El cambio climático, un fenómeno que ha catalizado debates globales y movilizado acciones internacionales, emerge como uno de los desafíos más apremiantes de nuestro tiempo. A lo largo de las últimas décadas, la evidencia científica ha solidificado una realidad ineludible: el cambio climático es una consecuencia directa de la actividad humana, particularmente de la emisión de gases de efecto invernadero.
Voces discordantes siguen apareciendo ocasionalmente, rechazando la realidad científica y buscando atajos, al margen del conocimiento riguroso, para negar lo que es, de hecho, más que evidente. No es raro —aunque, afortunadamente, cada vez menos habitual— que algunos medios propongan enfrentamientos dialécticos entre expertos y negacionistas del cambio climático, situándolos en igualdad de condiciones y creando la falsa percepción en el espectador de que son una muestra real de la comunidad científica.
Sin embargo, existe un consenso científico global. Una perspectiva que ilustró, muy irónicamente, el presentador estadounidense John Oliver en su programa Last Week Tonight, de HBO, en mayo de 2014, con su “debate estadísticamente representativo sobre cambio climático” en colaboración con el famoso divulgador científico Bill Nye.

El clima está cambiando, y la causa es humana
El clima es una entidad cambiante, a lo largo de la historia de la Tierra, este pequeño mundo azul y verde, ha pasado por muchos climas distintos. Que actualmente el clima está cambiando es hoy innegable; basta con observar los registros de temperatura media, precipitaciones, o los cambios de comportamiento de muchos seres vivos cuya actividad está ligada al clima.
¿Pero es realmente un cambio causado por el ser humano? La respuesta es afirmativa, y también, rotunda. Innumerables investigaciones exhaustivas y análisis detallados han concluido que el cambio climático que estamos presenciando no es un fenómeno aislado ni explicable exclusivamente por causas naturales.
Con su meticulosa recopilación y análisis de datos, el Informe del IPCC de 2021 ilustra de manera concluyente cómo las actividades humanas, particularmente las emisiones de gases de efecto invernadero, han alterado el clima de la Tierra. Entre las páginas del informe se muestra, de manera gráfica y contundente, cómo las temperaturas globales en superficie, durante los últimos 170 años, se alinean estrechamente con las simulaciones que incorporan factores humanos y naturales, divergiendo de las que solo consideran influencias naturales. Esta gráfica funciona, casi, como un ejemplo paradigmático de la realidad climática imperante.

En la gráfica se observa la evolución real de la temperatura global media en superficie desde el año 1850 hasta 2020, que describe la línea negra continua respecto a la media de 1850 a 1900. Además, se incorporan dos líneas más, elaboradas a partir de datos obtenidos mediante complejos modelos climáticos; la línea verde representa las variaciones climáticas que predice el modelo si el clima dependiera exclusivamente de factores naturales, como la actividad solar y el vulcanismo; la línea marrón representa las predicciones del modelo cuando, además de las variaciones naturales, se incluye la actividad humana en la ecuación. La enorme similitud entre esta última línea de valores y los datos reales observados dejan poco lugar a duda.

Un consenso científico sobre el que hay consenso
El término ‘consenso científico’ a menudo se confunde con una mera opinión generalizada. Sin embargo, este consenso sobre el cambio climático antropogénico es el resultado de un proceso meticuloso de investigación, revisión por pares y evaluación crítica de la comunidad científica global, no es, por tanto, una creencia arbitraria. Este riguroso proceso ha llevado a un conocimiento firme y compartido.
Actualmente, el consenso sobre el cambio climático antropogénico comprende al 97,3 % de la comunidad científica general, y llega casi al 100 % entre los científicos especializados en clima y meteorología. Aún más revelador es, en palabras del investigador John Cook, de la Universidad de Queensland (Australia), y sus colaboradores, que existe un ‘consenso sobre este consenso’. En otras palabras, no solo hay un acuerdo generalizado sobre que el cambio climático es causado por el ser humano, además hay una concordancia abrumadora sobre la solidez y fiabilidad de este consenso. Esta doble capa de acuerdo fortalece aún más la validez del consenso científico como una base sólida de conocimiento.

Impacto del consenso científico en la percepción pública
La forma en que la sociedad entiende y responde al cambio climático está intrínsecamente ligada a cómo se comunica y percibe el consenso científico. Un aspecto interesante de esta dinámica es cómo se presenta la información sobre el cambio climático en los medios de comunicación y en foros públicos.
A menudo, la cobertura mediática crea una percepción de debate o desacuerdo dentro de la comunidad científica, lo que conduce a una comprensión errónea del grado de consenso real. Combatir esta desinformación es esencial, ya que la percepción pública del consenso puede influir notablemente en la disposición a apoyar las políticas de mitigación del cambio climático y a adoptar comportamientos más sostenibles.

La educación y la divulgación son herramientas poderosas en este frente. Proporcionar información clara y accesible y destacar la evidencia abrumadora que respalda la influencia humana en el cambio climático, puede fomentar una mayor conciencia y comprensión; así como a una mayor aceptación pública de la necesidad urgente de acciones colectivas para enfrentar este desafío global.
Por tanto, el impacto del consenso científico supera los círculos académicos y se extiende a la esfera pública, donde su influencia es fundamental para moldear las respuestas sociales y políticas al cambio climático. Al educar y concienciar sobre este consenso, promovemos un enfoque más informado y proactivo para abordar los desafíos ambientales que enfrentamos.
Referencias:
- Cook, J., Nuccitelli, D., et al. 2016. Quantifying the consensus on anthropogenic global warming in the scientific literature. Environmental Research Letters, 8. DOI: 10.1088/1748-9326/8/2/024024
- Cook, J., Oreskes, N., et al. 2016. Consensus on consensus: a synthesis of consensus estimates on human-caused global warming. Environmental Research Letters, 11(4), 048002. DOI: 10.1088/1748-9326/11/4/048002
- Copernicus Climate Change Service. 2024. Copernicus: 2023 is the hottest year on record, with global temperatures close to the 1.5°C limit.
- IPCC. 2021. Climate Change 2021: The Physical Science Basis. Cambridge University Press.
- Maslin, M. 2021. Evidence for climate change. Climate Change: A Very Short Introduction. DOI: 10.1093/actrade/9780198867869.003.0003
- Oreskes, N. 2004. The Scientific Consensus on Climate Change. Science, 306, 1686-1686. DOI: 10.1126/SCIENCE.1103618