Kublai Kan (1215-1294), quinto Gran Kan del Imperio mongol y primer emperador chino de la dinastía Yuan, gobernó el imperio más grande y populoso de la historia con una visión muy cosmopolita. El Kan siempre había mostrado gran interés por culturas diferentes a la suya, por lo que permitió la llegada de personalidades de distintas partes del mundo a su corte. Además de satisfacer su curiosidad, parte de la información que obtenía sobre sus lugares de origen la usó para aplicar novedades en su forma de gobierno. Esa apertura hacia los «extranjeros» fue la que permitió la llegada del mercader veneciano Marco Polo, quien se ganó la confianza del Kan, estando a su servicio durante 17 años. Gracias a su experiencia, Marco Polo dejó un testimonio al mundo de cómo fueron el imperio y la corte de Kublai Kan.
Kublai Kan: del Gran Kan al emperador de la dinastía Yuan
Con su anexión del norte de China y Persia, el imperio mongol constituyó el mayor dominio que Asia había conocido hasta la fecha. Para ello, la figura de Kublai Kan fue imprescindible.
El ascenso al poder: de la guerra civil mongol a la unificación de China
El camino de Kublai Kan hacia el poder no fue sencillo. En 1260, tras la muerte de su hermano Möngke, Kublai se proclamó Gran Kan, enfrentándose a su hermano menor, Ariq Boke, quien también reclamó el título en Karakórum. Esta disputa desencadenó una guerra civil que fragmentó el Imperio mongol, fundado por su abuelo Gengis Kan. La contienda culminó en 1264 con la victoria de Kublai, gracias al apoyo crucial de sus partidarios chinos que cortaron el suministro a Karakórum. Sin embargo, esta victoria no fue el fin de sus desafíos, ya que tuvo que enfrentar rebeliones internas en China, que controló con firmeza para consolidar su poder.
Con la unificación de China en su horizonte, Kublai dirigió su atención al sur, donde la dinastía Song aún resistía. Tras años de conflicto, en 1279 logró su objetivo, unificando China bajo su mando. Este logro no solo marcó el fin de la resistencia Song, sino que también inició una nueva era de prosperidad bajo la dinastía Yuan. A pesar de estos éxitos, el proceso de unificación no fue fácil, ya que Kublai tuvo que equilibrar su identidad mongola con las expectativas de sus súbditos chinos, quienes eran reacios a aceptar un gobernante extranjero.
La guerra civil y la unificación de China fueron momentos decisivos en el reinado de Kublai Kan. Estos eventos no solo definieron su liderazgo, sino que también establecieron las bases para su administración posterior. Su capacidad para navegar por estos desafíos y su visión estratégica le permitieron consolidar su poder y sentar las bases para un imperio que, aunque diverso y complejo, logró prosperar bajo su mando. La historia de su ascenso al poder es un testimonio de su habilidad política y su determinación para mantener la cohesión en un imperio vasto y diverso.

La construcción de Kanbalik y su influencia china
La visión de Kublai Kan para su imperio se materializó en la construcción de Kanbalik, conocida hoy como Pekín. Esta ciudad no solo simbolizaba su poder, sino también su deseo de ser reconocido como un legítimo emperador chino. Fundada en 1272, Kanbalik fue diseñada siguiendo los principios del feng shui, reflejando la profunda admiración de Kublai por la cultura china. La ciudad se levantó sobre los cimientos de la antigua capital de los yurchen, Zhongdu, conquistada por Gengis Kan en 1215, y fue conectada al río Amarillo mediante el Gran Canal, facilitando el comercio y la comunicación.
Kanbalik se convirtió rápidamente en un centro de poder y cultura. La ciudad estaba amurallada y contaba con amplias avenidas, palacios y jardines, lo que la convertía en una de las ciudades más impresionantes de su tiempo. La construcción de Kanbalik no solo fue una hazaña arquitectónica, sino también un símbolo de la integración de elementos mongoles y chinos en el gobierno de Kublai. La ciudad albergaba una corte diversa, con mercaderes, sabios y clérigos de todo el mundo, lo que reforzaba su carácter cosmopolita.
La influencia china en Kanbalik no se limitó a su diseño arquitectónico. Kublai Kan adoptó prácticas administrativas chinas, como la creación de un nuevo sistema de escritura unificado, el alfabeto phagspa, aunque no logró reemplazar al sistema tradicional chino. A pesar de estas innovaciones, la resistencia de los eruditos chinos a abandonar sus costumbres ancestrales fue un desafío constante. Sin embargo, la construcción de Kanbalik y su integración de elementos chinos demostraron la capacidad de Kublai para adaptarse y gobernar un imperio diverso, equilibrando su herencia mongola con las expectativas de sus súbditos chinos.

Políticas económicas y el uso del papel moneda
La administración de Kublai Kan se destacó por sus políticas económicas innovadoras, que buscaban estabilizar y revitalizar el vasto imperio mongol. Una de sus medidas más significativas fue la introducción del papel moneda como la única moneda nacional, un sistema que facilitó el comercio y la recaudación de impuestos en un territorio tan extenso. Esta política no solo simplificó las transacciones comerciales, sino que también reforzó el control del estado sobre la economía, permitiendo una mayor circulación de bienes y servicios.
Además del papel moneda, Kublai implementó una serie de medidas para apoyar la agricultura, un sector vital para el sustento del imperio. Consciente de la importancia de la producción agrícola, otorgó subsidios al campo y promovió la construcción de infraestructuras como canales de riego y caminos, que mejoraron la eficiencia y productividad agrícola. Estas políticas no solo aseguraron el suministro de alimentos, sino que también impulsaron el desarrollo económico de las regiones rurales, contribuyendo a la estabilidad social.
Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, Kublai enfrentó desafíos económicos significativos hacia el final de su reinado. La inflación, provocada en parte por el uso excesivo del papel moneda y las costosas campañas militares, debilitó la economía del imperio. A medida que las arcas imperiales se vaciaban, las tensiones aumentaron, exacerbadas por la corrupción y las conspiraciones políticas. A pesar de estos obstáculos, las políticas económicas de Kublai Kan dejaron un legado duradero, demostrando su capacidad para gobernar un vasto y diverso imperio.

La corte cosmopolita de Kublai Kan
La camarilla de la que se rodeó Kublai Kan es un signo de cómo el emperador mongol utilizó su influencia y su conocimiento de la cultura china para asentar una corte leal de funcionarios y asesores. Esto le permitió asentar una estructura que perduraría en el tiempo y perpetuó el legado mongol en China.
Primera corte personal
Cuando Marco Polo se encontró con el Kan este ya era un gobernante experimentado, gracias no solo a sus años como emperador, sino también a su desempeño previo como gobernador de algunos territorios al norte de China, donde ya estableció un ambiente palaciego alejado de la vida tradicional mongola. Este modelo tenía sus bases en la admiración que había mostrado desde muy joven hacia la cultura china, la cual había estudiado. Una vez que alcanzó su posición de gobierno, aprovechó su conocimiento para consolidar su poder en China, alcanzando una gran prosperidad económica y política.
Kublai buscó principalmente el apoyo de asesores chinos, aunque no tuvo reparos en reclutar y dar la bienvenida a un amplio abanico de capacitados hombres de diferentes filosofías y grupos étnicos como cristianos nestorianos, uigures turcos, budistas tibetanos y musulmanes de Asia Central. Se rodeó de una corte multiétnica y pluriconfesional que cumplía con todo tipo de funciones, incluso las que hasta entonces habían sido reservadas a los mongoles.Pese a que, durante este tiempo, todas sus medidas fueron prochinas, suprimió algunas instituciones tradicionales como el sistema de oposiciones para los cargos públicos, limitando el acceso de los chinos a los altos puestos.
Frente a ese procedimiento, el Kan prefirió un reclutamiento más flexible y abierto para poder emplear a extranjeros. Aunque también favoreció el desarrollo de otros aspectos culturales, ya que los letrados chinos tuvieron más tiempo para dedicar a otras artes como la astronomía, la medicina, el teatro o la pintura, con el patrocinio del Kan. Su inclinación por la cultura china despertó los recelos de la mayor parte de sus familiares, que le retiraron su confianza y aprobación. Tras la muerte de su hermano, el Gran Kan Mongke, se desencadenó una guerra por la sucesión.

La corte del Gran Kan
En 1260 Kublai se proclamó Gran Kan en oposición a su hermano menor, Ariq Boke, quien había hecho lo propio en la capital mongola, Karakórum. Se desató así una guerra civil por el liderazgo que marcó el inicio de la fragmentación del Imperio mongol que había fundado su abuelo, Gengis Kan, y la aparición de kanatos independientes con culturas y necesidades propias.
Finalmente, en 1264, Kublai obtuvo la victoria completa gracias al apoyo que le dieron sus partidarios chinos, que cortaron el suministro de productos a Karakórum. No obstante, en medio del caos provocado por la guerra, algunos chinos aprovecharon la situación para rebelarse contra el sometimiento mongol. Si bien esta sublevación fue controlada, Kublai no olvidó dicha afrenta y, tras su ascenso al poder imperial, frenó la influencia de los chinos en su gobierno. De este modo, dividió la población en tres grupos y más tarde en cuatro con diferentes códigos legales: mongoles, extranjeros y chinos, del norte y del sur.
Budistas y escribas en la corte
El desencanto de Kublai con los chinos provocó el ascenso en su corte de los budistas y, por tanto, del patrocinio de su religión. Aunque los mongoles mostraron gran tolerancia religiosa, lo que siempre molestó a los letrados chinos, el Kan favoreció y adoptó como religión principal el lamaísmo, una nueva secta llegada del Tíbet. Algunos de sus lamas fueron sus consejeros y alcanzaron una gran influencia y poder económico dentro de la corte. Entre ellos se encontraba el monje tibetano Phagspa, quien recibió el encargo de crear un nuevo sistema de escritura unificado para China y Mongolia: el alfabeto phagspa.
La corte de Kublai disponía de un considerable número de escribas, tantos como los diferentes idiomas que se hablaban en el imperio. Por ello, Kublai consideró necesario la creación de un alfabeto único, el cual posteriormente fue proclamado escritura oficial de la dinastía Yuan. Sin embargo, nunca llegó a gozar de gran popularidad por el gran apego que los eruditos chinos tenían a su antiquísimo sistema de escritura, por lo que cayó en desuso tras el fin de esta dinastía.
Tras asegurar su poder, Kublai estableció una serie de medidas sociales y económicas para revitalizar el norte de China, que estaba despoblado y sufría miserias por las consecuencias de la guerra. Por ello, continuó invirtiendo en la agricultura, en la construcción de obras públicas y en el comercio. Además, siguió recibiendo en su corte a extranjeros de diferentes partes del mundo, especialmente médicos y científicos musulmanes, quienes contribuyeron, además, a enriquecer el conocimiento geográfico con la elaboración de diversos mapas.

Las sedes de la corte
Gracias al mercader veneciano Marco Polo, quien estuvo al servicio de Kublai Kan, tenemos una detallada descripción de las diferentes ciudades del Imperio mongol, sobre todo de Shangdu o Xanadú (su nombre occidentalizado), capital de verano del Kan, y de Kanbalik, capital oficial del imperio. Shangdu, fundada en 1256 y emplazada en la actual provincia de Mongolia Interior, fue posteriormente sinónimo de opulencia a partir del relato de Marco Polo, quien la visitó en 1275. El mercader describió su gran palacio de mármol, cuyas habitaciones estaban pintadas y adornadas de oro.
El palacio, protegido por una muralla, tenía unos hermosos jardines con fuentes, ríos y praderas llenos de animales, que servían para la caza, y los halcones del rey. En el jardín también se encontraba un palacio desmontable hecho de caña, dorado por fuera y adornado con pinturas por dentro. La ciudad fue diseñada por el consejero y arquitecto jefe del Kan, Liu Binzhong, exmonje budista que siguió los preceptos del feng shui. Actualmente, entre sus restos arqueológicos, es visible su planta cuadrada, sus murallas, algunos templos budistas y una plataforma circular de ladrillo en el centro de la ciudad.
Con el tiempo, Shangdu quedó relegada a residencia de verano y coto de caza del Kan, que quiso como capital una nueva ciudad mejor situada. Los mongoles la llamaron Kanbalik («ciudad del Kan») y los chinos Dadu («gran capital»). En las inmediaciones de la antigua capital de los yurchen, Zhongdu, conquistada por Gengis Kan en 1215, Kublai decretó la construcción de la ciudad de Kanbalik (1272). Para dicha ciudad, que creció hasta convertirse en la actual Pekín, con los principios arquitectónicos del feng shui. Miles de operarios y arquitectos de origen musulmán y artesanos de Asia Central participaron en su construcción. Según Marco Polo, Kanbalik estaba amurallada y en cada esquina de la muralla se levantaba un gran palacio, de un total de ocho.
La mujer en la corte
Aunque la sociedad mongola era patriarcal y patrilineal en su organización social, las mujeres tuvieron una fuerte presencia no solo en el ámbito doméstico, sino también en el religioso, económico y militar. El mismo Marco Polo se sorprendió al ver cómo eran ellas las que hacían todo el trabajo, mientras que los hombres se ocupaban del campo de batalla. Cuando la expansión militar de los mongoles llegó al norte de China y Asia Central, las mujeres alcanzaron más cuotas de poder al actuar como regentes de sus maridos y administradoras del Imperio.

A medida que el Imperio fue creciendo, aquellas mujeres de clases más altas y casadas con un Kan recibieron el título honorífico de Katun (dama o mujer noble). La influencia política que alcanzaron algunas de estas mujeres tuvo su punto más álgido en la primera mitad del siglo XIII, con Toregene, esposa de Ogodei Kan (sucesor de Gengis Kan), quien fue regente del Imperio mongol de 1241 a 1246, y Sorghaghtani, quien logró hacerse con las riendas del Imperio para cederlas a sus cuatro vástagos, entre ellos Kublai Kan. Sin embargo, después de esta última y debido al desplazamiento del centro de poder hacia los territorios chinos, donde sus eruditos consideraban inconcebible la libertad de las mongolas, ninguna mujer volvería a estar a cargo del Imperio.
En su vida privada, Kublai Kan respaldó su herencia nativa, ya que sus cuatro esposas legítimas fueron mongolas. Cada una de estas cuatro mujeres disponía de una corte real en su propio palacio, con otras esposas y concubinas subordinadas a su cargo. Según Marco Polo, Kublai tuvo numerosas concubinas, por lo que el número exacto de sus hijos es desconocido. De entre todas estas mujeres, Chabi, su segunda esposa, fue la más famosa por ejercer gran influencia sobre el Kan. Chabi, quien le dio cuatro hijos, destacó por su prudencia y astucia, ganando con el paso del tiempo importancia política y diplomática en la corte Yuan. Asimismo, también fue gran patrocinadora de la propagación del budismo tibetano dentro del Imperio. Su muerte, en 1281, dejó al Kan devastado y dio inicio a su declive político.
La corte imperial de la dinastía Yuan
Kublai deseaba ser considerado no solo el legítimo Gran Kan de los mongoles, sino también el emperador de los chinos. Por ello, trató de ganarse a sus súbditos chinos siguiendo patrones similares a los primeros fundadores de dinastías y adoptando rituales confucionistas, los cuales se basaban, sobre todo, en la veneración a los antepasados. Finalmente, en 1272 inauguró una nueva era en la historia de China con su proclamación como primer emperador chino de la dinastía Yuan («origen»), la cual se mantuvo hasta su expulsión en 1368 por los Ming.

En su administración continuó con las mismas políticas que había aplicado anteriormente, como los subsidios al campo, la construcción de infraestructuras y obras públicas como la ampliación del Gran Canal y la difusión del papel moneda, aceptado en todo el imperio. Asimismo, aplicó un nuevo código legal para legitimarse frente a sus súbditos, disminuyó los impuestos, rebajó el estricto código penal existente y procuró la alfabetización de la población con la fundación de escuelas de educación básica en las zonas rurales. El emperador Kublai fue también un gran mecenas de la cultura, pues fomentó la producción literaria para el pueblo. Subvencionó espectáculos de teatro, la pintura y la artesanía, concediendo una gran libertad creativa.

Ahora bien, en lo que más destacó el imperio fue en el comercio, ya que su influencia se extendió más allá que su poder bélico. Entre otras cosas, Kublai Kan protegió y mejoró las rutas comerciales y de comunicación, estableciendo puntos de descanso y abastecimiento. Gracias a ello, el comercio adquirió grandes proporciones tanto dentro como fuera del imperio, por lo que en ese tiempo todas las rutas cobraron mayor importancia y fueron más transitadas. En general, la actividad comercial estuvo en manos de árabes y persas, quienes ejercían, a su vez, como usureros. La presencia de ambos grupos étnicos, instalados en los puertos de China, se hizo por tanto más notable.
Relaciones con personalidades extranjeras: Marco Polo y otros
A China no solo llegaba en ese tiempo gran variedad de productos nuevos, sino también personas y tecnologías procedentes de todos los rincones del mundo. Por su parte, Kublai continuó dispuesto a adoptar y combinar diferentes formas de conocimiento, que se importaban y exportaban como si se tratase de un producto más. Un ejemplo de ello fue la medicina —en la que destacaron persas y árabes—, que gozó de un gran avance. A la corte del Kan también llegaron influyentes escultores y arquitectos de origen uigur, tibetano y nepalí, cuya impronta quedaría en el arte chino.
Marco Polo en la corte de Kublai Kan
La relación entre Kublai Kan y Marco Polo es una de las más emblemáticas en la historia de los intercambios culturales entre Oriente y Occidente. Marco Polo llegó a la corte de Kublai a finales del siglo XIII, junto con su padre y su tío, quienes eran comerciantes venecianos. Durante 17 años, Marco Polo sirvió al Kan en diversas capacidades, lo que le permitió observar de cerca la vida en el imperio mongol y documentar sus experiencias en su famoso libro "Los viajes de Marco Polo".
Sus relatos describen la opulencia de Shangdu, la capital de verano, y la majestuosidad de Kanbalik, la capital oficial del imperio. Además, Marco Polo destacó la diversidad y riqueza cultural de la corte, subrayando la presencia de sabios, mercaderes y clérigos de todo el mundo. Su obra no solo enriqueció el conocimiento europeo sobre Asia, sino que también contribuyó a forjar la imagen de Kublai Kan como un gobernante ilustrado y cosmopolita.
La presencia de Marco Polo en la corte de Kublai Kan simboliza el espíritu de apertura y tolerancia que caracterizó el reinado del Gran Kan. Al acoger a personalidades extranjeras como Marco Polo, Kublai no solo enriqueció su corte con nuevas ideas y perspectivas, sino que también fortaleció las relaciones entre Oriente y Occidente. Esta apertura al mundo exterior fue un elemento clave en el éxito de su gobierno, permitiéndole integrar y gobernar un imperio vasto y diverso con eficacia.

Asesores y diplomáticos de diversas etnias y religiones
Para la administración de su imperio, Kublai se apoyó en la colonia extranjera, sobre todo en los musulmanes y algunos europeos como Marco Polo, el cristiano más renombrado en los intercambios entre Oriente y Occidente en ese tiempo. En más de una ocasión, el Kan transmitió al papa y a los monarcas europeos su deseo de recibir en la corte eruditos y sabios de Europa.
A nivel político, una vez consolidada su posición, Kublai volvió su atención al sur de China, donde aún quedaba un reducto que se oponía al dominio mongol en territorio chino, la dinastía Song. El objetivo de Kublai era continuar su política de expansión con el fin de unificar China bajo un único mando, lo que logró en 1279. Pese a todo, a partir de esta fecha, comenzaron los fracasos militares y las dificultades financieras para el imperio, cuyas arcas se vieron comprometidas por el estilo de vida del emperador, la exención de impuestos, las construcciones de infraestructuras y las costosas campañas militares.

Tolerancia religiosa y promoción del budismo tibetano
Tal combinación de etnias y culturas en la corte del Kan hizo de su reinado un imperio muy rico culturalmente, abierto a las aportaciones de artistas, escritores, arquitectos y un largo etcétera de técnicos y científicos.
Políticas de tolerancia y diversidad cultural
El reinado de Kublai Kan se caracterizó por una política de tolerancia religiosa que fue fundamental para mantener la cohesión en su vasto y diverso imperio. Kublai entendió que, para gobernar efectivamente un territorio que abarcaba múltiples culturas y religiones, era esencial promover un ambiente de respeto y coexistencia pacífica. Esta política de tolerancia no solo fortaleció su gobierno, sino que también fomentó el intercambio cultural y el enriquecimiento mutuo entre los diferentes grupos bajo su dominio.
La corte de Kublai Kan era un microcosmos de esta diversidad religiosa y cultural. En ella convivían budistas, cristianos, musulmanes y taoístas, cada uno con sus propias tradiciones y prácticas. Kublai promovió un ambiente en el que estas religiones pudieran florecer, otorgando libertad de culto y apoyando la construcción de templos y monasterios. Esta apertura no solo consolidó su poder, sino que también atrajo a sabios y eruditos de todo el mundo, enriqueciendo la vida cultural e intelectual del imperio.
La política de tolerancia de Kublai Kan fue un elemento clave en su éxito como gobernante. Al permitir la coexistencia pacífica de diferentes religiones y culturas, Kublai pudo mantener la estabilidad en su imperio y promover un ambiente de innovación y creatividad. Esta capacidad para integrar y gobernar un imperio diverso y complejo fue una de las principales fortalezas de Kublai, permitiéndole dejar un legado duradero en la historia del Imperio mongol.
El papel del budismo en el gobierno de Kublai
El budismo, en particular el budismo tibetano, desempeñó un papel destacado en el gobierno de Kublai Kan. A pesar de la diversidad religiosa en su imperio, Kublai favoreció y adoptó el lamaísmo, una secta budista llegada del Tíbet, como religión principal en su corte. Esta elección no solo reflejaba su interés personal por el budismo, sino que también respondía a la influencia de consejeros budistas tibetanos, quienes desempeñaron un papel importante en su administración.
Uno de los consejeros más influyentes en la corte de Kublai fue el monje tibetano Phagspa, quien fue encargado de crear un nuevo sistema de escritura unificado para China y Mongolia. Aunque este alfabeto no logró reemplazar al sistema tradicional chino, su creación refleja la influencia del budismo y su papel en la administración del imperio. Además, Kublai patrocinó la construcción de templos y monasterios budistas, promoviendo la difusión de la religión en todo el imperio.
El apoyo de Kublai al budismo tibetano no solo fortaleció su gobierno, sino que también contribuyó a la cohesión cultural en su imperio. Al adoptar el budismo como religión principal, Kublai pudo integrar a los diferentes grupos religiosos bajo su dominio y promover un ambiente de respeto y cooperación. Esta política no solo consolidó su poder, sino que también dejó un legado duradero en la historia del Imperio mongol, demostrando su capacidad para gobernar un imperio vasto y diverso con sabiduría y visión.

Desafíos y legados del reinado de Kublai Kan
A pesar de sus éxitos y logros, el de Kublai Kan, como cualquier otro imperio, tuvo que hacer frente a su decadencia y colapso. En el caso de este régimen, la agonía imperial coincidió con la personal de su líder. No obstante, siguió siendo una figura de referencia para los sucesivos gobernantes de Mongolia y de China.
Dificultades financieras y políticas al final de su reinado
A pesar de los muchos logros de Kublai Kan, su reinado enfrentó desafíos significativos hacia el final. Las dificultades financieras se convirtieron en una preocupación creciente, exacerbadas por el uso excesivo del papel moneda, las costosas campañas militares y las exenciones fiscales otorgadas a ciertos grupos. Estas políticas, aunque inicialmente efectivas para fomentar el comercio y la estabilidad, eventualmente llevaron a la inflación y al debilitamiento de la economía del imperio, lo que generó tensiones internas.
Además de los problemas económicos, Kublai también enfrentó desafíos políticos. La corrupción de algunos ministros y las conspiraciones de ciertos eruditos chinos, que resentían su degradación bajo las políticas del Kan, socavaron la estabilidad de su gobierno. A pesar de sus esfuerzos por mantener la cohesión en su imperio, estas tensiones internas complicaron su capacidad para gobernar de manera efectiva, amenazando con desestabilizar el orden que había logrado establecer.
Estos desafíos financieros y políticos marcaron el final del reinado de Kublai Kan, pero no eclipsaron su legado. A pesar de las dificultades, Kublai dejó una huella duradera en la historia del Imperio mongol y de China. Su capacidad para integrar y gobernar un imperio vasto y diverso con sabiduría y visión sigue siendo un testimonio de su habilidad como líder, y su legado continúa inspirando a generaciones posteriores.
El impacto de su muerte en el Imperio mongol
Las exigencias económicas de los mongoles sobre la población se hicieron, por tanto, onerosas y a este escenario se añadieron la corrupción de algunos de los ministros y la conspiración de determinados eruditos chinos que guardaban cierto resentimiento por haber sido degradados a partir de las políticas del Kan. Asimismo, la tolerancia religiosa, que había sido la piedra angular hasta ese momento de la administración de Kublai, fue aparentemente abandonada por las normas antimusulmanas que pretendían frenar el creciente poder que había alcanzado esta etnia en el gobierno.
Además de estas dificultades políticas, el emperador también tuvo que afrontar problemas personales tras la pérdida de su esposa favorita en 1281 y la de su hijo y sucesor, Jingim, en 1286. El Kan se entregó cada vez más a los excesos de comida y bebida, agravando su salud. Finalmente, Kublai se retiró de la vida pública, falleciendo en 1294 a la edad de casi 80 años y dejando como heredero a su nieto.
La falta de un liderazgo fuerte y unificado contribuyó a la eventual caída de la dinastía Yuan en 1368, cuando los Ming tomaron el control de China. A pesar de estos desafíos, el legado de Kublai como un líder visionario y cosmopolita perduró, influyendo en la historia de China y del mundo.
* Este artículo fue originalmente publicado en la edición impresa de Muy Historia.