Muchos son los personajes que marcaron la historia de los pueblos celtas durante los siglos que poblaron el continente europeo. A continuación se abordan las vidas de algunos de los más interesantes.

Diviciaco, s. I a. C. (Borgoña, Francia)
Marco Tulio Cicerón en su obra De divinatione (Sobre la adivinación), I.41.90, afirma haber conocido a un druida de la tribu gala de los eduos, llamado Diviciaco, que solía hacer predicciones por medio de augurios o conjeturas. De este modo, Diviciaco se convierte en el único druida cuyo nombre aparece reflejado en las fuentes clásicas. Julio César también lo menciona en varias ocasiones en sus Comentarios a la guerra de las Galias. Desconocemos su fecha de nacimiento, pero sabemos que en el año 63 a. C. sobrevivió a la batalla de Magetobriga, en la cual los eduos fueron masacrados por las fuerzas combinadas de las tribus galas rivales de los secuanos y los arvernos, ayudados por la tribu germana de los suevos bajo el mando de su rey Ariovisto. Posteriormente, Diviciaco viajó a Roma para solicitar ayuda al Senado romano, siendo huésped de Cicerón.
La petición de auxilio de los galos serviría de pretexto para la siguiente fase de la conquista de la Galia por parte de Julio César, que se enfrentaría y derrotaría a Ariovisto. Para investigadores como Xavier Delamarre, Diviciaco, además de ostentar el cargo religioso de druida, pudo haber sido también en algún momento el vergobreto, es decir, el magistrado principal de los eduos. Esta figura era nombrada por un periodo de un año durante el cual ostentaba el poder de un rey, llegando a disponer sobre la vida y la muerte de los suyos, aunque también tenía una serie de limitaciones como la prohibición de salir de su propio territorio.
Según César, Diviciaco manifestó en todo momento el mayor fervor por el pueblo romano y demostró ser una persona leal, justa y prudente. Sin embargo, su hermano Dumnorix odiaba a los romanos y conspiraba contra ellos, por lo que a pesar de las súplicas de Diviciaco, acabaría muriendo a manos de las tropas de César. Se desconoce el lugar y la fecha de fallecimiento de Diviciaco. En 1894 la ciudad francesa de Autun levantó un monumento en su honor, pero fue destruido en 1942 durante la ocupación alemana de Francia en la Segunda Guerra Mundial.
Boudica, año de la muerte 60-61 d. C. (Norfolk, Reino Unido)
Según las fuentes literarias romanas, Boudica fue la líder de una rebelión contra el gobierno romano de Britania, desarrollada en el año 60 d. C., de modo similar a otras insurrecciones producidas anteriormente en otros territorios conquistados por Roma, como la de Viriato en Hispania y Vercingétorix en la Galia. Sin embargo, es poco lo que sabemos de Boudica, a pesar de contar con las narraciones de los historiadores romanos Tácito y Dion Casio sobre el levantamiento y algunas evidencias arqueológicas sobre los efectos del mismo.

En el año 43 d. C. las legiones romanas habían desembarcado en las costas de Britania iniciando así la conquista de la isla. El esposo de Boudica, Prasutago, líder de la tribu de los icenos, fue aliado de los romanos. A su muerte Prasutago había dispuesto que la mitad de su riqueza y territorio pasara a sus dos hijas y la otra mitad al emperador Nerón. Sin embargo, los administradores imperiales romanos ignoraron sus últimos deseos. Se apoderaron de todas sus propiedades, golpearon públicamente a la viuda y violaron a sus hijas. Este hecho sería el detonante de la violenta insurrección de los icenos junto a sus vecinos los trinovantes, a los que se unirían otros muchos poco después.
Los rebeldes atacaron primero Camulodunum (Colchester), principal colonia romana en Britania. Al carecer de muro defensivo, sus habitantes se refugiaron en el templo dedicado al emperador Claudio. Los seguidores de Boudica quemaron por completo este edificio. A continuación, marcharon hacia Londinium (Londres), el principal enclave comercial romano, y Verulamium (Saint Albans). Ambas ciudades fueron arrasadas. En total, unos 70.000 romanos y aliados fueron asesinados en estos tres núcleos de población. Finalmente, los rebeldes serían masacrados en una batalla decisiva cuya localización exacta desconocemos.
Tampoco sabemos exactamente el final que tuvo Boudica. Tácito nos transmite que se suicidó tomando veneno, mientras que según Dion Casio enfermó y murió. En cualquier caso, desde el siglo XVI en adelante numerosos escritores y artistas han encontrado inspiración en la figura de Boudica como símbolo de libertad, rebelión, coraje y del espíritu y la fuerza británica. De esta forma, se ha terminado convirtiendo en una figura popular en los libros escolares de historia y en representaciones de todo tipo.
Princesa de Vix, hacia el 500 a. C. (Borgoña, Francia)
La tumba de la princesa de Vix fue descubierta en 1953 en las cercanías del poblado de Mont Lassois, otro importante centro de poder durante los siglos VI-V a. C. Las excavaciones dirigidas por René Joffroy en una pequeña elevación a los pies de dicho poblado descubrieron un enterramiento intacto de la Edad del Hierro con una impresionante selección de mobiliario y ornamentos personales. La cámara funeraria de unos 9 metros cuadrados contenía el cuerpo de una mujer que se encontraba en la treintena en el momento de fallecer y medía 1,60 m de altura.

Los restos óseos se encontraban depositados sobre el chasis de un carro, cuyas cuatro ruedas estaban desmontadas y colocadas junto a una de las paredes de madera de la cámara. Las joyas de la difunta incluían un torques de oro de 480 gramos, localizado junto al cráneo y rematado en sus extremos por figurillas de caballos alados, cuentas de ámbar posiblemente procedentes de la región báltica, varias fíbulas (una de ellas con coral rojo de probable origen mediterráneo), seis brazaletes de lignito y dos de ámbar, un torques de bronce sobre el vientre y dos anillas de bronce adornando los tobillos.
En otra parte de la cámara se encontraban esparcidos varios recipientes asociados al consumo de vino: un enócoe en bronce de fabricación etrusca para escanciar, varios vasos áticos de figuras negras y una enorme crátera de bronce. Esta excepcional pieza probablemente fue realizada en una de las colonias griegas del sur de Italia y habría llegado al interior de la Borgoña francesa como un regalo diplomático. Tiene una altura de 1,64 m, su peso casi alcanza los 210 kg y posee una capacidad de unos 1.100 litros, lo que la convierte en el mayor recipiente de bronce que se conserva del mundo antiguo. Además, se encuentra ricamente decorada con dos figuras de Medusa en las asas desmontables y una procesión de hoplitas y carros en el cuello.

En las cercanías de la tumba de Vix se encontraron dos estatuas fragmentarias de un hombre y una mujer sin cabeza, lo que sugiere que una representación de la princesa existió en algún momento. Diversos autores han planteado que la mujer enterrada en Vix hubiera sido una sacerdotisa, pero esta función religiosa no resulta incompatible con un posible papel como líder política de la dinastía gobernante en Mont Lassois.
Príncipe de Glauberg, s. V a. C. (Glauberg, Hesse, Alemania)
El yacimiento de Glauberg es un ejemplo destacado de los complejos lugares centrales existentes en el siglo V a. C. en la zona centro-occidental de Alemania. A los pies de su acrópolis fortificada fueron levantados dos túmulos funerarios principescos. El de mayores dimensiones ha sido reconstruido tras los trabajos arqueológicos desarrollados en la zona. Originalmente debió tener un diámetro de casi 50 m y una altura de 6 m, constituyendo así un punto de referencia en el paisaje circundante.
Este Túmulo 1 contenía dos tumbas de guerrero intactas que fueron extraídas en bloque y excavadas en un laboratorio. Los hallazgos realizados en la Tumba 1 sobresalen especialmente. Su cámara funeraria revestida de madera, de aproximadamente 2 x 1 m, contenía los restos de un varón de unos 30 años acompañado de un rico ajuar compuesto, entre otros elementos, por un torques o collar áureo, un anillo, un brazalete de oro, un escudo, una espada de hierro y una jarra de pico de bronce que contenía hidromiel. En 1996, en las excavaciones que se estaban llevando a cabo en el límite exterior del gran túmulo, aparecieron los restos de cuatro estatuas, una de las cuales estaba casi completa y representa a un jefe celta que porta gran parte del equipamiento encontrado en la Tumba 1.

Esta pieza elaborada en arenisca conserva aún 1,86 m de altura, a pesar de que los pies se hayan perdido. En la cabeza luce un singular tocado, posiblemente de cuero, con dos protuberancias probablemente representando hojas de muérdago. Al cuello porta un torques con tres colgantes, mientras que en los brazos luce varios brazaletes, un anillo y un escudo pequeño oval con umbo metálico. En el costado derecho lleva una espada y el pecho aparece recubierto por una coraza. En su estilo representativo se percibe la influencia del mundo mediterráneo. Muy probablemente constituye la representación de un ancestro heroizado o un antepasado mítico

Al sureste del Túmulo 1 se abren dos fosos paralelos de 350 m de largo, a modo de «avenida procesional», que lo conectan con un sistema de fosos y terraplenes que se extiende varios kilómetros por el paisaje. Dicho sistema posiblemente se levantó con la intención de separar el espacio sacro del mundo de los vivos.
Príncipe de Hochdorf, hacia el 540 a. C. (Hochdorf an der Enz, Baden-Württemberg, Alemania)
Durante los siglos VI-V a. C. en los alrededores de la residencia principesca de Hohenasperg, en las cercanías de Stuttgart, se levantaron numerosos túmulos funerarios, muchos de los cuales fueron saqueados en tiempos antiguos. Sin embargo, uno de ellos se encontraba tan aplanado por el paso del tiempo que su elevación del suelo era prácticamente imperceptible, lo que lo había protegido del expolio. Así, las excavaciones llevadas a cabo en dicho túmulo entre 1978 y 1979 bajo la dirección de Jörg Biel descubrieron uno de los enterramientos más ricos de la Edad del Hierro europea.
La cámara funeraria de madera, de unos 4,7 x 4,7 m, contenía los restos de un hombre de unos 40 años y 1,87 m de altura. El cuerpo se encontraba tendido sobre un diván de bronce (kliné) ricamente decorado, soportado por 8 figurillas femeninas sobre ruedas. Los adornos y vestimentas que recubrían el cuerpo del príncipe de Hochdorf demuestran el elevado estatus del difunto. A la altura del cuello lucía un torques de oro, en el brazo derecho un brazalete también de oro, en el pecho dos fíbulas áureas y en la cintura un cinturón de oro con una daga de bronce y hierro bañada en oro. Junto a la cabeza se encontraron los restos de un sombrero elaborado con corteza de abedul, una navaja de afeitar y un peine.

Sobre los pies había unas finas placas de oro que decoraban sus desaparecidos zapatos. A los pies de la kliné había un caldero de bronce de producción griega con capacidad para unos 500 litros, que originalmente contenía hidromiel y está decorado con tres leones alrededor del borde. En otra de las esquinas de la tumba se encontraba un carro de cuatro ruedas con un yugo y arneses, un cuchillo y una vajilla de bronce para nueve personas, entre otros elementos. Finalmente, en una de las paredes de la cámara había un juego de nueve cuernos de beber, el más grande de los cuales está realizado en hierro y tiene una capacidad de 5,5 litros, lo que demuestra la importancia de los ritos de comensalidad y los banquetes funerarios entre las élites de las comunidades hallstátticas.
La estatua de un guerrero hallada en el cercano lugar de Hirschlanden exhibe buena parte de los elementos encontrados en la tumba de Hochdorf, cuya posible estela no ha sido recuperada. El profesor Dirk Krausse ha interpretado este enterramiento como perteneciente a un pontifex maximus, en base al armamento simbólico y los elementos sacrificiales encontrados en la tumba.
Vercingétorix, hacia el 82 a. C. – 46 a. C. (Auvernia, Francia)
La guerra de las Galias (58-51 a. C.) tuvo su momento culminante en la batalla de Alesia (52 a. C.), en la que se enfrentaron las tropas comandadas por el general romano Julio César y los rebeldes galos liderados por Vercingétorix. Pero, mientras que conocemos en detalle la vida de César, apenas sabemos nada sobre el comandante de la insurrección gala.

Según el geógrafo griego Estrabón, Vercingétorix nació en el oppidum arverno de Gergovia. El suyo es un nombre compuesto que vendría a significar «rey supremo de los guerreros». Su padre Celtilo, según César, había tenido la supremacía de toda la Galia, pero había sido asesinado por sus propios conciudadanos al haber querido restablecer la realeza en su beneficio. Como comenta Laurent Olivier, en el momento en que Vercingétorix aparece mencionado en la obra de César, este último lo califica de adulescens, es decir, ya no es un niño, pero aún no es un hombre en edad de ejercer cargos públicos por lo que a principios del año 52 a. C. debía tener entre veinte y treinta años.
En el año 52 a. C. el ya poderoso Vercingétorix convoca a sus clientes y les incita a iniciar un levantamiento general contra los romanos. A continuación, envía embajadas a todas las tribus vecinas para que se unan a la insurrección. Ya se habían producido otras coaliciones militares galas anteriormente, la última diez años antes contra Ariovisto. En Bibracte, capital de los eduos, fue elegido comandante en jefe de una nueva y amplia coalición, en esta ocasión contra los romanos.

Según César, tras sufrir varias derrotas opta por llevar a cabo una guerra de guerrillas y una política de tierra quemada para tratar de debilitar y dejar sin suministros al ejército romano. Pero, tras la caída del oppidum biturige de Avaricum, donde cerca de 40.000 personas fueron exterminadas por los romanos, se retiraría a Gergovia para defenderla del ataque de César. El asalto romano terminó en una clara derrota. Finalmente, Vercingétorix trataría de defender el oppidum de Alesia, pero el eficaz sistema de asedio construido por los romanos y la derrota del ejército que acudió en su auxilio provocaron su rendición. Según el historiador romano Dion Casio, Vercingétorix fue ejecutado por orden de César al final del triunfo celebrado por su conquista de la Galia en el año 46 a. C.
* Este artículo fue originalmente publicado en la edición impresa de Muy Historia.