La ardilla, a pesar de su simpática apariencia, no es el mejor animal que puedes tener en casa como mascota. Quizá hayas sopesado muy bien la situación y estés muy decidido a adoptar una pero si no es así y te das cuenta de que lo tuyo realmente es un capricho, debes saber que este animal no es especialmente sociable con las personas (no les gusta que se las manipule ni que se las acaricie como si fuera un perro o un gato) y que no convive bien con otros integrantes del mundo animal. Estamos hablando de un animal frágil que está desaconsejado en hogares con niños y cuyo cuidado es más laborioso que el de otras mascotas. Si no lo tienes claro o ya hay animales en casa, es mejor que deseches la idea. Piensa que después te puedes echar atrás y abandonar al animal en ningún caso será una solución válida.
Consideraciones antes de tener una ardilla como mascota
La ardilla, con su apariencia simpática y enérgica, ha capturado el interés de muchos como posible mascota. Sin embargo, antes de tomar la decisión de acoger una en casa, es esencial conocer los aspectos fundamentales de su cuidado y las particularidades de su comportamiento. Las ardillas, especialmente la coreana, requieren un entorno adecuado y un manejo cuidadoso para asegurar su bienestar. En este artículo, exploraremos las consideraciones necesarias para tener una ardilla como mascota, desde el espacio que necesitan hasta su alimentación y salud.
La ardilla coreana: la más común
La ardilla coreana, también conocida como ardilla listada, es la especie más común que se mantiene como mascota. Este pequeño roedor, que pertenece a la familia Sciuridae, tiene un peso que oscila entre los 72 y 120 gramos y puede vivir de 8 a 12 años. Su color castaño con rayas negras o marrón oscuro la hace fácilmente reconocible. A diferencia de otras mascotas, la ardilla coreana es un animal diurno, lo que significa que es más activa durante el día. Alcanza su madurez sexual alrededor de los 11 meses, y es importante entender su ciclo de vida para proporcionarle un cuidado adecuado.
A pesar de su popularidad, las ardillas coreanas no son animales que se hayan domesticado completamente. Esto implica que no han sido criadas selectivamente para la convivencia con humanos, lo que puede influir en su comportamiento y necesidades. Es fundamental tener en cuenta que estas ardillas no disfrutan del contacto físico excesivo y pueden estresarse fácilmente si se les manipula demasiado. Por lo tanto, es vital respetar su naturaleza y proporcionarles un entorno que imite su hábitat natural lo más posible.

Recomendaciones sobre la adquisición
Al considerar la adquisición de una ardilla como mascota, es crucial evitar criadores no homologados y fuentes no confiables, como ventas por Internet. Las ardillas pueden ser portadoras de enfermedades, incluida la rabia, por lo que es esencial asegurarse de que provengan de un entorno seguro y controlado. Adoptar a través de una protectora de animales es una opción más ética y segura. Las protectoras no solo se aseguran de que las ardillas estén sanas, sino que también proporcionan información valiosa sobre su cuidado.
Además, es importante no separar a una ardilla de su madre antes de los dos meses de vida. Durante este tiempo, las crías aprenden comportamientos esenciales para su supervivencia. Si se adquiere una ardilla demasiado joven, puede enfrentar problemas de socialización y salud. Por lo tanto, la paciencia y el compromiso son fundamentales al considerar tener una ardilla como mascota.
Espacio y ambiente adecuado para una ardilla
El tamaño ideal de la jaula
El espacio es un factor crucial en el bienestar de una ardilla. La jaula debe ser lo suficientemente grande para permitirle moverse libremente y realizar actividades naturales como trepar y explorar. Para una sola ardilla, se recomienda una jaula con un mínimo de 1,20 metros de altura y 60 centímetros de profundidad. Si se planea tener más de una ardilla, es necesario aumentar el tamaño de la jaula para evitar el estrés y las peleas entre ellas.
La Asociación Protectora de Pequeños Animales La Madriguera sugiere utilizar jaulas diseñadas para pájaros exóticos pequeños, ya que suelen ser más espaciosas que las convencionales para ardillas. Es fundamental que la jaula tenga una estructura sólida y segura para prevenir escapes y proteger a la ardilla de posibles peligros externos. Además, debe colocarse en un lugar tranquilo y alejado de corrientes de aire y temperaturas extremas.
Elementos esenciales dentro de la jaula
Dentro de la jaula, es esencial proporcionar elementos que imiten el entorno natural de la ardilla. Las casitas de madera son indispensables, ya que ofrecen un refugio seguro donde la ardilla puede descansar, hibernar y almacenar alimentos. Se recomienda colocar al menos dos casitas de nidificación a diferentes alturas y separadas por un mínimo de 20 centímetros para fomentar la actividad y el ejercicio.
Las ramas de árboles frutales, como el manzano o el peral, son ideales para que la ardilla trepe y roa, actividades que son naturales para ellas. Sin embargo, se deben evitar las ramas de pino, cedro, nogal y melocotonero, ya que pueden ser tóxicas. Además, es importante incluir juguetes seguros que estimulen la curiosidad de la ardilla y le proporcionen entretenimiento.

Necesidad de un ambiente seguro y amplio
Las ardillas son animales activos y curiosos que requieren un ambiente seguro y amplio para explorar. Aunque la jaula es su principal espacio de residencia, es vital permitirles tiempo fuera de ella para ejercitarse y satisfacer su curiosidad natural. Antes de soltar a la ardilla, asegúrate de que el área esté libre de peligros, como cables eléctricos expuestos o ventanas abiertas por las que pueda escapar.
La supervisión constante es crucial para evitar accidentes y garantizar que la ardilla no se lastime. Las puertas y ventanas deben estar cerradas o protegidas con mallas para evitar escapes. Proporcionar un entorno seguro no solo promueve la salud física de la ardilla, sino que también contribuye a su bienestar mental al ofrecerle oportunidades para explorar y jugar.
Alimentación de la ardilla
Pienso específico y alimentos prohibidos
La alimentación adecuada es fundamental para el bienestar de una ardilla. El pienso específico para ardillas debe constituir la base de su dieta, ya que está formulado para satisfacer sus necesidades nutricionales. Es importante invertir en pienso de calidad, ya que una alimentación inadecuada puede llevar a problemas de salud a largo plazo. Además del pienso, se pueden ofrecer frutas y verduras frescas como complemento.
Existen ciertos alimentos que están prohibidos para las ardillas debido a su toxicidad. Estos incluyen la leche de vaca, el chocolate, las plantas de tomate, los dulces, el pescado y la carne. Estos alimentos pueden causar problemas digestivos y otros problemas de salud graves. Por lo tanto, es esencial informarse bien sobre qué alimentos son seguros y cuáles deben evitarse para mantener a la ardilla sana.
Comederos y bebederos adecuados
Los comederos para ardillas deben ser estables y difíciles de volcar para evitar derrames de alimentos. Se recomienda utilizar cuencos de cerámica, ya que son pesados y menos propensos a ser volcados por la ardilla. Es aconsejable tener dos comederos: uno para el pienso seco y otro para las frutas y verduras frescas.
El bebedero debe ser de tipo biberón, similar a los utilizados para roedores, para mantener el agua limpia y evitar que se ensucie con restos de comida o lecho. Es importante lavar el bebedero al menos una vez a la semana para prevenir la acumulación de bacterias y asegurar que la ardilla tenga acceso a agua fresca en todo momento.
Comportamiento y manejo de la ardilla

Interacción limitada: por qué no tocar demasiado
Las ardillas no son animales que disfruten del contacto físico frecuente como los perros o los gatos. Manipularlas demasiado puede causarles estrés y ansiedad, lo que puede afectar negativamente su salud y comportamiento. Es importante respetar su espacio personal y permitirles interactuar a su propio ritmo.
Para fomentar la confianza, se puede ofrecer comida a mano, lo que permitirá que la ardilla se acerque voluntariamente. Este enfoque ayuda a establecer una relación positiva sin imponer contacto físico no deseado. Es esencial observar las señales de incomodidad de la ardilla y actuar en consecuencia para evitar situaciones estresantes.
Precauciones en hogares con niños
Las ardillas no son la mejor opción de mascota en hogares con niños pequeños. Su naturaleza asustadiza y la aversión al contacto físico pueden llevar a situaciones estresantes tanto para la ardilla como para el niño. Los niños pueden no entender las señales de estrés de la ardilla y tratar de manipularla de manera inapropiada, lo que puede resultar en mordiscos o arañazos.
Si se decide tener una ardilla en un hogar con niños, es fundamental educar a los pequeños sobre el comportamiento adecuado alrededor de la ardilla. Supervisar las interacciones y establecer límites claros puede ayudar a prevenir accidentes y asegurar que tanto la ardilla como los niños estén seguros.
Convivencia con otras mascotas
Las ardillas no suelen llevarse bien con otras mascotas comunes como perros, gatos y loros. Estos animales pueden ver a la ardilla como una presa o un intruso, lo que puede llevar a situaciones peligrosas. Por lo tanto, es importante evaluar cuidadosamente la dinámica del hogar antes de introducir una ardilla.
Si ya hay mascotas en casa, se debe crear un entorno seguro donde la ardilla pueda vivir sin la amenaza de otros animales. Esto puede implicar mantener a las mascotas separadas o supervisar cuidadosamente cualquier interacción. La seguridad y el bienestar de la ardilla deben ser siempre la prioridad.
Exploración fuera de la jaula
Permitir que la ardilla explore fuera de su jaula es esencial para su bienestar físico y mental. Sin embargo, es crucial hacerlo de manera controlada para evitar accidentes. Antes de dejar que la ardilla salga de la jaula, asegúrate de que el área esté libre de peligros potenciales y que todas las puertas y ventanas estén cerradas.
La exploración supervisada permite que la ardilla ejercite sus habilidades naturales y reduzca el aburrimiento, lo que puede llevar a comportamientos destructivos. Proporcionar un entorno enriquecido con juguetes y estructuras para trepar puede ayudar a mantener a la ardilla activa y estimulada.
Salud y cuidados veterinarios

Visitas veterinarias y prevención de enfermedades
Las ardillas requieren atención veterinaria regular para asegurar su salud a largo plazo. Se recomienda llevar a la ardilla a un veterinario especializado en animales exóticos al menos una vez al año para un chequeo general. Estos chequeos pueden ayudar a identificar y tratar problemas de salud comunes, como enfermedades parasitarias, infecciones y problemas dentales.
La prevención es clave para mantener a la ardilla sana. Esto incluye proporcionar una dieta equilibrada, mantener un ambiente limpio y seguro, y observar cualquier cambio en el comportamiento o la apariencia de la ardilla que pueda indicar un problema de salud. La detección temprana y el tratamiento adecuado pueden prevenir complicaciones graves.
Cuidados de las crías de ardilla
El cuidado de las crías de ardilla requiere atención especial. Durante las primeras cinco semanas de vida, las crías deben ser dejadas en paz para permitirles desarrollarse adecuadamente. Es importante proporcionar un entorno cálido y seguro, así como una dieta adecuada que satisfaga sus necesidades nutricionales.
A partir de las cinco semanas, las crías comenzarán a abrir los ojos y explorar su entorno. En este punto, se pueden introducir gradualmente nuevos alimentos, asegurándose de que sean apropiados para su edad y estado de desarrollo. Es crucial evitar manipular demasiado a las crías, ya que el estrés puede afectar su crecimiento y salud.
Reproducción y comportamiento durante la hibernación
Consideraciones sobre la reproducción
Las ardillas alcanzan la madurez sexual entre los seis y doce meses de vida. Las hembras pueden quedar embarazadas y tienen un período de gestación de aproximadamente 30 días. Normalmente, una camada consta de tres o cuatro crías. Es importante proporcionar un entorno tranquilo y seguro para la madre durante el embarazo y después del parto.
El estrés puede tener un impacto negativo en la madre y sus crías, por lo que es esencial minimizar las perturbaciones durante este tiempo. Si no se desea criar ardillas, es recomendable mantener a los machos esterilizados para evitar embarazos no planificados.
Agresividad durante la hibernación
Durante la hibernación, que generalmente ocurre entre octubre y abril, las ardillas pueden volverse más agresivas y territoriales. Este comportamiento es natural y está relacionado con la protección de sus recursos y la preparación para el invierno. Es importante ser consciente de estos cambios de comportamiento y ajustar el manejo de la ardilla en consecuencia.
Proporcionar suficiente alimento y un refugio adecuado puede ayudar a reducir el estrés durante la hibernación. Evitar manipular a la ardilla durante este tiempo puede prevenir mordiscos y otros comportamientos agresivos. Comprender y respetar las necesidades de la ardilla durante la hibernación es crucial para su bienestar.
Referencias
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