Parménides: ¿ser o no ser?

Las ideas y reflexiones de Parménides en torno al ser marcaron irremediable gran parte de las teorías filosóficas posteriores.
Parménides: ¿ser o no ser?

Parménides, filósofo central de la antigua Grecia y fundador de la escuela eleática, revolucionó la filosofía occidental con su obra "Acerca de la naturaleza". En ella, introduce la distinción entre verdad y opinión, desafiando las percepciones sensoriales con un enfoque en la razón.

Distinción entre apariencia y realidad

La diferencia entre apariencia y realidad es un tema central en la filosofía de Parménides. En una época donde la imagen y la percepción pueden ser engañosas, Parménides nos invita a cuestionar lo que consideramos verdadero. Su filosofía se basa en la contraposición entre la verdad, que es firme y confiable, y la opinión, que puede ser engañosa. Esta distinción es fundamental para entender su obra y su impacto en el pensamiento filosófico.

El filósofo eleático argumenta que el ser es único, inmutable y eterno, mientras que el no-ser es impensable e innombrable. Esta dicotomía radical desafía la noción de cambio y devenir, sugiriendo que lo que percibimos como movimiento es, en realidad, una ilusión. La distinción entre apariencia y realidad en la filosofía de Parménides nos recuerda la importancia de cuestionar nuestras percepciones y buscar un conocimiento más profundo y auténtico.

Parménides y la escuela eleática

Parménides es el fundador de la escuela eleática y de la ontología (el estudio del ser). El tema original de su filosofía es la contraposición entre la verdad, en la que podemos confiar, y la opinión, que puede engañarnos porque no es segura. Su grandeza se manifiesta en la admiración que suscitó en Platón, quien lo calificó como “venerado y terrible”. Parménides nació en Elea Velia, en el sur de Italia (hoy pintoresco balneario donde se conserva un parque arqueológico por el que seguramente pasearon el maestro y sus seguidores, Zenón y Meliso), en la segunda mitad del siglo VI a.C.

Se le atribuye una sola obra, un poema en hexámetros, convencionalmente titulado Acerca de la naturaleza, del que nos quedan 154 versos, con un Proemio, una primera parte conocida como la Vía de la verdad y una segunda parte conocida como la Vía de la opinión. Sabemos que llegó completo al siglo VI y tenemos su mayor parte conservada gracias a Simplicio. El Proemio asume la forma de una revelación religiosa, siguiendo la típica expresión de los misterios del sur de Italia. El poeta describe un viaje sobre un carro tirado por yeguas, escoltado por las Hijas del Sol, a la morada de una diosa, cuyo nombre no se revela, a través de las puertas de la noche y del día, punto en el que las distinciones familiares de la experiencia humana no son posibles de efectuar, de modo que todo es “unidad indiferenciada”. La diosa recibe al privilegiado viajero y promete instruirlo tanto en la verdad misteriosa como en las creencias de los mortales.

Parménides, el descubridor del “ser”

Con este simbolismo, Parménides probablemente quiere transmitir que ha hecho un descubrimiento que le ha impactado como una experiencia religiosa: el descubrimiento del “ser”. En principio, hay dos únicos caminos para la investigación: “uno, que es y que no es posible que no sea”, es el camino de la persuasión que acompaña a la verdad; otro, que “no es y es necesario que no sea”, resulta ‘impensable’ e ‘innombrable’ por lo que, en definitiva, “solo hay un camino para el discurso: que el ser es”. Pero este camino no puede ser seguido más que por la razón, puesto que los sentidos se detienen, por el contrario, en las distinciones y apariencias (pretenden atestiguarnos el nacer, el perecer y, en general, el movimiento de las cosas) confundiendo el ser y el no ser, como si los hombres tuviesen dos cabezas.

Para poder captar esta presencia total o universal del ser, hay que perder la costumbre de dejarse dominar por los ojos, los oídos y los nombres que todo lo discriminan estableciendo diferencias y nombres. No es que Parménides niegue el movimiento o la pluralidad, sino que más bien los devalúa, les concede una existencia exterior y opinable. El ser es la presencia permanente que todo lo incluye y envuelve; en cuanto “ser”, es la unidad en la que no es posible establecer ninguna distinción, división o parte diferente de él: todo es ser, todo es algo que es, sencillamente porque ‘el no ser’ no es. Así, por detrás de la multiplicidad cotidiana, él encuentra una única realidad que no nace ni muere, “nunca fue ni será puesto que es ahora”. De modo que la idea fundamental que Parménides aporta es la del ser como realidad y presencia, que nace de una dicotomía absolutamente excluyente: “es o no es” (dicotomía que Shakespeare hizo famosa, al encarnarla en el dilema del joven príncipe Hamlet: To be or not to be, that is the question).

El eclecticismo filosófico se originó en la antigua Grecia y Roma como una respuesta a las rigideces de las grandes escuelas filosóficas. Fuente: ChatGPT / Eugenio Fdz.

La obra "Acerca de la naturaleza": estructura y contenido

La obra "Acerca de la naturaleza" de Parménides es un poema filosófico que ha dejado un legado duradero en la historia del pensamiento. Compuesta en hexámetros, esta obra se divide en dos partes principales: la Vía de la verdad y la Vía de la opinión. A través de estas secciones, Parménides explora el concepto del ser y su relación con la realidad.

El poema comienza con un Proemio, que describe un viaje simbólico hacia el conocimiento. Este viaje, guiado por las Hijas del Sol, lleva al poeta a la morada de una diosa que le revela la verdad. La estructura del poema refleja la búsqueda de un conocimiento más profundo y auténtico, más allá de las apariencias y las opiniones comunes.

La Vía de la verdad se centra en el ser como una realidad única e inmutable. Parménides argumenta que el ser es eterno, indivisible y constante, mientras que el no-ser es impensable. Esta parte del poema establece las bases de su filosofía, afirmando que solo el ser es real y que cualquier otra percepción es una ilusión. La Vía de la opinión, por otro lado, explora las creencias comunes y las percepciones engañosas, destacando la importancia de la razón en la búsqueda de la verdad.

Simbolismo del viaje en el Proemio

El Proemio de "Acerca de la naturaleza" utiliza un rico simbolismo para ilustrar el viaje hacia el conocimiento verdadero. En este pasaje, Parménides describe un viaje en carro tirado por yeguas, escoltado por las Hijas del Sol, hacia la morada de una diosa. Este viaje simboliza la transición del mundo de las apariencias al mundo de la verdad.

Platón y la Atlantida
"En la vida y en la ciencia nada existe si no se nombra", afirma este conocido editor español en una charla épica. Fuente: Midjourney / Eugenio Fdz.

La travesía a través de las puertas de la noche y el día representa el paso de la ignorancia al conocimiento. En este punto, las distinciones familiares de la experiencia humana se desvanecen, revelando una unidad indiferenciada. La diosa, que no es nombrada, representa la fuente de la verdad y promete instruir al viajero en el conocimiento verdadero.

El simbolismo del viaje en el Proemio destaca la importancia de la búsqueda del conocimiento más allá de las apariencias. Parménides utiliza esta metáfora para ilustrar la necesidad de trascender las percepciones sensoriales y confiar en la razón para alcanzar la verdad. Este enfoque en el simbolismo y el viaje interior es un elemento central en su filosofía y establece el tono para el resto del poema.

Un todo o nada

En la perspectiva totalizadora de Parménides, la alternativa es ser o nada: puesto que la nada no es, todo es. Y si es, tiene necesariamente las características que le atribuye: es uno, entero, homogéneo, inmóvil, indivisible, eterno, limitado (carecer de límites es signo de imperfección) y comparable a una esfera bien redonda. La mayoría de estas características son atribuidas por Platón a sus Formas (o Ideas). Y buena parte de ellas caracterizan al Primer Motor de Aristóteles.

El camino del ser se caracteriza por su enfoque en la razón y la lógica. Parménides argumenta que el ser es único, eterno e inmutable, y que cualquier cambio o multiplicidad es una ilusión creada por los sentidos. Este enfoque en la unidad y la constancia del ser desafía las nociones tradicionales de la realidad y establece una base sólida para el desarrollo de la metafísica.

Por otro lado, el camino del no-ser es rechazado por Parménides como imposible e innombrable. Al afirmar que el no-ser no puede ser pensado ni nombrado, Parménides subraya la importancia de la razón y la lógica en la búsqueda de la verdad. Esta dicotomía entre el ser y el no-ser es un tema central en su filosofía y ha influido en el pensamiento filosófico desde entonces.

Importancia de la razón en la comprensión del ser

La razón desempeña un papel crucial en la filosofía de Parménides, especialmente en la comprensión del ser. Parménides sostiene que la razón es el único medio para alcanzar la verdad, ya que los sentidos pueden ser engañosos y llevarnos a conclusiones erróneas. Este enfoque en la razón sobre los sentidos es un elemento central en su obra y ha influido en generaciones de filósofos.

Alegoría de Parménides mostrando los caminos del ser y del no-ser. Foto: DALL-E/Daniel Gómez.

Parménides argumenta que el ser es único, inmutable y eterno, y que cualquier cambio o multiplicidad es una ilusión creada por los sentidos. Al confiar en la razón, podemos superar estas percepciones engañosas y alcanzar un conocimiento más profundo y auténtico. Esta perspectiva desafía las nociones tradicionales de la realidad y establece una base sólida para el desarrollo de la metafísica.

La importancia de la razón en la filosofía de Parménides también se refleja en su afirmación de que "lo mismo es pensar y ser". Esta relación entre el pensamiento y el ser subraya la necesidad de utilizar la razón para comprender la realidad. Al confiar en la lógica y el razonamiento, podemos trascender las apariencias y alcanzar la verdad.

Características del ser: unidad, inmovilidad, eternidad

El ser, según Parménides, posee características fundamentales que lo distinguen de las percepciones comunes de la realidad. Estas características incluyen la unidad, la inmovilidad y la eternidad, que desafían las nociones tradicionales de multiplicidad y cambio.

La unidad del ser implica que es indivisible y constante, sin partes ni divisiones. Esta perspectiva desafía la percepción común de la realidad como algo compuesto por múltiples entidades y fenómenos en constante cambio. Parménides argumenta que el ser es uno y que cualquier multiplicidad es una ilusión creada por los sentidos.

La inmovilidad del ser se refiere a su naturaleza inmutable y eterna. Parménides sostiene que el ser no cambia ni se transforma, sino que es constante y eterno. Esta característica desafía las nociones tradicionales de cambio y devenir, sugiriendo que lo que percibimos como movimiento es una ilusión.

Finalmente, la eternidad del ser implica que es atemporal y constante, sin principio ni fin. Parménides argumenta que el ser es eterno y que cualquier percepción de cambio o temporalidad es una ilusión creada por los sentidos. Estas características del ser son fundamentales para comprender su filosofía y su impacto en el pensamiento filosófico.

"Lo mismo es pensar y ser": la relación entre ambos

La afirmación de Parménides de que "lo mismo es pensar y ser" es un elemento central en su filosofía. Esta relación entre el pensamiento y el ser subraya la importancia de la razón y la lógica en la búsqueda de la verdad. Al afirmar que el pensamiento y el ser son lo mismo, Parménides destaca la necesidad de utilizar la razón para comprender la realidad.

El sueño de la razón produce monstruos, Goya
El sueño de la razón produce monstruos, hacia 1799. Grabado nº 43 de los Caprichos. Foto: ASC.

En su obra, Parménides argumenta que el ser es único, inmutable y eterno, y que cualquier cambio o multiplicidad es una ilusión creada por los sentidos. Al confiar en la razón, podemos superar estas percepciones engañosas y alcanzar un conocimiento más profundo y auténtico. Esta perspectiva desafía las nociones tradicionales de la realidad y establece una base sólida para el desarrollo de la metafísica.

La posteridad debe mucho a nuestro pensador. Platón reconoce que teme que su pensamiento resulte imposible de aprehender en su profunda complejidad. A pesar del famoso ‘parricidio’ del sofista, Platón es heredero de su concepción del ser y de su negación del no-ser absoluto, por lo que nunca postuló una Forma del no-ser. Aristóteles lo distancia de los primeros físicos porque cuestiona el conocimiento de la naturaleza (De Caelo 298b14-24; Física 184b15) y también de los materialistas, por su concepción del ser como lo Uno (Metafísica 986b10-30).

La relación entre el pensamiento y el ser también implica que el conocimiento verdadero solo puede alcanzarse a través de la razón. Parménides sostiene que los sentidos pueden ser engañosos y llevarnos a conclusiones erróneas, mientras que la razón nos permite trascender las apariencias y alcanzar la verdad. Esta afirmación ha influido en generaciones de filósofos y sigue siendo un tema central en el estudio de la filosofía.

El creador de la metafísica

Como consecuencia de su tesis, Parménides cree que existe una relación profunda entre pensar y ser, al punto que escribió: “Pues lo mismo es pensar y ser” o “lo mismo hay para pensar y para ser”. Esto no significa que baste pensar en algo para que exista, sino que, cuando aprehendemos o captamos algo, en el mismo acto asumimos que es (que tiene un cierto modo de ser), puesto que no hay pensar vacío o de la nada. Inversamente, lo que es, es inteligible, puede ser captado o aprehendido. Este fragmento podría tomarse como el antecedente de la historia de la metafísica, que solo se establecerá como disciplina filosófica con Aristóteles, y que concluye en el siglo XIX con la tesis de Hegel de que “todo lo real es racional y todo lo racional es real”.

La afirmación de Parménides de que "lo mismo es pensar y ser" subraya la importancia de la razón y la lógica en la búsqueda de la verdad. Al confiar en la razón, podemos superar las percepciones engañosas creadas por los sentidos y alcanzar un conocimiento más profundo y auténtico. Esta perspectiva desafía las nociones tradicionales de la realidad y establece una base sólida para el desarrollo de la lógica.

El legado de Parménides en la metafísica y la lógica también se refleja en su influencia en otros filósofos, como Platón, Aristóteles, Hegel y Heidegger. Estos pensadores han sido profundamente influenciados por su enfoque en el ser y su relación con el pensamiento, y han desarrollado sus propias filosofías basadas en sus ideas. El impacto de Parménides en la filosofía occidental es innegable y sigue siendo un tema de estudio y debate en la actualidad.

Parménides. Foto: Getty Images

El legado de Parménides en la filosofía occidental

La influencia de Parménides en Platón, Aristóteles, Hegel y Heidegger es un testimonio de su impacto duradero en la filosofía occidental. Cada uno de estos pensadores ha sido influenciado por su enfoque en el ser y su relación con el pensamiento, y ha desarrollado sus propias filosofías basadas en sus ideas.

Influencia en Platón, Aristóteles, Hegel y Heidegger

Platón, por ejemplo, reconoció la complejidad del pensamiento de Parménides y adoptó su concepción del ser en su teoría de las Formas. Aunque Platón también desarrolló su propio enfoque, su filosofía se basa en gran medida en las ideas de Parménides sobre la unidad y la constancia del ser.

Aristóteles, por otro lado, se distanció de Parménides al desarrollar su propia filosofía, pero también reconoció su influencia en el desarrollo de la metafísica. Aristóteles adoptó algunas de las ideas de Parménides sobre el ser y las incorporó en su propia teoría del Primer Motor.

Hegel lo encumbra como el pensador que se libera de las representaciones y opiniones para postular necesariamente el ser. Heidegger hace una magnífica interpretación del fragmento 3 de Parménides en su escrito titulado Moira, donde lo sitúa como el pensador que comenzó a tratar la cuestión del ser, la piedra angular de la historia de la metafísica, ya que “la relación entre el pensar y el ser anima toda la filosofía occidental”. Después de rechazar las interpretaciones idealistas de Berkeley y Hegel, Heidegger entiende que no se trata simplemente de incluir el pensar dentro de las cosas que son, tampoco de postular el ser como un objeto frente al sujeto que lo piensa, ni de atribuir el ser a lo suprasensible como plantea Platón, sino de entender que el pensar pertenece al ser en el sentido de que atiende a lo presente en su presencia.

El pensamiento posterior vuelca su atención, de manera unilateral, hacia “el ser del ente”, en desmedro del ser sin más. Por su parte, Popper valora en Parménides la primera formulación del razonamiento deductivo y la ley de la conservación de la materia y la energía. Muchos lo consideran el padre de la lógica. En cualquier caso, los filósofos posteriores a Parménides no han podido ignorar su pensamiento inaugural, sea porque se nutrieron de él, sea porque intentaron refutarlo.

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