicios de la economía global: de las minas a la moneda”, de Bernd Hausberger y Antonio Ibarra. Defienden que Europa fue un simple intermediario entre las zonas realmente relevantes: China como la nación que consume la plata, y América como la gran productora del metal.
El papel de la plata en la primera economía global
A estas obras se han unido y se siguen uniendo multitud de estudios sobre la globalización. En todos ellos hay un fundamento para la economía global: la plata. Este metal es la argamasa de la primera economía global. Desde luego, no faltan respuestas a este nuevo enfoque historiográfico. Serge Gruzinski entre otros muchos sigue hablando de una globalización ibérica. Es decir, reafirma la tradición histórica que se nos ha contado: fueron las monarquías ibéricas las arquitectas de la globalización. Por tanto, si tomamos este punto de vista eurocentrista, Portugal y Castilla son elementos clave en el origen de la economía mundial.
A partir del último tercio del siglo XVI, la plata acuñada por la Corona de Castilla fue la primera divisa global. El mismo metal español se utilizó para el pago de impuestos durante la dinastía Ming en China, de donde salían productos como la porcelana y la seda por vías, ahora sí, tanto terrestre hacia Europa, como marítima hacia América.

Sistemas comerciales clave: Carrera de Indias y el Galeón de Manila
Para atestiguar la conexión mundial hay que poner nuestra mirada en el comercio a larga distancia. Y en esta materia tenemos dos sistemas fundamentales: la Carrera de Indias y el Galeón de Manila.
Llamamos Carrera de Indias al conjunto de rutas y flotas que unieron comercialmente España con América. Desde que Colón desembarcara en el Nuevo Mundo mientras buscaba una ruta hacia las especias, América entró a formar parte del flujo comercial que ya existía entre Europa y Asia con itinerarios tan famosos y explotados como la Ruta de la Seda. Este sistema de navegación pasó por diversas etapas, pero si nuestro objetivo está en encontrar los inicios, no cabe duda que desde 1492 se empezó a formar la Carrera de Indias.
Y llegamos al origen de la globalización: en 1565 se inauguró el Galeón de Manila. También conocida como Nao de China, es el equivalente a la Carrera de Indias, pero en el océano Pacífico. A partir de esta fecha, las mercancías empezaron a circular desde China a Manila, donde zarpaba esta flota en dirección a Acapulco, pasando a México, Veracruz y de ahí cruzaban el Atlántico hasta Castilla. Esta actividad conectó el último tramo de la Tierra en el que faltaba una ruta comercial, formando así un espacio económico plenamente mundial.
Impacto de la burguesía y la documentación comercial en la historiografía
La burguesía emergente durante el siglo XVI tuvo un impacto significativo en la historiografía de la globalización. A medida que la burguesía ganaba poder económico, su interés en el comercio y las finanzas se reflejó en la cantidad de documentación que generaron, como registros mercantiles, contratos y correspondencia comercial. Esta abundancia de documentación ha proporcionado a los historiadores una rica fuente de información para estudiar la globalización económica.
La disponibilidad de registros comerciales ha llevado a un enfoque historiográfico centrado en el comercio y la economía. A menudo, en detrimento de otros aspectos de la vida social y cultural. Este enfoque ha perpetuado la "gran paradoja moderna", donde el estudio del comercio eclipsa otras actividades económicas, como la agricultura, que también desempeñaron un papel crucial en la historia de la globalización. La influencia de la burguesía en la documentación histórica ha contribuido a una narrativa que privilegia el intercambio económico, moldeando nuestra comprensión del pasado.
Este enfoque también ha permitido a los historiadores comprender las redes comerciales y las dinámicas económicas de la globalización en el siglo XVI. Al analizar la documentación comercial, los estudiosos han podido reconstruir las rutas comerciales, los flujos de bienes y las relaciones económicas que definieron este período histórico. Este análisis ha enriquecido nuestro conocimiento del origen de la globalización.
El papel de la economía en la globalización
Aunque en nuestra época la globalización remite a un concepto más cultural, el origen es económico. Sobre todo, si hablamos de la globalización del siglo XVI. Aquella fue principalmente económica, más que cultural.
La conexión entre América y Asia a través del comercio de plata
El comercio de plata entre América y Asia fue un factor determinante en el desarrollo de la globalización durante el siglo XVI. Estableció una conexión económica que unió continentes distantes. La extracción de plata en las minas de América, particularmente en el Potosí, permitió a las potencias coloniales europeas financiar el comercio internacional con Asia, que demandaba este metal precioso. El intercambio económico facilitó la creación de una red comercial global.
La plata viajó desde América hasta Asia, donde se utilizaba para adquirir productos de lujo como seda y porcelana. Este intercambio no solo impulsó el comercio entre América y Asia, sino que también fortaleció las relaciones económicas entre Europa y Asia, al permitir que los bienes asiáticos llegaran a los mercados europeos. La plata, al actuar como una divisa global, facilitó el flujo de bienes y capital entre continentes.
Un recurso natural puede influir en el desarrollo de redes comerciales a gran escala, promoviendo la integración económica y cultural de diferentes regiones del mundo. Este fenómeno destaca la importancia de la economía en el proceso de globalización. Explica cómo las decisiones económicas en un continente pueden tener repercusiones significativas en otro, impulsando el desarrollo de una economía global interdependiente. Las rutas comerciales ya se establecieron desde la época mesopotámica. Pero en la globalización del siglo XVI ganaron una importancia creciente.

La plata española como divisa global
La plata española se convirtió en la primera divisa global durante el siglo XVI. Su abundante producción en las colonias americanas permitió a España acuñar monedas que se utilizaron en transacciones comerciales en Europa, Asia y América. Consolidó así su papel como una de las principales potencias económicas de la época. Este metal precioso se convirtió en el estándar monetario en muchas partes del mundo, facilitando el intercambio de bienes y servicios a nivel global.
En China, la plata española se utilizaba para pagar impuestos y financiar la producción de bienes de lujo altamente demandados en Europa. Este intercambio económico impulsó el desarrollo de una economía global integrada, donde la plata actuaba como el medio de intercambio preferido en las transacciones comerciales. La utilización de la plata española como divisa global subraya la interdependencia económica que caracterizó el proceso de globalización en el siglo XVI.
La plata española no solo facilitó el comercio internacional, sino que también tuvo un impacto significativo en las economías locales, promoviendo el desarrollo de nuevas industrias y el crecimiento económico en diferentes regiones del mundo. Este fenómeno destaca la importancia de los recursos naturales en el desarrollo de la globalización, ilustrando cómo un solo recurso puede influir en la creación de redes comerciales a gran escala y en la integración económica de diferentes culturas y sociedades.
Reflexiones sobre el fenómeno de la globalización en el siglo XVI
Los procesos de globalización posteriores han cambiado el enfoque histórico de aquel proceso que se vivió en el siglo XVI. La reflexión sobre el momento histórico no solo arroja luz sobre la historia, sino que permite proyectar hipótesis para el futuro económico del mundo.
El papel de los historiadores en el debate sobre el origen de la globalización
El debate sobre el origen de la globalización en el siglo XVI ha sido objeto de un intenso escrutinio por parte de historiadores, quienes han desempeñado un papel crucial en la interpretación y comprensión de este fenómeno complejo. A través del análisis de fuentes históricas y la reevaluación de narrativas tradicionales, los historiadores han contribuido a una comprensión más matizada de cómo y cuándo surgió la globalización, considerando una variedad de factores económicos, culturales y políticos.
La diversidad de teorías sobre el inicio de la globalización refleja la riqueza del debate historiográfico, donde diferentes enfoques y perspectivas han enriquecido nuestro conocimiento del pasado. Desde la visión eurocentrista que destaca el papel de las potencias coloniales europeas hasta el enfoque chinocéntrico que sitúa a China y el Pacífico como centros del mundo moderno, los historiadores han explorado una amplia gama de posibilidades para explicar el desarrollo de la globalización. Este debate ha permitido una comprensión más inclusiva y global de los procesos históricos, desafiando las narrativas dominantes y promoviendo una visión más diversa del pasado.
El debate sobre el origen de la globalización subraya la importancia de la investigación histórica en la comprensión de fenómenos complejos que han moldeado el mundo.Su estudio no solo enriquece nuestro conocimiento del pasado, sino que también nos invitan a reconsiderar nuestras suposiciones sobre el presente y el futuro de la globalización. Este enfoque crítico y reflexivo es esencial para comprender la naturaleza dinámica y multifacética de la globalización y su impacto en la sociedad a lo largo del tiempo.
Referencias:
- Flynn, D. O. y Giráldez, A. 2010. China and the Birth of Globalization in the 16th century. Routlegde.
- Hausberger, B. y Ibarra, A. 2014. Oro y plata en los inicios de la economía global: de las minas a la moneda. Colegio de México.