¿Quieres la respuesta corta? En tal caso: la civilización más longeva de la historia es China. Pero esta afirmación está incompleta, carece de sentido desde el punto de vista de los historiadores y, por tanto, se podría tachar como errónea. Ah, qué gusto hablar de las dificultades historiográficas que los propios historiadores nos hemos puesto en el camino. Y es que el estudio del pasado tiende a ser percibido por el público como una especie de historias (como sinónimo de cuento en este caso) con un principio, nudo y desenlace en las que se pueden organizar las distintas etapas y “civilizaciones”. Si prefieres una respuesta más acertada, atiende.

Cómo se construye la historia
Este artículo está publicado en un medio de divulgación destinado al público ávido de curiosidades y por ello es pertinente que nos hagamos la pregunta del título. Pero son necesarias varias aclaraciones que pueden resultar complejas a los menos asiduos a lecturas de historia donde se expliquen cómo se construye la historia. Una idea básica para seguir las próximas reflexiones: la historia no es la que es, es la que te cuentan.
Teniendo esto presente, hay que saber que los historiadores han dividido el pasado en períodos para hacer más fácil su comprensión y estudio. Pero, claro está, la división entre Edad Media y Edad Moderna es un artificio, nadie en el siglo XV se fue a dormir un día viviendo en la Edad Media y se despertó en la era moderna al día siguiente. Los procesos históricos son más complejos y paulatinos, solo que, según nuestras concepciones actuales, dividimos una materia inabarcable como la historia en porciones más manejables. En gran medida, esto mismo ocurre con el término “civilizaciones”.
¿Qué es una civilización?
Según el Diccionario de la Real Academia Española, el término “civilización” se define como el “conjunto de costumbres, saberes y artes propio de una sociedad humana”, y también como el “estadio de progreso material, social, cultural y político propio de las sociedades más avanzadas”. Ambas acepciones tienden a mezclarse cuando el público pregunta por una civilización del pasado.
Y este es uno de los problemas a los que nos enfrentamos: no hay consenso entre los expertos acerca de qué es una civilización, sino que existen varias definiciones y, por tanto, diferentes respuestas a la hora de encontrar la más duradera. Pero es que incluso si hubiera una única definición aceptada tendríamos problemas que explican por qué la respuesta corta carece de sentido para los historiadores. Supongamos que estamos de acuerdo en que Egipto, Mesopotamia y China son civilizaciones. Las tres opciones sufrieron cambios a lo largo de sus respectivas historias con gobiernos extranjeros, distintas creencias religiosas y diversidad en costumbres que romperían la civilización en divisiones que también podríamos considerar civilizaciones.
Además, hay que tener en cuenta que el término “civilización” se empezó a utilizar por occidentales bajo una concepción colonialista que distinguía entre sociedades civilizadas y no civilizadas, una jerarquía que tiene poco que ver con el estudio del pasado que procure la objetividad. Es por ello que actualmente los historiadores hablamos más de “culturas”.

No hay respuesta fácil
Estas inconcreciones nos llevan al siguiente problema: ¿qué elementos seleccionamos para definir a una civilización? ¿Su ubicación geográfica, su escritura, su religión, su estructura política? Todos estos elementos tienden a cambiar con el paso del tiempo. La historia de Egipto no es un proceso monolítico, sino que supuso un desarrollo con expansiones y reducciones del territorio controlado, cambios religiosos, algunos tan drásticos como el introducido por el faraón Akenatón, y las sucesivas subidas y caídas en el trono egipcio de dinastías que procedían de tierras alejadas de las orillas del Nilo. Si con estos cambios se puede seguir considerando a Egipto como una civilización, no veo inconveniente en darle el mismo tratamiento al cristianismo católico desde que San Pedro se convirtiera en el primer papa. Pero nadie habla de la “civilización católica”. Ocurre igual con China. Hay quien remonta la existencia de una sociedad china a hace 5000 años en base a restos arqueológicos neolíticos. Esto equivaldría a decir que la civilización española se remonta a 50 000 años de antigüedad por los restos hallados en Atapuerca. Tan ridículo como erróneo. La generalización es el pozo de todos los gozos historiográficos.
¿Terminó la civilización romana con la caída de Roma en el año 476? ¿O lo hizo en 1453 con la caída de Constantinopla? Son realidades distintas y por ello hablamos del Imperio romano con distintos conceptos como la Roma antigua, el Imperio de Occidente o el Imperio bizantino.
El pasado es diverso y complejo. Preguntar por la civilización más longeva de la historia tiene una respuesta corta, pero errónea.
Referencias:
- Chakrabarty, D. 2008. Al margen de Europa. Tusquets.
- Goody, J. 2021. El robo de la historia. Akal.
- Metcalfe, T. 2023. What was the longest-lasting civilization? livescience.com