Así consiguió la India su ansiada independencia: un largo camino protagonizado por el pacifista Gandhi

“Cuando suene la hora de la medianoche, mientras el mundo duerma, India despertará a la vida y a la libertad”. Con estas palabras, pronunciadas por el primer ministro Jawaharlal Nehru ante el Parlamento del nuevo país, la India abría las puertas de su independencia. Era el 15 de agosto de 1947. Ese día significó para la India el inicio de su ansiada soberanía; para Gran Bretaña y para el resto del mundo fue el principio del fin de la época colonial
Recreación del líder pacifista indio Mahatma Gandhi. Foto: Midjourney/J.C. - Recreación del líder pacifista indio Mahatma Gandhi

Los primeros movimientos nacionalistas arrancaron a finales del siglo XIX y dieron pie, en 1885, a la fundación del Congreso Nacional Indio. Sin embargo, era un movimiento mayoritariamente hindú que no supo atraerse a las masas musulmanas. También era una iniciativa intelectual y de las clases altas que no conectó con el pueblo hasta la aparición de una figura histórica, Mahatma Gandhi. A él se debe que, en el camino hacia la independencia, no hubiera guerra ni revolución, pero sí un largo proceso de resistencia pacífica y de no colaboración con las autoridades coloniales.

Su estrategia dio resultado y la India alcanzó en 1947 su ansiada libertad. Tuvieron que pasar casi cuatro décadas de lucha política y de un laborioso trabajo de construcción de un sentimiento de unidad nacional que contrastaba con la tradicional fragmentación del país, acentuada por los casi dos siglos de ocupación británica.

La matanza de Amritsar

Al finalizar la Primera Guerra Mundial, el gobierno británico creyó que el terrorismo nacionalista podría activarse en cualquier momento en la India, por lo que prolongó muchos de los poderes de detención y procesos sin juicios que estuvieron en vigor durante la contienda. Esas medidas suscitaron la hostilidad de los hindús, cuyos líderes llamaron a la huelga y a la realización de marchas multitudinarias en las grandes ciudades. Algunas protestas derivaron en estallidos de violencia, lo que forzó al gobierno a imponer la ley marcial en varias zonas del país.

En la ciudad de Amritsar (Punyab), el general de la guarnición, Reginald Dyer, ordenó a sus tropas gurkhas disparar contra las multitudes que se habían congregado pacíficamente en el jardín Jallianwala Bagh. Tras la atronadora descarga de los fusiles, 370 manifestantes cayeron muertos y más de 1.000 resultaron heridos. Dyer justificó su acción señalando que los indios eran como niños que debían ser castigados severamente cuando eran traviesos, pero las reacciones condenatorias en el resto de la India no se hicieron esperar.

Masacre de Jallianwala Bagh
Este cuadro, que se halla en el Museo Central Sikh (Punyab, India), representa la masacre del Jallianwala Bagh, en la que soldados del ejército británico de la India abrieron fuego de forma indiscriminada contra una reunión desarmada de hombres, mujeres y niños. Foto: Álbum.

El novelista y dramaturgo bengalí Rabindranath Tagore, por ejemplo, renunció al título de sir (caballero) que le había otorgado el gobierno británico alegando que se ponía al lado de sus compatriotas, “que sufrían una degradación indigna de los seres humanos”.

Aparece Gandhi

Además de simbolizar la brutalidad del gobierno colonial británico, aquella matanza ocurrida el 13 de abril de 1919 impulsó el movimiento independentista. En esos días irrumpió con fuerza la figura de Mohandas Gandhi (llamado más tarde Mahatma, “alma grande”). Gandhi, nacido en una familia de la casta vaisia (comerciante) de Porbandar, en el estado principesco de Kathiawar, se hizo abogado en Inglaterra y vivió muchos años en Sudáfrica. Allí utilizó por primera vez la lucha no violenta para defender los derechos de la comunidad hindú. Tras regresar a su país, entró en el Congreso Nacional Indio, también conocido como Partido del Congreso, del que pronto se convirtió en líder. Con él puso en marcha su peculiar método de lucha, la satyagraha (insistencia en la verdad), que consistía en combatir por los derechos propios sin violentar al adversario.

Retrato de Gandhi con 24 años
Retrato de Gandhi cuando era un joven abogado de 24 años. Tras haber estudiado en Londres y ejercido la abogacía en Sudáfrica, Mohandas Karamchand Gandhi (1869- 1948) regresó a su país en 1915, reconocido ya como un destacado activista de los derechos sociales. Foto: Getty.

Gandhi encabezó la cruzada por la independencia abanderando la consigna de no cooperación con el Raj británico (en hindi, raj significa gobierno). Para lograr ese objetivo organizó huelgas, manifestaciones y campañas de desobediencia civil. Mahatma siempre unió religión y política, lo que le granjeó un gran éxito en un país marcado por decenas y decenas de deidades y rituales religiosos. Sin embargo, a la larga, ese excesivo espiritualismo chocó con la realidad de una nación que pretendía entrar en la modernidad.

Nehru, la otra cara de la moneda

La India pacífica y rural que proponía Gandhi estaba muy lejos de la que tenían en mente los tecnócratas y políticos del Partido del Congreso, como Jawaharlal Nehru, hijo de un rico abogado nacionalista que estudió en el Trinity College de Cambridge y cursó la carrera de Derecho en Inner Temple, Londres. Nehru y Gandhi eran las caras opuestas de la misma moneda. A diferencia de Mahatma, Nehru tenía una visión de la vida más pragmática y se sentía cercano al socialismo inglés de la época.

Su objetivo era crear una India moderna y en algunos aspectos similar a la Rusia socialista. “No veo ninguna manera de acabar con la pobreza, el vasto desempleo, la degradación y el sometimiento del pueblo de la India si no es a través del socialismo. Esto supone grandes y revolucionarios cambios en nuestra estructura política y social”, afirmó en un discurso en 1936. A pesar de todo, el que años después sería el primer dirigente de la India independiente reconoció que Gandhi era un hombre importante en el camino hacia la independencia.

Jawaharlal Nehru
En la imagen, Jawaharlal Nehru (1889- 1964) con 58 años, siendo ya primer ministro de la India independiente. Su padre era un dirigente del Congreso Nacional Indio, su hermana fue la primera mujer que desempeñó un puesto en el gobierno indio y su hija sería primera ministra. Foto: Getty.

De hecho, Nehru y muchos pragmáticos como él acataron con entusiasmo el movimiento de no cooperación que puso en marcha Mahatma en 1921. Por el contrario, Londres y el Raj británico nunca supieron cómo responder a ese desafío. “A los terroristas revolucionarios se les podía meter en la cárcel durante años. Pero la no cooperación de Gandhi era una novedad desconcertante y los británicos, en un principio, no supieron cómo responder”, afirman los historiadores estadounidenses Barbara D. Metcalf y Thomas R. Metcalf en su libro Historia de la India.

Gandhi había ideado ese estilo de protesta para hacer sentir a los británicos que estaban infringiendo sus propios principios morales si procedían contra él y sus partidarios con la fuerza de las armas.

El Congreso Nacional Indio

El Partido del Congreso estaba compuesto mayoritariamente por hindúes de clase media y alta. Los musulmanes, que eran minoría, se desligaron del partido, con el que siempre se mostraron insatisfechos, y formaron la Liga Musulmana, que encabezó Muhammad Ali Jinnah a partir de 1913. Este abogado de Bombay comprendió que los musulmanes iban a ser minoría en la futura India independiente, por lo que comenzó a reclamar la formación de un país para ellos (el futuro Pakistán).

En 1939, el virrey Lord Linlithgow anunció la entrada de la India en la Segunda Guerra Mundial sin tener en cuenta a los dirigentes indios. En 1942, en plena guerra y molestos por esta decisión, los miembros del Congreso Nacional Indio se negaron a colaborar con los ingleses y pusieron en marcha el movimiento Quit India. Era la campaña definitiva de Gandhi: “Abandonen la India”. Hubo huelgas y detenciones masivas. Y algo quedó muy claro: no habría vuelta atrás.

Movimiento Abandonad la India
Ante una gran multitud, el 8 de agosto de 1942 en el parque Gowalia, Gandhi puso en marcha su movimiento ‘Abandonad la India’. Foto: Getty.

En pocos días, todos los líderes del partido fueron detenidos y encarcelados. El historiador británico Eric Hobsbawn cree que esa rebelión del Congreso no fue tan dañina para los británicos como la que encabezó el izquierdista Subhás Chandra Bose, que reclutó a cincuenta y cinco mil soldados indios para combatirles y lograr que los japoneses apoyaran la independencia de su país.

Mientras los hombres de Chandra Bose acechaban en la frontera norte y los miembros del Partido del Congreso se pudrían en las cárceles británicas, los integrantes de la Liga Musulmana tuvieron el camino expedito para medrar en la sombra y crear los cimientos de la nación que querían poner en pie para los suyos. Este partido, que apenas controlaba un cuarto de los escaños reservados a los musulmanes, fue clave en las negociaciones para lograr la independencia.

Independientes, pero divididos

Al concluir la Segunda Guerra Mundial, Winston Churchill convocó elecciones generales, que se celebraron el 5 de julio de 1945 y dieron como vencedores a los laboristas. El nuevo gobierno encabezado por el primer ministro Clement Attlee decidió otorgar la independencia a la India, siendo Lord Mountbatten, el último virrey, quien negoció el traspaso de poderes con el Partido del Congreso y la Liga Musulmana.

El 15 de agosto de 1947, Jawaharlal Nehru, que se había convertido en el primer ministro del país, izó la bandera nacional en la puerta de Lahore del Fuerte Rojo de Nueva Delhi. Era el acto de proclamación oficial de la independencia de la India. Aunque Gandhi trató de evitarlo, el país se dividió en dos naciones: India y Pakistán.

Tiranga, la bandera tricolor de la India
Nehru presentando la bandera nacional de la India el 30 de julio de 1947. El color azafrán simboliza sacrificio y espíritu de renuncia, el blanco, pureza y verdad, y el verde, fe y fertilidad. Foto: Getty.

El problema es que hindúes y musulmanes vivían mezclados en casi todas las regiones del país. A esa dificultad se añadió otra: los musulmanes eran mayoría en los dos extremos de la India (en Bengala en el este y en torno al río Indo en el oeste). Por esa razón se creó un país dividido en dos partes: Pakistán Occidental, de lengua urdu y punyabí, y Pakistán Oriental, de lengua y cultura bengalí. Aquel desmembramiento desembocó en el estallido de violentos disturbios entre las dos etnias en el norte del país.

Consecuencias de la partición

Los hindúes de Pakistán emigraron a la India y los musulmanes que vivían en la India huyeron a Pakistán Occidental y Oriental, provocando el mayor movimiento migratorio de la historia de la humanidad y un conflicto territorial en el subcontinente que no se ha resuelto todavía. En apenas dos años, 15 millones de personas cruzaron las fronteras de los dos nuevos países para huir de los ataques de la población dominante. Cientos de miles murieron en ataques brutales organizados por los radicales de ambos bandos.

El 15 de agosto de 1947, Gandhi logró frenar la violencia, pero cinco meses más tarde fue asesinado en Nueva Delhi por un extremista hindú que le reprochaba la protección que prestaba a los musulmanes y le culpaba de la división del país, lo que no era verdad ya que Mahatma estaba en contra de la partición de la India.

Gandhi visita a refugiados musulmanes en 1947
En esta fotografía tomada el 22 de septiembre de 1947 en Purana Qila (Nueva Delhi), Mahatma Gandhi visita a refugiados musulmanes que van a partir hacia Pakistán. Cuatro meses después sería asesinado por un extremista hindú que le reprochaba la protección a los musulmanes. Foto: Getty.

El balance final de la partición fue terrible. Durante el proceso migratorio de hindúes y musulmanes, cerca de tres millones de personas desaparecieron en los violentos ataques que se produjeron en 1947. La mayoría de las familias que cambiaron de país ocuparon las viviendas de los que habían huido a otros territorios. Los que se negaron a abandonar sus hogares sufrieron la violencia de sus vecinos, un problema que reaparece intermitentemente en ambos países.

El Pakistán que quedó dividido en dos naciones, la parte occidental y la oriental, separadas por la India y con culturas muy diferentes, padeció una cruenta guerra civil en 1971 que culminó con la independencia de la zona oriental, que pasó a llamarse Bangladés. Tres guerras –dos de ellas en Cachemira (territorio indio reclamado por Pakistán)–, millones de muertos y armamento nuclear para ambos han marcado la historia de India y Pakistán, dos países enfrentados por la religión y por los límites geográficos. En 2004, ambos firmaron lo que llamaron ‘proceso de paz’, pero el diálogo se ha visto interrumpido en varias ocasiones.

Mapa de la India
Mapa del subcontinente indio, con Pakistán y Bangladés separados por la India. Foto: Shutterstock.

Primeros pasos hacia la libertad

El día 15 de agosto de 1947, cuando las agujas del reloj marcaban las 00:00 horas, la que ahora es la democracia más poblada del planeta conseguía su independencia en medio del entusiasmo popular. Jai Hind (victoria para la India) fue el grito más escuchado. La definitiva Constitución se promulgó en 1949 y al año siguiente se proclamó la República de la India. El largo viaje hacia la libertad había terminado para este país y comenzaba una etapa plagada de retos, muchos de los cuales siguen sin resolverse en este arranque del siglo XXI.

Como primer ministro, Nehru integró a la India en el Movimiento de Países No Alineados, agrupación de Estados que durante la Guerra Fría conservaron su neutralidad frente a las dos superpotencias: Estados Unidos y la Unión Soviética. El primer ministro también tuvo que integrar en la nueva república a los 562 estados gobernados por los maharajás, algunos de escaso territorio y otros tan extensos como un país me dio europeo. La operación se llevó a cabo a cambio de una renta vitalicia y de poder conservar uno de sus palacios para vivir.

En realidad, los maharajás hicieron un pésimo negocio, ya que en 1971 Indira Gandhi les retiraría todos los apoyos financieros.

Indira Gandhi
Líder del Partido del Congreso, Indira Gandhi fue primera ministra de la India entre 1966 y 1977 y desde 1980 hasta su asesinato en 1984. Hija de Jawaharlal Nehru, tomó el apellido de su marido, que nada tenía que ver con el Mahatma. Foto: Getty.

En los diecisiete años que se mantuvo en el poder, Nehru consolidó la nueva democracia e introdujo a su país en la senda de la modernidad, aunque no pudo resolver el gravísimo problema de pobreza que padecían millones de hindúes. Cuando falleció en mayo de 1964, le sucedió como primera ministra su hija Indira Gandhi, que adoptó el apellido de su marido.

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