Tras el devastador incendio que afectó a la catedral de Saint-Pierre et Saint-Paul de Nantes el 18 de julio de 2020, el edificio entró en una nueva etapa de su historia. Las labores de restauración emprendidas desde entonces no solo han tenido por objetivo reparar los daños materiales, sino también recuperar evidencias sobre sus orígenes arquitectónicos. Gracias a las intervenciones arqueológicas desarrolladas bajo la dirección del Inrap (Institut national de recherches archéologiques préventives), y en estrecha colaboración con la Direction régionale des affaires culturelles (DRAC) de Pays de la Loire y la Conservation régionale des Monuments historiques, ha sido posible reconstruir con precisión la planta románica original de la catedral, un logro que reconfigura la comprensión de uno de los templos más emblemáticos del oeste de Francia.
Cómo recuperar un pasado sepulto: el caso de la catedral de Nantes
Las investigaciones arqueológicas se desarrollaron en el marco de dos operaciones prescritas y financiadas por el estado francés. La primera se concentró en el brazo sur del transepto, en torno a la monumental tumba renacentista que guarda los restos del duque de Bretaña Francisco II y de su esposa Marguerite de Foix. La segunda intervención consistió en la apertura de una zanja longitudinal destinada a la instalación de un nuevo sistema eléctrico. Este doble objetivo permitió explorar el subsuelo de la catedral, cuya excavación reveló un conjunto excepcional de restos estructurales, mobiliario arquitectónico, suelos antiguos y decoraciones murales que habían permanecido ocultos durante siglos.
Durante las excavaciones, los arqueólogos hallaron numerosos muros de mampostería pertenecientes a fases constructivas anteriores, junto a sepulturas, objetos de piedra y metal, fragmentos de cerámica y revestimientos pintados. Estas evidencias ofrecieron una lectura estratigráfica que permitió mapear las sucesivas transformaciones de la catedral. Entre los hallazgos más llamativos, destacan los pavimentos de baldosas de terracota del siglo XV conservados bajo el transepto sur, así como los restos de decoraciones murales con motivos florales de la Baja Edad Media.

El redescubrimiento de la planta románica
Hasta hace poco, la estructura arquitectónica románica de la catedral de Nantes se conocía de forma muy fragmentaria. La única estructura visible conservada era la cripta, mientras que el coro se conocía únicamente por antiguas fotografías y grabados del siglo XIX. Las nuevas excavaciones han permitido, por primera vez, restituir el trazado completo del edificio románico, gracias al descubrimiento de un conjunto coherente de muros que delimitan con claridad las diferentes partes del edificio primitivo.
Uno de los hallazgos más significativos fue la localización del portal occidental románico, cuya existencia se conocía solo por referencias documentales. Su identificación física, confirmada gracias a la prospección geofísica, ha permitido fijar el eje y la extensión del edificio primitivo.
Los datos arqueológicos muestran, además, que la catedral románica de Nantes se concebió como un proyecto de gran envergadura. Sin embargo, nunca llegó a completarse en su totalidad. Este hecho refuerza la hipótesis de una construcción interrumpida, probablemente a causa de las dificultades financieras o de cambios en el programa arquitectónico durante los siglos XII y XIII.

Un espacio de vida, culto y muerte
Las excavaciones también aportaron valiosa información sobre los usos funerarios del espacio interior. Los arqueólogos descubrieron varias sepulturas aisladas y tres cámaras funerarias que contenían numerosos restos óseos. Su estudio antropológico permitirá precisar la identidad social de las personas inhumadas, ya fuesen clérigos, benefactores o fieles, así como conocer mejor las condiciones sanitarias de la población medieval y las prácticas funerarias vinculadas al culto catedralicio.
El hallazgo de objetos de uso litúrgico y piezas de orfebrería fragmentadas ha contribuido, además, a trazar una imagen más completa del mobiliario desaparecido. Algunos de los metales hallados, que con probabilidad pertenecieron a antiguos candelabros o rejas de coro, se recuperaron en los niveles de escombros que documentan las reformas sucesivas del templo.

El túmulo de Francisco II y su contribución al estudio arqueológico
Uno de los elementos más singulares de la intervención ha sido el desmontaje y restauración del túmulo de Francisco II y Marguerite de Foix, que se trasladó a la catedral en 1817 tras haber sido desmontado durante la Revolución francesa. La operación, desarrollada entre 2022 y 2023, permitió estudiar en detalle su estructura interna y los materiales empleados en su ensamblaje.
Al abrir el monumento funerario, además, los arqueólogos hallaron un cofre de madera que contenía restos óseos de tres individuos, aún por identificar. Este descubrimiento ofrece una oportunidad única para analizar el contexto funerario y las decisiones de conservación que se adoptaron en el siglo XIX, cuando la tumba se reinstaló en su ubicación actual.
El análisis de las huellas de montaje y desmontaje del monumento también ha permitido reconstruir la historia de sus desplazamientos y modificaciones a lo largo del tiempo. De este modo, la restauración del túmulo, que combina historia del arte, estudio de materiales y arqueología arquitectónica, se ha convertido en una investigación arqueológica en sí misma.

Métodos y tecnologías para recuperar el esplendor del pasado
El equipo del Inrap aplicó una combinación de excavación manual y prospección geofísica, especialmente mediante georradar, para detectar las estructuras enterradas sin necesidad de alterar los suelos originales. Esta tecnología, que confirmó la presencia de muros románicos, permitió orientar las excavaciones con precisión. A ello, se sumaron estudios documentales y análisis comparativos con otras catedrales de la región para contextualizar las fases constructivas de Nantes en el panorama de la arquitectura románica del noroeste francés.
Una lectura inédita del pasado arquitectónico de Nantes
Los trabajos de restauración emprendidos tras el incendio de 2020 han permitido reconstruir la planta románica original de la catedral de Nantes con un nivel de detalle sin precedentes. Los vestigios descubiertos, que incluyen muros, suelos, portales y estructuras funerarias, constituyen una base sólida para reinterpretar la historia del edificio, comprender su desarrollo truncado y rescatar su memoria arquitectónica. Este proceso ejemplifica la sinergia entre la arqueología y la restauración, mostrando cómo la ciencia del subsuelo puede iluminar la génesis de los monumentos más emblemáticos.
Los resultados derivados de esta intervención ofrecen una visión completamente nueva de la evolución de la catedral de Nantes. Por primera vez, ha sido posible trazar con precisión el plano del edificio románico, comprender sus proporciones reales y visualizar cómo se superpusieron las fases posteriores de construcción. Así, la información recabada ha permitido comprender la transición entre la catedral románica y la gótica. La restauración, en este caso, se ha convertido en un acto de redescubrimiento histórico.
Referencias
- 2025. "Archéologie dans la cathédrale de Nantes". INRAP. URL: https://www.inrap.fr/archeologie-dans-la-cathedrale-de-nantes-20243