Durante milenios, la ciudad de Peñico permaneció oculta bajo capas de tierra en el valle de Huaura, al norte de Lima. Solo ahora, más de 3 500 años después de su fundación, el tiempo ha comenzado a devolverle su protagonismo. Situada a unos 12 kilómetros de la Sagrada Ciudad de Caral, Peñico fue un enclave urbano de gran relevancia durante los siglos que siguieron al ocaso de Caral (la que se considera la civilización más antigua de América).
Ubicada sobre una terraza fluvial a 600 metros de altitud y rodeada de montañas imponentes, las sucesivas campañas arqueológicas en la ciudad precolombina han permitido reconstruir su historia. Así, el equipo arqueológico ha logrado recuperar el trazado urbano, así como numerosos vestigios arquitectónicos que la convierten en una pieza clave para entender la evolución de las sociedades andinas tras el colapso de Caral.
La ciudad que surgió del colapso
Caral, que floreció hacia el 3000 a.C., se abandonó siglos después a causa de una serie de eventos climáticos catastróficos que afectaron la producción agrícola. Lejos de implicar un final abrupto para las sociedades de la región, este colapso propició una transformación profunda. En ese nuevo escenario emergió Peñico, ya no como heredera directa de Caral, sino como una ciudad capaz de articular nuevas formas de organización, intercambio y vida.
Fundada entre los años 1800 y 1500 a.C., Peñico representa una continuidad dinámica del legado de Caral, adaptada a nuevas condiciones sociales y geográficas. El asentamiento demuestra que se recuperaron y renovaron antiguas tradiciones integrando aportes de otras regiones y apostando por la construcción de una red compleja de relaciones interregionales.

Un urbanismo planeado para el ritual y la administración
Las excavaciones realizadas en los últimos ocho años han permitido identificar 18 estructuras distribuidas en una extensión aproximada de 17 hectáreas. Las imágenes aéreas muestran una ciudad con un urbanismo bien planificado, con una plaza central que sirvió de eje para articular diversos edificios ceremoniales, administrativos y residenciales.
Uno de los hallazgos más significativos es el llamado Edificio Público Mayor, compuesto por varios sectores interconectados. Entre ellos destaca una estructura ceremonial en forma de U, conocida como B2, que albergaba relieves de pututus, instrumentos de viento fabricados con conchas marinas. Estas representaciones funcionaban como símbolos de poder ideológico y comunicación social, lo que confirma la función política y ceremonial de este espacio.

La vida cotidiana en una ciudad precolombina
Según han podido verificar los arqueólogos, los vestigios recuperados en Peñico muestran una comunidad compleja, articulada en torno a la agricultura, el comercio y la religión. Objetos como esculturas de barro con formas antropomorfas y zoomorfas, collares hechos con cuentas de hueso y arcilla, conchas marinas y utensilios rituales hablan de un universo con complejas valencias simbólicas.
Peñico también sirvió como un nodo comercial estratégico. Desde la costa llegaban pescado seco, sal y moluscos; desde los Andes, papas, minerales y tejidos; y desde la selva, plumas exóticas, plantas medicinales y productos rituales. Tal intercambio respondía tanto a las necesidades materiales como a una lógica de poder, en la que el prestigio se construía mediante el acceso a objetos de valor.
Así, entre los recursos más apreciados figuraba la hematita, un mineral de color rojizo que tenía gran carga simbólica en la cosmovisión andina. Las elites controlaban su circulación era controlada por las élites, y su presencia en Peñico indica la participación activa de esta ciudad en las redes de poder regionales.

El renacer de una ciudad milenaria
Tras un largo e intenso proceso de excavación, investigación y puesta en valor, el 12 de julio de 2025, Peñico abrió sus puertas al público. En el acto inaugural se celebró el primer Peñico Raymi, una ceremonia ritual dedicada a la Pachamama. Con danzas tradicionales, ofrendas a la tierra y presentaciones artísticas, la fiesta se convirtió en una reivindicación del vínculo entre pasado, presente y territorio. En ella, además, participaron las comunidades locales, que hoy constituyen el núcleo humano del proyecto arqueológico. De hecho, el 80 % del equipo de trabajo del yacimiento pertenece a las poblaciones aledañas, que se han formado como técnicos, guías e investigadores comunitarios.
Tecnología, educación y memoria
El proyecto de musealización del sitio ha recurrido a recursos tecnológicos de vanguardia. Uno de los espacios más destacados es el llamado “túnel de ciencia y tecnología andina”, que incluye paneles informativos, maquetas, dioramas y estaciones de realidad virtual. Los visitantes pueden recorrer digitalmente la antigua ciudad y explorar sus templos, plazas y residencias tal como pudieron verse hace milenios.
La iniciativa no solo apuesta por el turismo, sino también por la educación patrimonial. Se busca fomentar un modelo de desarrollo sostenible centrado en la identidad cultural, donde la protección del pasado se convierta en el motor del futuro. Peñico se integra, de este modo, a la ruta arqueológica del norte de Perú, junto a Caral, Áspero y otros enclaves relevantes.

Peñico en el marco de la historia andina
Como ha apuntado el equipo responsable de la excavación, Peñico no operó como un simple satélite de Caral. Su posición en una red de intercambios regional, así como su sofisticación urbana y cultural, convierten la ciudad en un punto clave para entender el tránsito entre los grandes centros del Periodo formativo inicial y las configuraciones posteriores de los Andes centrales. Ofrece evidencia concreta de cómo las sociedades precolombinas loraron reorganizarse de manera eficaz tras las crisis climáticas, manteniendo vivas sus tradiciones mientras innovaban en lo político y lo económico.
La ciudad también invita a repensar la noción de colapso. Lo que antes se interpretaba una desaparición abrupta, hoy se percibe como una transformación cultural, una reconfiguración creativa del espacio y del poder. Después de más de 3500 años, Peñico vuelve a formar parte activa del paisaje cultural peruano. Su redescubrimiento se ha convertido, además, en un triunfo del diálogo entre memoria ancestral y comunidad viva.
Referencias
- Palomba, Asia London. 2025. "Archaeologists Unveil a 3,500-Year-Old City in Peru That Sheds Light on the Caral Culture". Smithsonian Magazine. URL: https://www.smithsonianmag.com/smart-news/archaeologists-unveil-a-3500-year-old-city-in-peru-that-sheds-light-on-the-caral-culture-180986944/
- Zona arqueológica Caral. URL: https://www.facebook.com/CARALPERU/