La exitosa ofensiva japonesa en el Pacífico tras el ataque a Pearl Harbor

El ataque japonés a la base de Pearl Harbor no fue un episodio aislado, sino que formó parte de una estrategia minuciosamente preparada que se vio acompañado de otras tantos ataques y ocupaciones en las islas del Pacífico (Malasia, Hong Kong, Indonesia, Filipinas, Singapur...
Barcos de la Marina imperial japonesa navegan hacia Hong Kong

Acaban de atacar Pearl Harbor, el 7 de diciembre de 1941. Pero ese no es el objetivo principal que llevan tanto tiempo preparando. En ataques simultáneos, los japoneses golpean en un perímetro de una vasta área que se extiende desde Pearl Harbor al golfo de Siam. En todo el frente occidental de ese arco, han incrementado sus fuerzas con miles de soldados veteranos de la larga campaña de China, que se dirigen en un primer y calculado paso a ampliar las fronteras de Japón hasta incluir todo el este y el sur de Asia.

Pearl Harbor, para el general Tōjō, no es sino un incidente en un día a partir del cual comenzará a reinar el Dai Nippon (la Nación del Gran Japón).

El general japonés Hideki Tojo (1885- 1948) fotografiado en 1942. Fue primer ministro de Japón durante la Segunda Guerra Mundial, entre 1941 y 1944. Foto: Getty.

Una gran preparación previa

Pero, ¿cuánto tiempo llevaban los japoneses preparando la guerra en el Pacífico? Ciertamente, los ataques simultáneos en las mañanas del 7 y 8 de diciembre de 1941 fueron la consecuencia de un amplio plan que necesitaba una exhaustiva preparación, elaborado al minuto y con todo detalle. Esas flotas y esos ejércitos no pueden ser desplegados en millones de kilómetros cuadrados de un momento a otro, ni tan siquiera en un mes.

Unas pocas horas después del comienzo del ataque sorpresa, los japoneses inmediatamente bombardean la isla de Midway, que forma parte del archipiélago hawaiano, a 1.100 millas de Pearl Harbor. Luego atacan la isla de Wake a miles de millas, muy lejos, al oeste de Midway. También golpean la isla de Guam a 1.300 millas de Wake y, por supuesto, atacan las Filipinas.

La realidad es que Midway no llegó a ser un serio objetivo para la ofensiva japonesa hasta medio año después. Esta demora es uno de los mayores misterios de la estrategia japonesa, en palabras del comandante Walter Karian y del teniente Welbourn Kelley, autores del libro Battle Report, publicado por el Consejo de Libros en Tiempo de Guerra por Farrar and Rinehart, Inc, en 1944. Si los japoneses querían tomar Midway, hubieran encontrado las defensas de la isla mucho más débiles en el momento de atacar Pearl Harbor.

También, unas horas después del ataque a Pearl Harbor, son ocupadas las concesiones extranjeras en China de Tien-Sing, Sing-Tao y Wan-Tao y se ataca Hong- Kong, mientras la flota imperial se dirige al sur del mar de China y empieza a trazar una línea imaginaria hasta llegar a las costas de la península malaya en apoyo del general Yamashita, que se dirige a rendir a las tropas británicas comandadas por el general Pownall.

El teniente general Henry Pownall rodeado de gente a su salida de la Oficina de Guerra, el 19 de noviembre de 1941. Foto: Getty.

Yamashita ha partido desde sus bases en Indochina y Formosa y, en vez de las cuatro Divisiones que le aconsejan llevar, el comandante japonés elige llevar solo dos. Debe escoger entre una maquinaria de guerra pesada con mayor carga logística o una más ligera de equipaje con la mitad de necesidades de abastecimiento y mantenimiento, pero una mayor velocidad en la ejecución de movimientos y ataque. Elige lo segundo y no se equivoca. Son 30.000 soldados japoneses frente a más de 150.000 soldados ingleses, australianos, indios y malayos. Pero son 30.000 soldados más veloces, con bicicletas como arma escondida y pequeños carros de combate, instruidos para moverse por la selva y manteniendo intactas su capacidad de sorpresa, protección blindada y potencia de fuego.

Al día siguiente del ataque a Pearl Harbor, el día 8, es conquistada Shanghái y tienen lugar los primeros desembarcos en la costa tailandesa, llegando incluso Japón a desembarcar mucho más al sur, en Kota Bharu (en la Malaca británica). El día 9 es fuertemente atacada Hong- Kong por 75 bombarderos, 40 de ellos de ataque en picado, y a las mismas horas se llega al acuerdo entre Japón y Tailandia por el cual los dos se comprometen a respetar su soberanía, a darse apoyo económico y a colaborar militarmente.

Barcos de la Marina Imperial japonesa navegan hacia Hong Kong durante la batalla de Hong Kong, el 17 de diciembre de 1941. Foto: Getty.

El capítulo más negro de la historia naval británica

Ese mismo día 9 los japoneses desembarcan en la isla de Guam, y a la vez se inicia una operación para cortar la retirada de las tropas británicas hacia el sur de la península de Malasia con un desembarco en Kuantan. Desde el norte, el avance japonés se desarrolla en tres direcciones; desde Kangar por el flanco oeste, hacia Lipis por el centro y desde Kota Bharu por el este.

Las tropas japonesas desembarcadas en Kuantan pretenden atacar el frente británico por la retaguardia y cortar toda posibilidad de suministros que llegan desde Singapur a través de la línea férrea. La situación militar en la Malaca británica se torna crítica y, por ello, los británicos se deciden a enviar a su escuadra para evitar otros desembarcos más al sur.

Aceleradamente, su flota de Extremo Oriente, conocida como Fuerza Z, pone rumbo a Singapur. A mediodía del 8 de diciembre, el almirante Philips recibe los informes de los desembarcos en Singora, Pattani y Kota Bharu y considera que la flota no puede quedarse en Singapur, sino que tiene que ir en apoyo de las fuerzas británicas de tierra y aire que van a ser pronto copadas. La Fuerza Z está constituida por el acorazado Príncipe de Gales, el crucero de batalla Repulse y los destructores Vampire, Tenedo, Júpiter, Encounter, Stronghold, Express, Electra y Durban.

Ese mediodía del día 8 se convoca una reunión de mandos a bordo del acorazado Príncipe de Gales y se proyecta una operación de ataque a las naves japonesas que se dirigen a las áreas de desembarco en Kuantan para caer sobre ellas el día 10. Los informes revelaban que las fuerzas navales niponas disponían en la zona de desembarco del acorazado Kongo, de tres cruceros tipo Atago, otro tipo Kako y otro tipo Zintu; siendo su principal objetivo el acorazado Kongo, a quien quieren obligar al combate.

El acorazado japonés Kongo fotografiado el 14 de noviembre de 1936. Foto: ASC.

El almirante Philips –que no sabe que se dirigen a firmar sobre papel de agua el final del poder naval inglés en el mar desde Trafalgar– determina, para evitar los campos de minas, pasar por el este de las islas Anamba antes de arrumbar al norte. Ese 9 de diciembre el tiempo no acompaña, con un cielo cubierto de nubes bajas y chubascos; un tiempo gris que promete unos hechos aún más grises para la flota inglesa.

Nunca llegaron de vuelta a Singapur: a las 10:30 del día 10 ya localizan por radar aviones enemigos, y el almirante decide aproar al suroeste y aumentar la velocidad a 25 nudos. La flota británica no se espera esa reacción japonesa; a las 11:20 se produce un ataque con bombarderos a gran altura, unos 3.000 metros y en formación cerrada. Los buques abrieron fuego, pero los aviones no cambiaron su objetivo: el crucero de batalla Repulse. El segundo objetivo fue el acorazado Príncipe de Gales y el ataque se produjo a las 11:44 por nueve aviones torpederos, siendo alcanzado por uno de ellos. A partir de ahí todos los ataques, hasta seis, tienen como objetivos el acorazado y el crucero de batalla. Torpederos en vuelo rasante logran impactar en los dos buques dejándolos sin gobierno y con averías tales que tienen que dar la orden a la dotación de abandonar los buques, cuyos supervivientes son recogidos por los destructores Electra y Vampire.

Para Churchill, esas dos horas entre las 11:20 y las 13:20 del día 10 de diciembre fueron de las más negras de la historia naval del Imperio británico.

El primer ministro británico Winston Churchill. Foto: Getty.

Malasia, Hong-Kong, Indonesia...

Con el ataque a Pearl Harbor y la batalla naval de Malaca, Japón tiene el dominio del mar y ni ingleses ni norteamericanos están en condiciones de defender sus posiciones en la costa pacífica, permitiendo los movimientos en las costas de la península malaya y en el resto de archipiélagos. Después de todos estos reveses, la situación no es muy favorable a las tropas aliadas. En Malasia continua la llegada de refuerzos a las zonas de desembarco; y por supuesto continúa la penetración norte-sur por parte de las dos divisiones del general Yamashita. En Wake, Guam y Midway las acciones aeronavales van causando sus efectos: el día 12 se rinde Guam y el día 24, tras una resistencia numantina, que ha pasado a la historia como una de las mayores gestas de la guerra, se rinde Wake.

Hong-Kong, bloqueada por tierra y mar, continuaba defendiéndose con sus 20.000 soldados de guarnición y el día 12 de diciembre se retiran hacia la parte china de la colonia, el barrio Kaelum, empujados por los japoneses que avanzan por la orilla izquierda del río de las Perlas. Pero el día 20 de diciembre los 625.000 habitantes de la isla no tienen agua y el número de bajas defensoras es muy grande y el mando británico decide firmar un armisticio. Sin Hong-Kong, es ya muy difícil intervenir sobre la fuerza marítima japonesa en el mar de China meridional.

Mientras tanto el avance por la península malaya progresa por sus tres ejes fundamentales, estableciéndose a finales de diciembre el frente según la línea Penang-Ipah-Kuantan, continuando con la marcha hacia el gran objetivo: Singapur. El ataque no se realizará por mar, donde les espera la artillería británica, sino por el lado de tierra donde las defensas son más débiles y, principalmente, defendidas por el foso que separa la isla del continente y por la espesa jungla.

Simultáneamente, continúan las invasiones en el área de Indonesia. En la isla de Luzón, las tropas japonesas desembarcan en Aparri y Legazpi y, apoyadas por la aviación, siguen penetrando en dirección a Manila. Los defensores de Filipinas, unos 50.000 hombres al mando del general Mac Arthur, sin apoyo aéreo, se ven obligados al repliegue

Un escuadrón de la 25ª División de Infantería de EE UU se aproxima a las posiciones japonesas cerca de Baguio, en la isla de Luzón (Filipinas), en marzo de 1945. Foto: ASC.

El 12 de diciembre efectúan un nuevo desembarco al sureste de Manila en la bahía de Lamón, quedando cortada la isla de Luzón, y el 19 desembarcan en Mindanao en el sector de Davao, el 22 en la bahía de Lingayen y el 25 en Vigam, ambas en Luzón. Mac Arthur apenas tenía fuerzas aéreas y el poder naval aliado se reducía a unos cuantos destructores y submarinos al mando del almirante Hart, ciñéndose su capacidad de ataque a los submarinos y lanchas torpederas. El 3 de enero entran las primeras tropas japonesas en Manila y se declara “ciudad abierta”.

Al final de año, los japoneses preparan sus proyectados ataques sobre Menado, Kema y Kendari en las islas Célebes y Tarakan en Borneo, para avanzar después sobre las islas del sur a través de los estrechos de Molucas y Makasar, quedando muy cerca y en peligro la seguridad de Australia. Por eso, fuerzas holandesas y australianas, el día 17 de diciembre, invaden la zona oriental de Timor, de soberanía portuguesa. El 20 de febrero, los japoneses se deciden a tomar Timor estableciendo dos cabezas de desembarco en Koepang (Timor holandés) y Dilly (Timor portugués), ocupándola.

El asedio a Singapur

Empieza el primero de febrero. Inicialmente los japoneses asaltan el islote fortificado de Purin, situado en el estrecho de Johorey, y en la noche del día 8 se lanzan sobre Singapur. El dique que enlaza con la isla es ocupado, realizándose varios desembarcos.

La guarnición australiana va replegándose hacia el sur para proteger la ciudad portuaria, y el día 11 de febrero toman los nipones el monte Biskit desde el que se domina Singapur. La lucha dura cuatro días más, hasta que el 15 de febrero la ciudad depone las armas. La campaña del general Yamashita ha corrido desde el norte en la frontera con Birmania y Thailandia hasta Singapur. Toda la península malaya es suya.

Tras la caída de Singapur en febrero de 1942, el comandante japonés, el general Hobun Yamashita, examina los daños en algunos de los distritos. Foto: Getty. - Getty Images

Los éxitos militares alcanzados por Japón en 24 días con todas las acciones ofensivas paralelas no entraban siquiera en sus cálculos más optimistas. Ahora los aliados debían recomponerse, si Japón les daba tiempo para ello, para que la maquinaria industrial norteamericana dejase oír su sonido en el Pacífico.

Bibliografía:

  • Battle Report. Pearl Harbor to Coral Sea. Walter Karig (commmander USNR) & Welbourn Kelley (liutenant). Council on Books in Wartime, Farrar & Rinehart, 1944.
  • Pearl Harbor Attack. Hearings before the Joint Committee on the Investigation of the Pearl Harbor Attack. Congress of the United States.
  • Después de Pearl Harbor. Bill Sloam. Editorial Crítica, 2003.
  • Recordad Pearl Harbor. Manuel Leguineche. Editorial Temas de Hoy, 2001.

* Este artículo fue originalmente publicado en la edición impresa de Muy Historia.

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