¿Cuál fue el primer libro impreso? (Y no es la Biblia)

La Biblia de Gutenberg es el incunable más famoso del mundo, sin embargo, el primer libro impreso se hizo en China.
¿Cuál fue el primer libro impreso?

Se ha extendido cierto consenso que toma a la Biblia de Gutenberg como el primer libro impreso de la historia, pero no es una afirmación del todo cierta. Se trata de un error de concepto. La historia del libro ha tenido diversos personajes, métodos e inventos destacados en uno de los procesos más importantes para el ser humano y nuestra capacidad de comunicación e intercambio de conocimiento. Gutenberg es, sin duda, uno de los protagonistas, pero él solo inventó (o perfeccionó) un tipo de imprenta. Hubo métodos precedentes y, por tanto, el primer libro impreso de la historia se publicó décadas antes que la Biblia de Gutenberg.

La evolución del libro a lo largo de la historia

Si estás leyendo esto, apostaría que te gustan los libros con total garantía de ganar. Es el objeto predilecto de los lectores y, como ocurre con casi todas las pasiones humanas, el libro también tiene una historia fascinante. De entrada, cabe destacar que es un objeto que ha sufrido pocos cambios a pesar de sus casi 3000 años de historia, pues en todo este tiempo solo se ha cambiado dos veces de formato (del rollo al códice y ahora el libro electrónico). Somos bastante conservadores a la hora de modificar algo que lleva siglos funcionando bien.

El origen de los libros: de tablillas de arcilla a rollos de papiro

La historia del libro comienza mucho antes de la invención de la imprenta, con las primeras formas de escritura que surgieron en la antigua Mesopotamia. Las tablillas de arcilla sumerias, utilizadas hace más de 5000 años, fueron los primeros soportes sobre los que se inscribieron signos cuneiformes. Estas primeras manifestaciones de escritura sentaron las bases para el desarrollo de los libros como los conocemos hoy, permitiendo la conservación de textos y la transmisión de ideas a lo largo del tiempo.

Sellos mesopotámicos
Un estudio reciente indica que los símbolos en sellos comerciales mesopotámicos pudieron haber sido el origen del cuneiforme, la escritura más antigua del mundo. Ilustración artística. Foto: Wikimedia

Posteriormente, los rollos de papiro se convirtieron en el soporte predominante para la escritura en el antiguo Egipto. Este material, derivado de la planta de papiro, era más ligero y manejable que las tablillas de arcilla, lo que facilitó su uso para la creación de documentos más extensos. Los rollos de papiro permitieron a los egipcios y, más tarde, a los griegos y romanos, registrar y compartir conocimientos en áreas como la literatura, la ciencia y la administración, marcando un avance significativo en la historia del libro.

Hay quien afirma que el primer libro de la historia sería el Poema de Gilgamesh, una obra épica de la antigua Babilonia que data de entre el 2000 y el 1500 a. C. Esto supondría retrasar el origen del libro al nacimiento de la propia escritura, pero tampoco es correcto técnicamente. Las tablillas de arcilla en las que se marcaron las primeras palabras de la humanidad, en escritura cuneiforme, son el precedente de los libros. Por tanto, el Poema de Gilgamesh sería la primera historia, la primera narración que conocemos, pero no el primer libro.

El surgimiento del pergamino y los códices

El uso del pergamino como material de escritura supuso una revolución en la manera de concebir los libros. A diferencia del papiro, el pergamino era más resistente y flexible, lo que permitía un manejo más cómodo y una mayor durabilidad. Los códices, que surgieron a partir del uso del pergamino, ofrecían una estructura más práctica que los rollos, permitiendo un acceso más fácil a cualquier parte del texto sin necesidad de desenrollar grandes extensiones de material.

Los códices se convirtieron en el formato preferido para la preservación de textos durante la Edad Media, especialmente en los monasterios, donde los monjes se dedicaban a copiar manuscritos a mano. Estos manuscritos iluminados, decorados con intrincados diseños y colores brillantes, no solo preservaron el conocimiento de la antigüedad, sino que también se convirtieron en auténticas obras de arte. La creación de estos códices fue una tarea ardua y laboriosa, pero su impacto en la conservación del conocimiento fue incalculable.

Los primeros libros fueron los rollos de papiro utilizados por griegos y egipcios. Shaiith / iStock

A medida que el uso de los códices se extendía, también lo hacía la necesidad de encontrar métodos más eficientes para su producción. La demanda de libros creció y, con ella, la búsqueda de nuevas tecnologías que permitieran satisfacer esta demanda. Fue en este contexto que surgieron las primeras técnicas de impresión, que transformarían para siempre la producción de libros y el acceso al conocimiento.

Manuscritos iluminados: las obras de arte de la antigüedad

Los manuscritos iluminados representan una de las expresiones más bellas y artísticas de la producción de libros en la antigüedad. Estos manuscritos, creados principalmente en monasterios durante la Edad Media, eran decorados con minuciosidad y dedicación, incorporando elementos artísticos que iban desde iniciales ornamentadas hasta bordes ricamente ilustrados. Los colores vibrantes y el uso del oro y la plata en las decoraciones hacían de estos textos verdaderas joyas visuales.

El proceso de creación de un manuscrito iluminado era largo y complejo. Comenzaba con la preparación del pergamino, que debía ser tratado cuidadosamente para garantizar una superficie adecuada para la escritura y la ilustración. Luego, los escribas copiaban el texto a mano, con una caligrafía precisa que requería años de práctica. Finalmente, los iluminadores añadían las decoraciones, utilizando pigmentos naturales y metales preciosos para realzar la belleza del manuscrito.

Estos manuscritos no solo eran valiosos por su contenido, sino también por su valor artístico. Los monasterios y las bibliotecas de las grandes catedrales atesoraban estos libros, que se convirtieron en símbolos de prestigio y erudición. La creación de manuscritos iluminados fue un arte que alcanzó su apogeo en la Edad Media, pero que comenzó a declinar con la llegada de la imprenta, que permitió la producción en masa de libros a un costo mucho menor.

La revolución de la imprenta y sus precursores

Anclados en el resistente eurocentrismo al que tiende nuestro relato del pasado, solemos olvidar que en Oriente fueron pioneros en muchos aspectos. Las innovaciones para publicar el primer libro impreso es uno de ellos.

La xilografía y el Sutra del diamante: el primer libro impreso

Antes de la invención de la imprenta de tipos móviles, la xilografía fue una de las primeras técnicas de impresión utilizadas para reproducir textos y imágenes. Esta técnica, originada en China, consistía en tallar un diseño en una plancha de madera, que luego se entintaba y se presionaba sobre papel o tela para transferir la imagen. La xilografía permitió la producción de múltiples copias de un mismo texto de manera más rápida que la copia manual, aunque todavía requería un considerable esfuerzo artesanal.

Uno de los ejemplos más antiguos y célebres de un libro impreso mediante xilografía es el Sutra del diamante, un texto budista que data del año 868 d.C. Este libro, descubierto en la Cueva de los Mil Budas en Dunhuang, China, es considerado el primer libro impreso conocido en la historia. La técnica de xilografía utilizada para su creación permitió una difusión más amplia de las enseñanzas budistas, marcando un hito en la historia de la impresión.

A pesar de sus ventajas, la xilografía presentaba limitaciones significativas. La madera, al ser un material relativamente blando, se desgastaba con el uso, lo que limitaba la cantidad de copias que podían producirse a partir de una misma plancha. Además, la creación de cada plancha requería un trabajo minucioso y especializado, lo que hacía que la producción de libros siguiera siendo un proceso costoso y laborioso.

¿Cuál fue el primer libro impreso? - Midjourney/Sarah Romero

De la xilografía a la calcografía: mejoras en la calidad de impresión

Con el tiempo, la búsqueda de técnicas de impresión más duraderas y detalladas llevó al desarrollo de la calcografía. Esta técnica, similar a la xilografía, utilizaba planchas de cobre en lugar de madera, lo que permitía un mayor nivel de detalle y una mayor durabilidad. La calcografía se convirtió en una opción popular para la reproducción de imágenes y textos, especialmente en el ámbito artístico, donde la calidad del detalle era de suma importancia.

El proceso de calcografía implicaba el uso de una prensa para transferir la tinta desde la plancha de cobre al papel, lo que requería una mayor precisión en el manejo del material. Aunque la calcografía ofrecía una calidad de impresión superior, también era más costosa debido al precio del cobre y la complejidad del proceso. Esto limitó su uso principalmente a la reproducción de imágenes y grabados artísticos, más que a la producción masiva de textos. Se superaba así la técnica rudimentaria que había caracterizado al primer libro impreso.

A pesar de sus limitaciones, la calcografía representó un paso importante en el desarrollo de las técnicas de impresión, contribuyendo a la evolución de la producción de libros y la difusión del conocimiento. Sin embargo, la verdadera revolución en la impresión de libros llegaría con la invención de la imprenta de tipos móviles, que cambiaría para siempre la forma en que los libros eran producidos y distribuidos.

La imprenta en Asia: el Jikji y los tipos móviles metálicos

Mientras Europa avanzaba hacia la invención de la imprenta de tipos móviles, en Asia ya se habían hecho importantes progresos en esta tecnología. En el siglo XIII, los chinos comenzaron a utilizar tipos móviles de arcilla para la impresión, y en el siglo XIV, los coreanos adoptaron el uso de tipos móviles metálicos, lo que permitió una mayor durabilidad y precisión en la impresión de textos.

El Jikji, una antología de enseñanzas budistas impresa en Corea en 1377, es el libro más antiguo conocido impreso con tipos móviles metálicos. Este logro, que precede en casi 80 años a la Biblia de Gutenberg, demuestra que la tecnología de impresión con tipos móviles ya estaba en uso en Asia mucho antes de que Johannes Gutenberg perfeccionara su método en Europa. La existencia del Jikji es un testimonio del avance tecnológico y cultural de Asia en el ámbito de la impresión.

La imprenta de tipos móviles metálicos permitió la producción de libros de manera más eficiente y a menor costo, facilitando la difusión del conocimiento en Asia. Sin embargo, debido a la complejidad del sistema de escritura chino, que requería miles de caracteres diferentes, la adopción masiva de esta tecnología fue más lenta en comparación con el alfabeto latino utilizado en Europa. Aun así, la imprenta en Asia sentó las bases para la revolución de la impresión que se desarrollaría posteriormente en Occidente.

Tipos móviles utilizados en la imprenta tipográfica. Sax / iStock

Gutenberg y la democratización del conocimiento

Con el descubrimiento del pergamino como soporte para escribir, los libros cambiaron del formato rollo al formato códice, el mismo que siguen teniendo hoy día en nuestras estanterías. Los copistas medievales desde el scriptorium de los monasterios se encargaron de conservar y difundir la literatura del mundo occidental. Un paso decisivo para llegar al primer libro impreso.

La invención de la imprenta de tipos móviles en Europa

Una de las grandes revoluciones de la historia de la humanidad llegó a mediados del siglo XV: Johannes Gutenberg inventó la imprenta. Claro que aquí es donde debemos realizar los matices que anticipamos al inicio del artículo, pues el inventor de Maguncia puso a funcionar por primera vez la imprenta de tipos móviles. La técnica de impresión como tal venía utilizándose para hacer libros desde muchos antes, solo que con métodos menos avanzados que el de Gutenberg.

La producción de la Biblia de Gutenberg fue un logro técnico y artístico. La tipografía gótica utilizada en su impresión rivalizaba con la caligrafía manuscrita de la época, y los acabados artesanales, como las iniciales iluminadas a mano, añadían un toque de lujo y sofisticación. Se estima que se produjeron alrededor de 180 ejemplares de esta Biblia, de los cuales solo 48 han sobrevivido hasta nuestros días, y solo 21 de ellos están completos.

A pesar de no ser el primer libro impreso, la Biblia de Gutenberg simboliza el inicio de una nueva era en la producción de libros y la difusión del conocimiento. Su impacto en la sociedad fue inmenso, facilitando el acceso a textos religiosos y, posteriormente, a una amplia gama de obras literarias, científicas y filosóficas que transformaron el panorama cultural de Europa.

Estatua de Gutenberg. Lammeyer / iStock

Impacto de la imprenta en el Renacimiento y la Reforma

La invención de la imprenta de tipos móviles por Gutenberg tuvo un impacto profundo en el desarrollo del Renacimiento y la Reforma protestante, dos de los movimientos culturales y religiosos más significativos de la historia europea. La capacidad de imprimir y distribuir libros de manera rápida y económica permitió la difusión de nuevas ideas y conocimientos, desafiando las estructuras de poder establecidas y fomentando el pensamiento crítico y la innovación.

Durante el Renacimiento, la imprenta facilitó la circulación de obras de autores clásicos y contemporáneos, promoviendo el interés por el conocimiento y la cultura. La disponibilidad de libros impresos permitió a más personas acceder a textos que antes solo estaban al alcance de una élite educada, contribuyendo a la democratización del conocimiento y al surgimiento de una sociedad más informada y crítica.

La Reforma protestante, liderada por figuras como Martín Lutero, también se benefició enormemente de la imprenta. La capacidad de imprimir y distribuir rápidamente panfletos y traducciones de la Biblia en lenguas vernáculas permitió a los reformadores difundir sus ideas y desafiar la autoridad de la Iglesia católica. La imprenta fue un catalizador clave en la propagación de la Reforma, transformando el panorama religioso y político de Europa y sentando las bases para el desarrollo de la modernidad.

El legado de la imprenta en el mundo moderno

El desarrollo histórico de la imprenta y los inventos que permitieron la reproducción en serie de escrituras ha sido fundamental para llegar hasta los formatos de libros que conocemos hoy en día, desde el primer libro impreso.

De los libros de bolsillo a los libros digitales

El legado de la imprenta de tipos móviles se extiende hasta nuestros días, habiendo influido en el desarrollo de la industria editorial y la forma en que consumimos el conocimiento. Uno de los avances más significativos en la evolución de los libros fue la introducción de los libros de bolsillo en el siglo XVI. Estos libros, más pequeños y asequibles, hicieron que la lectura fuera más accesible para un público más amplio, permitiendo a las personas llevar sus lecturas consigo a cualquier lugar.

Con el tiempo, la tecnología continuó transformando la forma en que se producían y distribuían los libros. La llegada de la era digital en la década de 1970 marcó el comienzo de una nueva revolución en el mundo editorial. Los libros digitales, o e-books, ofrecieron una alternativa conveniente y ecológica a los libros impresos, permitiendo a los lectores acceder a una vasta biblioteca de títulos desde dispositivos electrónicos como e-readers, tabletas y teléfonos inteligentes.

El auge de los libros digitales ha transformado la industria editorial, desafiando los modelos de negocio tradicionales y ofreciendo nuevas oportunidades para autores y lectores. Aunque los libros impresos siguen siendo populares, los libros digitales han ampliado el acceso al conocimiento y han cambiado la forma en que interactuamos con la literatura y la información.

Oportunidades y desafíos del libro digital

El libro digital ha abierto un mundo de oportunidades para los lectores y la industria editorial. La posibilidad de acceder a una amplia gama de títulos desde cualquier lugar del mundo ha democratizado aún más el acceso al conocimiento, permitiendo a personas de diferentes culturas y contextos acceder a obras que antes habrían sido inaccesibles. Además, los libros digitales ofrecen ventajas como la personalización de la experiencia de lectura, con opciones para ajustar el tamaño de la fuente y el brillo de la pantalla.

Sin embargo, el auge de los libros digitales también plantea desafíos significativos. La piratería y la protección de los derechos de autor son preocupaciones constantes para los editores y autores, que buscan formas de proteger sus obras en un entorno digital. Además, la transición hacia lo digital ha generado debates sobre el futuro de las librerías físicas y el impacto de la tecnología en la experiencia de lectura tradicional.

A pesar de estos desafíos, el libro digital sigue siendo una de las innovaciones más importantes en la historia de la lectura y la difusión del conocimiento. La capacidad de adaptarse a las necesidades y preferencias de los lectores modernos asegura que el libro digital seguirá desempeñando un papel vital en el futuro de la literatura y la educación.

Referencias:

  • Armstrong, K. 2016. Historia de la Biblia. Debate.
  • Navarro, F. 2020. Historia del libro y sus revoluciones. descubrirlahistoria.es.
  • Pedraza Gracia, M. J., Clemente San Román, Y., De los Reyes Gómez, F. 2003. El libro antiguo. Síntesis.

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